¿Quién es el malagueño más malagueño de todos los malagueños?

¿Quién escucha “Señor” y, al instante, vuelve su rostro? ¿Quién, aun maniatado, da abrazos que desarman costillas? ¿Quién, aun dolido, reserva el consuelo del mejor de los amigos? ¿Quién, aun exhausto, insufla un aliento providente en las causas perdidas? ¿Quien, aun ausente, siempre va y se aparece?

¿Quién es la espiga de San Pablo arañando las estrellas? ¿Quién es el amo de las riendas de los vientos? ¿Quién adiestró con su mecida a las mareas? ¿Quién es robusto mástil con una vela de cabos invisibles? ¿Quién, sin pisarlas, pasea sobre las olas de la mar? ¿Quién es un astro con hechuras de gitano? ¿Quién es un Mesías con rango de vecino? ¿Quién es un Rabí con maneras de bohemio?

¿Quién es enseña pidiendo paz para Ucrania, para Siria, para Palestina y para todos los países asolados por las guerras? ¿Quién es una nación en la que todos cabemos? ¿Quién calza una bata con curas para todos los males? ¿Quién rige una consulta más chica que una capilla y más grande que un barrio? ¿Quién es tan buen Hijo que preservó para sus dominios el nombre de su Madre?

¿Quién eclipsa a los soles que le disputan la tarde en pañales? ¿Quién hace de las marañas de cables un marco sideral? ¿Quién transita entre los escombros y los disfraza de palacios? ¿Quién toma un Carril y hace tambalear los cimientos de la Tierra? ¿Quién se adentra entre Mármoles y hace resquebrajarse cada piedra? ¿Quién es tan de carne y hueso que su piel es de madera?

¿Quién, siendo el Hombre, te mira y es tan Dios que replica "cúshame lo que te digo, tú confía en mí, que yo te voy a eshá una manilla”? ¿Quién, siendo Dios, te mira y es tan Hombre que, por altares que divinamente presidiera, es un paisano de los pies a los cielos? ¿Quién demuestra en calle Trinidad que no todos los caminos llevan a Roma?

¿Quién se asoma en sus maceteros florecidos a las barandas más sagradas de Andalucía? ¿Quién es tan ilusionista que le basta caminar para que el mundo entero le mire? ¿Quién es un funambulista entre las masas, haciendo equilibrios en un cable de caoba y plata? ¿Quién es tan artista que, siendo inmenso, compartió su Calzada con un Chiquito?

¿Quién es tan faraón que embelesó a una Faraona? ¿Quién es la Diana que hace jondas a las saetas? ¿Quién, a ras de puente, recose la cicatriz de nuestra maltratada historia? ¿Quién entreabre la boca como los niños sedientos de Campanillas, de la Corta, de Mangas Verdes o de la Palmilla? ¿Quién bruñe sus pómulos con el hambre de los parados?

¿Quién es el nombre que nunca olvidan las abuelas? ¿Quién mueve montañas, y sierras, y cordilleras enteras, sin el artificio de una cuenta verificada en Twitter? ¿Quién acumula los “likes” relevantes en nuestra idiotizada sociedad? ¿Quién firma autógrafos con tinta permanente en las almas que lo descubren? ¿Quién sostiene los piropos más enardecidos siendo el más humilde ‘influencer'?

¿Quién es la respuesta a las preguntas más frecuentes en todos los buscadores? ¿Quién es la fragua donde se moldean los milagros? ¿Quién es el secreto de las lágrimas de alegría? ¿Quién es el Hércules que soñaran en Occidente? ¿Quién borda su cintura con los sutiles hálitos de la brisa?

¿Quién almidona su escapulario con las esteras de los ángeles? ¿Quién instituye en sus cuatro borlas los puntos cardinales de la humanidad? ¿Quién se apodera de los rebalajes para hilvanar sus bocamangas? ¿Quién divide la luna en dos gajos para alumbrarse en dos faroles? ¿Quién transforma las mesitas de noche en retablos de andar por casa? ¿Quién estampa por los mercados su retrato de miel? ¿Quién santifica los escaparates en camarines improvisados?

¿Quién es centinela de los pastilleros y timonel de los sonajeros? ¿Quién es compañero de viaje subido a los parasoles de los coches? ¿Quién se baña en oro y se precipita en los acantilados de los cuellos? ¿Quién es tan legítimo rey que dormiría entre cartones con los mendigos? ¿Quién es tan soberano regidor que edificaría cubos de alimentos, torres de identidad y apartamentos para los ‘sin techo’?

¿Quién es tan pueblo que no sabe uno ya si es el gentío el que lo sigue o si es que Él es uno más entre el gentío? ¿Quién es tan revolucionario que, en un universo empecinado en destruirse, se reivindica como un arma de construcción masiva? ¿Quién es tan rebelde que, dos mil años después, continúa apostando todo o nada al amor en las mortales ruletas del odio?

¿Quién es tan verdadero que su trinitaria palabra se extiende sin fecha de caducidad, sin límites fronterizos y sin corchetes temporales? ¿Quién enciende con su tez de aceituna las lumbres en las madrugadas de la miseria? ¿Quién pulula quedamente por los silencios llorosos de los hospitales? ¿Quién bautiza los arrullos de la vida recién nacida? ¿Quién se encarama como jazmín viviente a los cabeceros de sus camas?

¿Quién asfalta la fe en las veredas de lo imposible? ¿Quién habita en la sonrisa de los labios y en las llantinas de las mejillas de los lunes? ¿Quién es tan sanador que solo su mirada ya es medicina? ¿Quién permanece en las paredes aunque los meses de sus almanaques pasen? ¿Quién lo mismo se sienta en las plantas de Oncología que en las gradas de la Rosaleda?

¿Quién lo mismo irrumpe en el muro de las lamentaciones del cementerio que en los paquetes de papas? ¿Quién lo mismo brota en ajados monederos que en grafitis callejeros? ¿Quién está en un solo sitio y está, a la vez, en todas partes? ¿Quién, si conjuga en su semblante el verde con el morado, sale el blanco en inexplicable alquimia? ¿Quién alcanza a donde no llegan los hombres porque es hombre más bueno que ninguno?

¿Quién es más bonito que los atardeceres en el Paraíso? ¿Quién ni precisa prometer eternidades en la certeza tangible de su vera? ¿Quién convierte en claveles a los malagueños al morir? ¿Quién no te hace suyo, sino que se hace tuyo y contigo anda por siempre? ¿Quién es tan Málaga que, como ella, enamora hasta las trancas?

¿Quién es tan Málaga que, como de ella, de Él nadie quiere apartarse? ¿Quién es tan Málaga que, como en los de ella, en sus ojos cristaliza la Esperanza? ¿Quién es tan Málaga que, como a ella, siempre la verán nuestros ojos reinando “bajo el cielo, sobre las aguas, intermedio en los aires”, como cantó Aleixandre?

¿Quién es tan Málaga que, como ella, despega en picassiano vuelo? ¿Quién es tan Málaga que es el primero en el peligro de la Libertad, el muy Noble, muy Leal, muy Hospitalario, muy Benéfico, muy Ilustre y siempre Denodado, y no hace falta ni nombrarlo para adivinar la adivinanza?

¿Quién nos cautiva y, en su cautiverio, nos hace más libres? Y será verdad que habrá quien diga que Dios no está entre nosotros… ¡Si Dios no es malagueño, que baje Él mismo y se vea! ¡No ni na!