La Policía Nacional ha detenido a cuatro personas en Málaga y a otras dos en Murcia por los delitos de pertenencia a organización criminal, falsedad documental y atentar contra los derechos de los ciudadanos extranjeros. Estas detenciones se han producido tras desarticular una organización criminal internacional que falsificaba tarjetas de residencia para posteriormente proporcionarlas a migrantes en situación ilegal, lo que les permitiría trabajar. Les obligaban a pagar 200 euros al mes mientras estuvieran trabajando con la documentación adquirida además del pago inicial de unos 500 y 600 euros.

Los implicados en el entramado criminal podían llegar a obtener 1.800 euros anuales por cabeza. La banda estaba dividida en dos ciudades españolas: Murcia y Málaga, con un único objetivo, facilitar el reparto de funciones y gestionar mejor los cobros y la obtención de los documentos falsificados. Así, en Málaga se recibían los pagos de los solicitantes de las tarjetas y en Murcia se facilitaba la documentación y se les instalaba en pisos 'patera'. Los integrantes de la red les indicaban allí las empresas desde donde podían iniciar su actividad laboral sin ser detectados.

Las tarjetas de residencia falsificadas las producían fuera de España, más concretamente en África, de donde eran sus compradores potenciales. Vendían la documentación a ciudadanos de nacionalidad nigeriana que residían de forma ilegal en territorio nacional.

La consecuencia principal de esta organización era el favorecimiento de la inmigración ilegal, al suministrar la permanencia y la posibilidad de trabajo en España de personas que se encontraban en situación irregular.

En los registros y entradas realizadas en Málaga y Murcia, los agentes han intervenido más de 50 documentos falsos de diferentes países, 400 euros en efectivo, nueve teléfonos móviles, un ordenador portátil, y diversos efectos de almacenamiento informático.