El melón de la salud mental se abrió el pasado año en el Congreso tras el famoso 'vete al médico' dirigido al diputado Íñigo Errejón. Desde entonces, se ha aprobado la primera estrategia de salud mental en más de una década y el Gobierno tramita una ley sobre esta cuestión. La sociedad y los medios también pusieron el foco en el tema suicidio, primera causa de muerte no natural entre los jóvenes. 

El Teléfono de la Esperanza juega un papel fundamental en la salud de los españoles desde 1976. La asociación en Málaga ha recibido durante 2021 un total de 17.070 llamadas de personas solicitando ayuda, lo que supone un 30,5 más que en 2020 (13.073) y el doble que en 2019 (8.035). Unos datos que no arrojan nada bueno. 

Entre los motivos principales que copan las conversaciones de las llamadas está la ansiedad, el estrés, la depresión, conflictos en las relaciones o patologías más profundas. La crisis sanitaria, económica y social pesa en la salud mental de las personas conforme pasan los meses y la necesidad de ser escuchado no ha parado de crecer desde el inicio de la pandemia.

El informe del Teléfono de la Esperanza, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL de Málaga, detalla que 5828 (4455 en 2020) llamadas trataron sobre temas psicológicos; 1926 (1603 en 2020) fueron relacionados con familiares; 435 (244) sobre temas asistenciales; 106 (64) jurídicos; y 6493 (2851) en el apartado de otros.

Este apartado agrupa llamadas que no buscan la atención directa por una crisis o problema. Se trata de personas que solicitan información sobre las consultas de nuestros profesionales, cursos y talleres y, entre otros motivos, ofrecimientos de colaboración como voluntarios que han crecido durante la crisis sanitaria.

Las mujeres siguen acogiéndose en mayor medida a su servicio (63%) frente a un 37% de hombres. Las dos franjas de edad que concentran el mayor número de peticiones de ayuda son de 31 a 55 (6032 llamadas) y de 56 a 70 (4478). En menor medida los jóvenes de 18 a 30 (1896) y los niños de menos de 13 años (593). Se da la circunstancia de que en la franja de los adolescentes de 14 a 17 años no se registró ninguna demanda de ser escuchados.

El chat de la esperanza

El voluntariado del Teléfono de la Esperanza es consciente de que los jóvenes y adolescentes nos llaman poco o no llaman nunca para pedir ayuda. Por esa razón están impulsando el proyecto El chat de la esperanza, una app que ofrecerá orientación a este sector de la población para atender sus problemas emocionales y de salud mental y prevenir suicidios.

Una veintena de voluntarios se está formando para dar respuesta a los usuarios.  Se quiere activar la app en los primeros meses de este año. El proyecto ha contado con el apoyo y financiación de la Fundación El Pimpi a través de su festival Soles de Málaga, Fundación Lágrimas y Favores y el Ayuntamiento de Málaga.

Otro de los datos más preocupantes tiene que ver con las llamadas de temática suicida, que han aumentado el doble en tan sólo un año. El Teléfono de la Esperanza ha pasado de atender a 225 personas con ideas suicidas en 2020 a 439. Igual ocurre con los que han atendido y pasaban por una crisis suicida (de 77 a 89).

Desde hace varios años, la asociación ofrece el grupo Ayuda mutua en el que personas que han sufrido el suicidio de un familiar afrontan sus experiencias en común coordinadas por una psicóloga.

Violencia de género

En el apartado de llamadas por violencia de género, se ha registrado un notable aumento pasando de 106 llamadas de mujeres maltratadas en 2020 a 189 en 2021. También se han incrementado las llamadas de hombres que sufren malos tratos pasando de 23 a 32.

La Brújula de la Esperanza

En 2021 han continuado desarrollando el programa La Brújula de la Esperanza, hecho en colaboración con el Ayuntamiento, Cruz Roja y Fundación Harena, destinado a personas mayores de 65 años para evitar su soledad y aislamiento. En febrero finalizó la primera etapa con una gran acogida. Participaron 2162 personas mayores y 150 voluntarios recibieron formación. 

Debido a la buena respuesta de los mayores, que dejaron a un lado el miedo al coronavirus y participaron en las actividades presenciales, continuamos en una segunda etapa impartiendo talleres entre los meses de septiembre y diciembre de 2021.