El Centro de Salud Mental de Móstoles.

El Centro de Salud Mental de Móstoles. Google Maps

Sociedad

La falta de psiquiatras para menores colapsa el Centro de Salud Mental de Móstoles: "Hay 9 meses de lista de espera"

Fuentes del Hospital Universitario de Móstoles informan de que se ha "puesto en marcha un plan de gestión y seguimiento específico de la asistencia a pacientes". 

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La Asociación Madrileña de Salud Mental (AMSM) ha lanzado una seria advertencia sobre la situación crítica que atraviesan los Centros de Salud Mental (CSM) de la Comunidad de Madrid, con especial atención al de Móstoles.

Según la citada asociación, los ratios asistenciales son "asfixiantes", las primeras citas superan "los nueve meses de espera" y las revisiones se han reducido a frecuencias que "no permiten ningún trabajo terapéutico".

Fuentes del Hospital Universitario de Móstoles informan de que ante el déficit generalizado de profesionales en el área de salud mental, "se ha diseñado y puesto en marcha un plan de gestión y seguimiento específico de la asistencia a pacientes".

"Para garantizarlo, se realiza una visión constante de las primeras citas y las revisiones programadas. No obstante, el servicio de psiquiatría cumple los plazos que marcan los objetivos institucionales, siendo la demora para una primera vista de menos de 45 días", indican desde el Hospital Universitario de Móstoles.

Por su parte, la AMSM prepara un estudio sobre el estado de estos centros junto con la asociación AMASAP, ha querido visibilizar la gravedad en Móstoles a través de una carta a la que ha tenido acceso Madrid Total.

En este municipio, denuncian, las bajas y marchas de profesionales por 'burnout' han dejado al servicio sin atención de psiquiatría infantojuvenil.

Esta carencia obliga a que los menores sean derivados a psicólogos o residentes en rotación, que no tienen competencias para prescribir fármacos, o incluso a profesionales de adultos y al ámbito hospitalario, lo que, según la AMSM, incrementa el riesgo de "psicopatologización" de los pacientes más jóvenes.

La consecuencia directa es el alargamiento de los plazos: las revisiones, aseguran, llegan a espaciarse hasta tres meses en el mejor de los casos.

El impacto, añaden, se extiende más allá del propio centro y alcanza a los recursos comunitarios de prevención, intervención y también a los colegios de la zona, que están sufriendo las carencias en primera línea.

Sobrecarga y falta de autonomía

La preocupación de la AMSM coincide con la expresada meses antes por facultativos del propio CSM y el sindicato AMYTS, que en abril de 2025 trasladó un escrito a la Gerencia del Hospital Universitario de Móstoles, la Oficina Regional de Salud Mental y Adicciones y Salud Laboral.

En él detallaban el"profundo malestar" del equipo ante las decisiones organizativas adoptadas.

Entre sus quejas señalaban que las revisiones de pacientes con trastorno mental grave sufren demoras de 4 a 5 meses, lo que imposibilita un seguimiento psicofarmacológico y psicoterapéutico eficaz y aumenta el riesgo de cronificación.

Criticaban, además, que el tiempo asignado a las primeras consultas se hubiera reducido a 20 o 30 minutos en lugar de los 60 estipulados, lo que dificulta un diagnóstico fiable y la posibilidad de resolver casos en consultas de alta resolución.

También advertían del aumento de carga asistencial, pasando de 10 nuevos pacientes semanales a más de 20, y de la pérdida de autonomía en la gestión de agendas, lo que entorpece coordinaciones imprescindibles en casos graves.

Todo ello, aseguraban, estaba generando un grave desgaste profesional en una plantilla menguada por la falta de reposición de efectivos.

En su carta, los facultativos recordaban que en febrero de 2024 se realizó una evaluación de riesgos psicosociales con resultados "aciagos y preocupantes".

Pese a presentarse oficialmente en julio del mismo año, afirmaban que no se había implementado ninguna medida correctora.

Y de nuevo, la situación más delicada afecta a la psiquiatría infantojuvenil. El CSM de Móstoles dispone de tres plazas, que en los últimos años han quedado vacantes o con cobertura insuficiente.

Entre diciembre de 2022 y agosto de 2023, y de nuevo desde septiembre de 2024, sólo un psiquiatra estuvo al frente de la unidad. El último facultativo en ocupar el puesto, el doctor Herranz, dimitió hace unas semanas tras reiterar sin éxito que no podía trabajar con criterios mínimos de calidad.

Su renuncia ha dejado al municipio sin especialistas en esta franja etaria, lo que repercute en una población "muy vulnerable" y sobrecarga a los psicólogos clínicos, obligados ahora a asumir pacientes que requieren tratamiento psicofarmacológico.

Esta situación, alertan, pone en riesgo incluso la acreditación docente del centro.

Peticiones y falta de respuesta

Tanto desde la AMSM como desde mesas comunitarias y sindicatos se han enviado escritos a los organismos responsables reclamando soluciones.

Sin embargo, denuncian que hasta la fecha no ha habido contestación ni medidas concretas, lo que pone en riesgo la seguridad de pacientes, familias y profesionales, además de vulnerar el derecho a una atención de calidad, especialmente en la infancia y la juventud.

La AMSM pide una revisión de los criterios de gestión, la cobertura inmediata de las plazas vacantes y la implementación de medidas que protejan a los profesionales frente a los riesgos psicosociales.

La organización subraya la necesidad de apostar por un modelo comunitario, humano y continuado, y ha expresado su apoyo a los profesionales del CSM de Móstoles, así como a las familias que sufren las consecuencias de la falta de recursos.