José Antonio Díaz es la segunda generación del negocio.

José Antonio Díaz es la segunda generación del negocio. Mesón Los Granaínos

Sociedad

José Antonio Díaz, hostelero de Madrid: "Ha sido criminal y ahora nos espera lo peor, los clientes son más irascibles"

El dueño del mesón Los Granaínos se ha visto obligado a tomar medidas para ofrecer el mejor servicio a sus clientes debido a las altas temperaturas que asolan la capital.

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Madrid en verano se hace cuesta arriba. El calor aprieta y las calles se vacían. Muchos se van a la playa o al pueblo buscando un respiro, y los que se quedan aquí, intentan llevarlo lo mejor posible.

Para bares y restaurantes, el verano no es precisamente sinónimo de descanso. Es una época complicada en la que hay que adaptarse para sobrevivir. Hay menos gente, se gasta más y el trabajo del día a día se hace mucho más difícil.

José Antonio Díaz, dueño del Mesón Los Granaínos, lo sabe bien. Es la segunda generación al frente de este bar familiar que ha visto pasar a miles de clientes, resistiendo tantos inviernos como veranos. Sin embargo, últimamente, este hostelero madrileño confiesa que la cosa se está poniendo peor.

Este establecimiento ha tenido que tomar medidas.

Este establecimiento ha tenido que tomar medidas. Mesón Los Granaínos

"Desde hace tiempo siempre hemos aguantado inclemencias meteorológicas, tanto frío como calor. Pero estos últimos años hemos notado un repunte del calor. Tanto en duración como en prontitud. Este mes de junio ha sido criminal y nos espera lo peor", comienza diciendo a Madrid Total.

Y no lo dice a la ligera. Con más de tres décadas detrás de la barra, José Antonio asegura que el verano ha dejado de ser simplemente una temporada para convertirse en un reto diario.

"Tomamos medidas, tanto en el montaje de terraza con zonas de sombra como en el interior del local, sobre todo en horas centrales, donde tenemos dos grandes máquinas de aire acondicionado", explica.

Sin embargo, estas adaptaciones, necesarias para mantener el negocio en pie y ofrecer cierto confort a los pocos valientes que se atreven a salir a tomar algo, no son gratis.

Según detalla el hostelero, "todo ello repercute negativamente en caja, por el gasto que dicho recurso produce, así como la baja afluencia de público en momentos de más calor".

En su caso, incluso ha tenido que replantearse los horarios de apertura. "Reducimos en lo posible la jornada del personal para evitar exposiciones al calor en horas centrales. Muchos días sale más barato cerrar de 16.00 a 19.00 h", comenta con resignación.

Y es que ya no se trata solo de economía, sino también de cuidar a su equipo, muchos de los cuales llevan trabajando años a su lado.

Este hostelero apuesta por la temporada.

Este hostelero apuesta por la temporada. Mesón Los Granaínos

Pues tal y como explica con sinceridad José Antonio, otro de los grandes retos de la temporada es el mantenimiento de la maquinaria. Y es que en verano, el uso del aire acondicionado y los frigoríficos se dispara.

"Los meses de más calor son más perjudiciales en todos los sentidos, por no hablar del mantenimiento y gasto extra de la maquinaria de frío, que debe estar en óptimas condiciones y funcionando al 100%", confiesa.

Y si algo ha aprendido con los años, es que el calor no solo afecta a los números del negocio. También cambia el humor de la clientela.

Díaz confiesa que se ha dado cuenta de que "muchos clientes con el calor se vuelven más irascibles, lo cual nos obliga a tener aún más mano izquierda de la que nos dan los años de experiencia".

Una afirmación que comparten muchos otros empresarios del sector, quienes saben lo que es trabajar durante estos largos días de verano.

Pese a todo, José Antonio sigue apostando por su barrio, su bar y sus vecinos. Porque aunque Madrid en verano se vacíe, siempre hay quien agradece una cerveza bien fría, una tapa casera y, sobre todo, una sonrisa al otro lado de la barra.