Sergio y Máximo posan en su 'escape room'.

Sergio y Máximo posan en su 'escape room'. Bombastik

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Sergio y Máximo han creado la "no" escape room: de montar la primera en Atocha a abrir en Melbourne, Dallas y Los Ángeles

Este Halloween, Bombastik, el proyecto madrileño que solo lleva un año y ya ha recibido a más de 25.000 jugadores, te llena de sangre.

Más información: El nuevo juego que llega a Madrid para destronar a las 'scape rooms': un concurso como en la tele pero con amigos

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Las claves

Boombastik, la "no" escape room creada por Sergio Abendivar y Máximo Cuadros en Madrid, ha revolucionado el concepto tradicional con experiencias físicas y visuales para grupos.

Con más de 25,000 jugadores en su primer año, Boombastik ha facturado 600,000 euros y se ha expandido internacionalmente a Melbourne, Dallas y Los Ángeles.

La experiencia de Boombastik incluye pruebas de destreza y adrenalina, como saltar lava y esquivar láseres, con un final explosivo y un Spoiler Bar para seguir disfrutando.

"Somos 'young adults' [adultos con alma de jóvenes]", creen Sergio Abendivar y Máximo Cuadros, que fue el motivo por el que han acabado dedicándose al mundo del escape room en Madrid, pero este concepto de resolver misterios para poder salir de una sala se les quedaba corto: "Queremos mover el cuerpo y que esté la opción de jugar al suelo es lava, saltar como un saltamontes, aunque son pruebas sencillas —no necesitas venir de clase de CrossFit—, pero generas endorfinas y te esfuerzas al máximo".

Con esa premisa crearon Bombastik, la "no" escape room que todavía carece de calificativo propio más allá de "experiencia inmersiva", ya que tiene un punto de "action game" y de "arcade".

En apenas un año, el espacio de 150 metros cuadrados en la zona de Atocha ha recibido más de 25.000 jugadores y facturado 600.000 euros, convirtiéndose en uno de los fenómenos de ocio urbano más comentados de Madrid.

El éxito ha sido tan rotundo que el proyecto ha cruzado fronteras gracias a su colaboración con Fever: el 2 de enero abrieron en Melbourne (Australia), hace 2 meses en Dallas (Estados Unidos) y hace apenas 6 días en Los Ángeles. "De Madrid al mundo", resume Abendivar, que coordina desde la capital el hardware y el software que viaja hasta las franquicias internacionales.

Sergio, que antes fue financiero, y Máximo, con experiencia en startups internacionales, llevan tiempo en el negocio del entretenimiento. "Venimos del mundo de las escape rooms. Hace 11 años empecé por placer, con una marca en Madrid. Tenemos Fox in a Box", recuerda Abendivar. Así surgió la idea de crear una experiencia más física y visual, donde el usuario no tuviera que pensar tanto en resolver un enigma, sino en vivir una aventura.

Bombastik propone un juego de acción para equipos de 4 a 8 personas, con seis salas temáticas que mezclan destreza, ingenio y mucha adrenalina. Durante 75 minutos, los jugadores esquivan láseres, saltan lava, descifran códigos o huyen de contrarrelojes imposibles antes de enfrentarse al temido "monstruo final". "Casi seguro pierdes —bromea Abendivar—, y entonces explota la bomba de pintura".

Y no es una metáfora. La explosión es real. "Para Halloween hemos cargado nuestras bombas con una pintura muy especial: sangre. Las imágenes y los vídeos están siendo muy sangrientos", avanza entre carcajadas. La experiencia se completa en el Spoiler Bar, el espacio de restauración del local donde los grupos pueden seguir comentando la jugada con cócteles o una cerveza artesana.

Bombastik.

Bombastik. Bombastik

Abendivar reconoce que la clave del éxito está en entender al público: "La gente ya no quiere quedarse sentada mirando una pantalla, quiere moverse, reírse, gritar..." —y como curiosidad añade— "Vendemos más a mujeres que a hombres. Son más vivas y no les importa pagar para tener un ocio de calidad superior. Hacemos muchas despedidas de soltera, por ejemplo". El precio de la experiencia parte de los 26 euros por persona.

En Bombastik todo gira en torno a la interacción. "No es una escape room porque no tiene lógica, se trata simplemente de pasárselo bien", resume Abendivar. Un videojuego a escala real, con puntos, niveles y un final explosivo, pensado para quienes buscan soltar adrenalina en grupo.

Este otoño, además, el local está ambientado de Halloween. "Todos los jueves tenemos bingo temático, y este mes es de Halloween, claro", informa.

Con su estética de Instagram y luces de neón, Bombastik se ha convertido en el nuevo templo de la diversión en la capital. Y desde Atocha, los madrileños Cuadros y Abendivar —este último realmente es vasco "pero madrileño de adopción porque llevo 11 años aquí"— ya piensan en su siguiente movimiento: "Queremos abrir en Inglaterra y en alguna otra ciudad española", prometen.