Billetes y monedas
En un momento en el que la digitalización avanza en todos los sectores y la inteligencia artificial empieza a formar parte de nuestras rutinas, resulta sorprendente que la planificación financiera con estas herramientas sigue siendo una asignatura pendiente para muchas personas.
Sin embargo, su adopción aún es limitada, ya sea por desconocimiento o simplemente por pereza. Y, sin embargo, incorporar herramientas digitales es fundamental para asegurar nuestra tranquilidad y gestionar mejor nuestro día a día.
A pesar de los avances tecnológicos, muchas personas encuentran barreras para planificar sus finanzas. No existe una única solución válida para todos los perfiles, pero sí un proceso común. La primera etapa exige que el usuario tenga claro un diagnóstico de la situación actual de ingresos y gastos.
A partir de ahí, el siguiente paso es definir objetivos, valorar su viabilidad y comparar distintos escenarios. Además, puede resultar útil incluir hitos como la jubilación o la compra de vivienda para proyectar la evolución de su patrimonio en el futuro.
Actualmente, las personas se enfrentan a diferentes dificultades a la hora de realizar una planificación de sus finanzas. Una de ellas es la sensación de complejidad: muchas veces se piensa que planificar es complicado cuando su esencia es asegurarse de no gastar más de lo que se ingresa. El riesgo está en caer en simplificaciones excesivas que hagan perder su importancia real.
Muchas personas se centran en el corto plazo y no evalúan cómo sus decisiones pueden afectar a su futuro financiero
Otra dificultad es el lenguaje técnico, que aleja a muchos usuarios si no se presenta de forma accesible, y por último interviene la falta de perspectiva a medio y largo plazo. Muchas personas se centran en el corto plazo y no evalúan cómo sus decisiones pueden afectar a su futuro financiero.
Con estas dificultades, se hace aún más necesario el uso de la tecnología, porque una herramienta adecuada puede ofrecer soluciones pedagógicas y desmenuzar conceptos complejos paso a paso de forma clara y guiada. Además, la parte visual facilita la comprensión y hace el proceso más intuitivo.
Y, sobre todo, gracias a la disponibilidad de datos y a los nuevos avances como la inteligencia artificial, es posible ofrecer una planificación personalizada y ajustada a cada situación.
El uso de la tecnología en planificación debe basarse en varios principios. Uno de los más importantes es la sencillez tanto en la introducción de datos como en la interpretación de los resultados. Una interfaz clara ayuda a centrarse en lo importante.
En segundo lugar, la accesibilidad cobra especial relevancia hoy en día. La Ley de Accesibilidad Europea (EAA) exige que todo contenido digital se pueda utilizar por cualquier persona. La tecnología facilita la eliminación de barreras, pero para ello la herramienta debe acompañar, explicando el contexto y el impacto de cada decisión.
La tecnología puede simplificar el proceso, acompañar al usuario y ofrecer una visión clara para tomar decisiones informadas y construir un futuro más seguro
Por último, es importante incorporar una perspectiva de la vida, incluyendo hitos personales y profesionales, para anticipar necesidades futuras.
Actualmente, muchas aplicaciones registran ingresos y gastos, pero no permiten proyectar escenarios futuros. Conviene ilustrarlo con dos casos habituales: una persona de 30 años quiere comprarse una vivienda en 5 años; con una herramienta básica puede conocer su capacidad de ahorro, pero no puede realizar una proyección de cómo afectará esta decisión a otras metas financieras ni considerar diversas variables.
De forma similar, alguien de 55 años próximo a la jubilación puede registrar sus movimientos e incluso estimar su pensión, pero difícilmente podrá simular escenarios según su nivel de ingresos futuros y la manera de complementar sus ahorros o inversiones para vivir con tranquilidad.
Estos casos muestran la importancia de una planificación completa, que vaya más allá del registro del presente. El verdadero valor añadido está en simular escenarios futuros combinando la situación actual con la capacidad de ahorro y las decisiones presentes.
Este tipo de herramientas deben convertirse en un apoyo fundamental para la educación financiera y para una banca responsable. La personalización permite adaptarse a distintos perfiles, contribuye a reforzar conocimientos básicos de gestión del dinero y sirve como guía para decisiones más avanzadas en ahorro e inversión. En banca y asesoramiento, fomentan servicios más accesibles y transparentes.
Para concluir, la planificación financiera es esencial para vivir con tranquilidad, aunque muchas personas encuentran dificultades. La tecnología puede simplificar el proceso, acompañar al usuario y ofrecer una visión clara para tomar decisiones informadas y construir un futuro más seguro.
*** Manuel Pozo es profesor de Afi Global Education