Me ratifico en mi impresión sobre el crecimiento de 2025 del PIB español. Bastará con que hayamos crecido entre el 0,8 y el 1% en el tercer trimestre (en el primero crecimos el 06% y en el segundo el 08%) para que casi se alcance el 3% de crecimiento con un crecimiento normal del 0,5% en el cuarto trimestre. Esperemos los datos del INE de julio/septiembre para confirmarlo.
Hay hechos que abundan en esa dirección. El crecimiento de las ventas de casas es alto. Eso quiere decir que hay mucho dinero en manos de los compradores, tanto por lo que pagan al contado, como por las hipotecas que generan. Los bancos sólo dan crédito si el comprador tiene buenas perspectivas económicas y patrimonio.
Por otra parte, los datos que atesora Hacienda es que los ingresos por impuestos están disparados. La renta de la clase media y media alta permite una recaudación alegre. La ministra, vicepresidenta
Montero está fuerte en el Gobierno porque recauda. Recauda, entre otras cosas, porque no ha deflactado los tipos del IRPF. Con esos ingresos el gasto público está asegurado.
Que la economía de las clases menos favorecidas se mantiene lo indica que las tensiones sociales están casi desaparecidas. Nadie se preocupa por la derrota de la ministra Díaz con sus 37,5 horas semanales. Los sindicatos gritan con la boca pequeña, porque en muchas empresas grandes ya trabajan eso o menos.
Se ha italianizado porque empleadores y empleados pasan de los gobiernos y porque el éxito empresarial se basa más en la imaginación que en la eficiencia fabril
Ahora UGT y CCOO han convocado paros parciales en las empresas, pero: ¡En contra de Israel por la situación de Gaza! Se puede estar o no de acuerdo con esos paros, pero su misma convocatoria demuestra que las tensiones laborales están bajo mínimos.
La economía española se ha italianizado. Se ha italianizado porque empleadores y empleados pasan de los gobiernos y porque el éxito empresarial se basa más en la imaginación que en la eficiencia fabril.
En España el papel del Estado en la economía siempre ha sido importante. Por eso gobiernos estables y eficaces eran necesarios para su crecimiento.
En Italia, acostumbrados a la inestabilidad política, hasta la fecha, los grandes capitanes de la industria del norte y los pequeños empresarios y agricultores del sur trabajaban sin importarles lo que pasaba en la Roma capitalina.
Los gobiernos se sucedían uno al otro, con recomposiciones continuas. Los partidos se coligaban y rompían alianzas continuamente. La economía circulaba independientemente de esas vicisitudes.
La industria de la era de la inteligencia artificial necesita más de la imaginación y el trabajo individual y de equipo, que de una fábrica con maquinaria
Por otra parte, se dice que España se ha ido desindustrializando en las últimas décadas ¿Desindustrializando? La palabra adecuada sería desfabricalizando (perdiendo fábricas) que no es lo mismo.
La industria de la era de la inteligencia artificial necesita más de la imaginación y el trabajo individual y de equipo, que de una fábrica con maquinaria. Necesita cerebros con ordenadores situados, no importa donde.
Siempre se ha admirado el diseño italiano. Tanto en moda, como en industria o en comercio y su potencia intelectual (sus universidades y su capacidad de pensamiento). Italia ha vivido más de su talento que otros países. Un talento acumulado en siglos de historia.
España empieza a parecerse a Italia en ello. El 16% de la exportación de 2024 fue de servicios profesionales no turísticos. Ingeniería, abogacía, financieros, consultoría, arquitectura, … El diseño español en moda o en vídeojuegos es importante, la lengua nos permite competir en series como “La Casa de Papel”.
A pesar de nuestros fracasos en Eurovisión, o precisamente por ellos, hay cantantes españoles que triunfan internacionalmente. En varios deportes los equipos españoles son punteros y tenemos campeones individuales. Las universidades españolas se llenan de extranjeros. Todo ello es talento.
Por contra, ahora que Italia parece tener un gobierno estable, el Gobierno español no logra aprobar los presupuestos.
Pero el talento italiano también es político. Su fino olfato hace que empiecen con quién empiecen las guerras, siempre acaban del lado de los vencedores.
Es eso, de momento, no seguimos sus habilidades ¿Sería cuestión de aprender esa lección? Es complicado porque Italia tuvo a Maquiavelo.
Una vez dicen que a Andreotti, un genio de la política italiana del siglo XX, le preguntaron:¿Qué opina de la política española? A lo que respondió: “manca finezza (le falta finura)”. Pues eso.
** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.