Interior de la Bolsa de Madrid.

Interior de la Bolsa de Madrid. Marta Fernández Europa Press

Opinión Blue Mondays

El Ibex 35 a las puertas de un hito histórico

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El índice más representativo de nuestra economía, que podríamos denominar “simple”, se sitúa a poco más de un 4% de los máximos históricos alcanzados en noviembre de 2007. ¿Logrará en estas siete sesiones que restan para concluir el tercer trimestre batir sus altos históricos o dejará ese paso para el último tramo de año?

Conviene puntualizar que el Ibex Total Return, que reinvierte los dividendos pagados por las compañías, ya batió en agosto su récord de siempre.

Pero la referencia más simbólica y mediática se aproxima, por tanto, de nuevo a aquel nivel tras casi diecisiete años de espera, en un contexto de bolsas globales en clara tendencia alcista, donde ni la incertidumbre sobre los tipos de interés, ni la debilidad del dólar, ni los conflictos bélicos o los continuos problemas derivados de las tensiones comerciales y los aranceles, han conseguido frenar el impulso de los mercados.

Más de 16 años en los que el mercado español ha vivido una montaña rusa: desde la Gran Crisis Financiera de 2008, que se cebó especialmente con la banca nacional, hasta la crisis del euro que mantuvo a España bajo la lupa de los mercados; desde la pandemia de la COVID-19, que arrastró al índice por debajo de los 5.800 puntos en marzo de 2020, hasta la posterior recuperación impulsada por estímulos fiscales y monetarios sin precedentes.

En este largo camino también se han digerido la guerra de Ucrania, los picos inflacionistas recientes y la agresiva respuesta de los bancos centrales en forma de subidas de tipos. Pocas veces un índice ha necesitado superar tantas pruebas de estrés macroeconómico y financiero antes de recuperar su mejor nivel histórico.

Pocas veces un índice ha necesitado superar tantas pruebas de estrés macroeconómico y financiero antes de recuperar su mejor nivel histórico.

El motor de esta recuperación ha estado, sin duda, en los bancos, que han pasado de ser la gran losa del índice a convertirse en su principal fuente de tracción gracias a la subida de tipos y a la mejora de sus márgenes.

Pero esa fortaleza encierra también un problema como es que el Ibex adolece de una excesiva concentración en el sector financiero, lo que introduce un sesgo estructural difícil de obviar. Inditex, a pesar del mal ejercicio que acumula en 2025, y las eléctricas han compartido también protagonismo.

El Ibex ha tenido que lidiar con una realidad como es la escasa diversificación sectorial. Nuestro mercado apenas ha visto nuevas salidas a bolsa —con la excepción reciente de Puig— y la actividad en este terreno se ha evaporado en muchos bancos de inversión.

Aquí conviene señalar también la falta de ambición de BME, que no ha sabido acercar el mercado al pequeño ahorrador ni proyectar el atractivo del Ibex hacia el exterior: el escaso desarrollo del BME Growth y la incapacidad para convertirse en polo de atracción de nuevas compañías, han restado impulso a un índice que podría haber estado mucho más cerca de sus pares europeos.

Esa fortaleza encierra también un problema como es que el Ibex adolece de una excesiva concentración en el sector financiero.

Conviene, sin embargo, no olvidar que en España siempre hemos sido especialistas en ponerle piedras a nuestro propio índice. Seguimos siendo un país en transición hacia un modelo económico e industrial que no termina de definirse, con un marco regulatorio enrevesado y un intervencionismo público que a menudo limita más de lo que impulsa.

Esa mezcla de incertidumbre, giros de política económica y ruido político ha hecho que el Ibex no esté en el podio de los índices europeos que baten récords de forma natural. El inversor extranjero —y también el nacional— no es ajeno a este escenario, pues ve los titulares, percibe la falta de claridad en el rumbo económico y actúa en consecuencia.

Llegados a este punto, la pregunta es si el esfuerzo ha merecido la pena. Y la respuesta es que sí. Aunque el Ibex simple aún no ha recuperado los máximos de 2007, lo cierto es que en los últimos tres ejercicios se ha convertido en uno de los mercados más rentables de Europa.

Entre 2022 y 2024, el Ibex ha batido en rentabilidad acumulada a referentes como el CAC 40 francés o el DAX 30, apoyado en la fortaleza de los beneficios empresariales y en una política de dividendos que sigue siendo una de las más generosas del continente.

El tiempo dirá si esta tendencia se consolida, pero lo que ya es seguro es que, tras un largo desierto, el mercado español vuelve a reclamar un lugar destacado en el panorama europeo.