El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene en la segunda jornada de la IV Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo de la ONU.
Multilateralismo 2.0: Sevilla como oportunidad para ampliar el acceso global a la financiación
Desde este lunes, España acogerá una cita crucial: la Cuarta Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo que tendrá lugar en Sevilla. Tanto el desarrollo sustentable, una cuestión más novedosa, como el acceso al financiamiento son temas centrales de la actual agenda global que se debatirá esos días.
Según estimaciones recientes, el gasto anual total de las economías emergentes en inversiones para la acción climática y una infraestructura más sostenible debe aumentar en tres billones de dólares estadounidenses por año antes de 2030.
En este contexto, los bancos multilaterales de desarrollo (BMD), como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se erigen como actores imprescindibles para canalizar recursos y orientar el crecimiento hacia un futuro más resiliente al cambio climático y a su vez poder movilizar una mayor cantidad de recursos para atender las necesidades de desarrollo.
La realidad es que los recursos con los que cuentan los BMD son limitados y, sumado a ello, la coyuntura internacional actual (con tensiones geopolíticas y un posible repliegue de grandes potencias en el multilateralismo) complica aún más el panorama.
Por ello, urge que estas instituciones sean capaces de movilizar la inversión privada, especialmente para proyectos de acción climática e infraestructura, donde el riesgo percibido suele disuadir a los inversores tradicionales.
En la práctica los préstamos permanecen en el balance del banco multilateral, pero el riesgo de impago se reparte con el sector privado
Aquí es donde la innovación financiera debe dar un paso al frente. Una de las herramientas más prometedoras es la titulización sintética de carteras de préstamos para el desarrollo. ¿En qué consiste?
Básicamente, permite que los BMD transfieran parte del riesgo de sus préstamos a inversores privados sin perder el control ni la supervisión de los proyectos.
Es decir, en la práctica los préstamos permanecen en el balance del banco multilateral, pero el riesgo de impago se reparte con el sector privado, a menudo mediante instrumentos como los derivados financieros.
La titulización es, en esencia, una herramienta financiera destinada a la gestión del riesgo. Este mecanismo se ha asociado tradicionalmente a la crisis financiera del 2008, cuando los bancos comerciales transfirieron completamente el riesgo de impago de sus préstamos a un vehículo de propósito especial (SVP, por sus siglas en inglés), eliminando así los créditos de sus balances y reduciendo su exposición al riesgo mediante la utilización de credit default swaps, un tipo de derivado financiero.
Esto debilitó los incentivos para mantener la calidad de los préstamos y concluyó con la acumulación de activos de alto riesgo (subprime) en todo el mercado secundario. El final de esta historia es por todos ya conocida.
Los BMD mantienen la prioridad de cobro y la supervisión
Contrariamente, cuando al término “titulización” se le antepone la palabra “sintética”, la lógica del derivado financiero cambia. Como se mencionó arriba, en lugar de transferir los préstamos, lo que se transfiere es el riesgo asociado a éstos, manteniéndolos en el balance de la entidad financiera, clave para prevenir el oportunismo.
La transparencia y la alineación de intereses son clave: los BMD mantienen la prioridad de cobro y la supervisión, mientras que los inversores privados asumen un riesgo acotado y, a cambio, obtienen una rentabilidad ajustada al perfil del proyecto.
Así, se liberan recursos de los BMD para nuevos préstamos sin comprometer la solidez de las instituciones multilaterales. Pero ¿por qué los BMD mantienen la prioridad de cobro?
Por el estatus de acreedor preferente que de facto tienen estas entidades, siendo habitualmente excluidas de los procesos de reestructuración de deuda soberana, reembolsando el crédito en su totalidad, y manteniendo de esta manera el seniority sobre otros acreedores comerciales.
A su vez, este mecanismo permite utilizar nuevas vías para atraer fuentes de financiación no tradicionales, y abrir el juego entre quienes tienen ahorros suficientes, como fondos de pensión, y los que necesitan capital para nuevos proyectos de desarrollo.
La conferencia internacional, que tendrá lugar en Sevilla tiene como objetivo movilizar los recursos financieros por parte de la comunidad internacional
Un ejemplo de ello es el caso del BID Invest quien el año pasado realizó esta operación (Scaling4Impact) por valor de mil millones de dólares estadounidenses.
La lección es clara: si queremos que la transición ecológica y el desarrollo sostenible sean algo más que buenas intenciones, necesitamos que los BMD tengan la capacidad de innovar, atrayendo capital privado, y de compartir el riesgo de manera astuta. La titulización sintética de carteras es una de las llaves que puede desbloquear el flujo de recursos que el mundo necesita.
La conferencia internacional, que tendrá lugar en Sevilla tiene como objetivo movilizar los recursos financieros por parte de la comunidad internacional para cumplir con los compromisos de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible a nivel global.
Participarán en ella Naciones Unidas, instituciones financieras internacionales, BMDs, sectores privados y organizaciones civiles.
Es por lo que, la ocasión es perfecta para que se apueste por un multilateralismo renovado, más moderno y audaz, capaz de responder a los desafíos globales como la deuda y la sostenibilidad, no solo para alinear las agendas de desarrollo, sino también para ampliar el nivel de participación y colaboración, impulsando alternativas concretas a retos actuales.
*** Rosario Bustillos, asociada en Kepler-Karst.