La opa BBVA/Sabadell ha pasado otro trámite. El del Ministerio de Economía. Después de la consulta “popular” para analizar su conveniencia política, aunque el ministro la llame convivencia social.

En realidad, no está claro cuál es la opinión del ministerio que dirige el Sr. Cuerpo. Podría ser no, podría ser sí, pudiera ser depende.

Parecería que debería ser suficiente, para iniciar el trámite definitivo en el mercado.

Pero no. Ahora el ministro Cuerpo ha encontrado otro mecanismo para alargar la decisión: presentar la opa al Consejo de Ministros, que tiene otros treinta días más para tomar la decisión.

Es como si el Gobierno quisiera agotar la paciencia del BBVA con los “dilata”. Una fórmula típica del Vaticano cuando no quiere vetar una propuesta, pero tampoco la quiere aprobar.

La consulta ha sido tan chapucera que cualquiera ha podido suplantar la voluntad de un accionariado

Con este nuevo “dilata” entramos en el verano. Un tiempo poco propicio para aventuras financieras. Por lo que es posible que la operación se retrase hasta otoño.

La consulta popular no parece haber sido concluyente.

Algunos accionistas “minoritarios” del Sabadell dicen en la consulta que hay que entrar en razones sociales para vetar la opa.

No se sabe cuántos minoritarios son, ni su representatividad. La consulta ha sido tan chapucera que cualquiera ha podido suplantar la voluntad de un accionariado.

Pero, incluso, si hubiese sido un grupo representativo real, lo tiene fácil. Simplemente, ese grupo deja de aceptar las condiciones de la opa y no canjea sus acciones del Sabadell en el mercado por lo que le ofrece el BBVA. Si son muchos, la opa no saldrá.

Otra vez los poderes públicos adoptando la figura paternalista, al entrometerse en una negociación que compete únicamente a los accionistas de ambas entidades

Todo suena a lío, medias verdades, falta de claridad. Cuando lo más sencillo es que los accionistas del banco de Sabadell ejerzan su derecho en el mercado.

Pero no, un gobierno, como el de Sánchez, se dedica a poner trabas para evitar el ejercicio del derecho de cada accionista. Considera que es el mejor intérprete de los intereses de los accionistas, más que los propios accionistas.

Otra vez los poderes públicos adoptando la figura paternalista, al entrometerse en una negociación que compete únicamente a los accionistas de ambas entidades.

¿Qué nuevo dilata se puede inventar el Gobierno Sánchez para ganar tiempo? ¿Puede pedir el Gobierno un nuevo informe no vinculante a organismos como “¿el Consejo de Estado” o La AiRef, o …?

¿Por qué no dice claramente que está en contra de la opa?

Sería contradecir a los organismos internacionales, a la CNMC y la libertad de los accionistas de ejercer su derecho en el mercado. Pero no creo que eso le importe al Gobierno a estas alturas de la jugada.

Lo que pasa es que el Gobierno Sánchez, para sobrevivir, todo lo tiene que medir en votos en el Congreso, y en este caso: ¿se contraponen los intereses del PNV y Junts?

Si el Gobierno aprueba la opa Junts se pone hecho una furia. En su pequeñez nacionalista-independentista ve al banco de Sabadell como la supervivencia del poder bancario en manos de la Generalitat. Cuando la banca ni tiene, ni debe tener color político. De hecho, el Sabadell se fue de Cataluña cuando el Process.

Si el Gobierno se opone a la opa, lo hace contra el BBVA que tiene su sede social en el País Vasco. Por tanto, puede que el PNV, siempre discreto, pero eficaz, se descuelgue de su apoyo parlamentario a Sánchez.

En consecuencia, el Gobierno “marea la perdiz”. Dilatar el proceso todo lo posible para evitar que la coalición parlamentaria del Gobierno haga aguas.

Porque este Gobierno, en precario, todo lo mide con criterios políticos con el objeto de mantenerse en el poder. Aunque empiece a oler a podrido como toda agua estancada.

Mientras tanto la opasigue sin aclararse. Las decisiones pendientes de la voluntad de un gobierno inoperante y liante.

Eso es lo que está pasando lentamente en el país. La inoperancia, la incompetencia se va metiendo en sus entrañas.

Y no es solo la opa. Ya llevo cuatro retrasos en Renfe en quince días. Todo se estropea, poco a poco, pero inexorablemente. Mientras el ministro Cuerpo retrasa la opa, el ministro Puente retrasa los trenes y Sánchez las elecciones. El retraso es permanente.

** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.