
Bitcoin
¿Puede Bitcoin brillar tanto como el oro?
Durante siglos, el metal dorado ha sido el activo refugio por excelencia, pero en la era digital, Bitcoin está desafiando su hegemonía. Para muchos, integrar la exposición a ambos activos es la receta para una mayor estabilidad.
Tradicionalmente, el oro ha sido el principal activo de reserva de valor, utilizado como refugio contra la inflación, la inestabilidad económica y la devaluación de las monedas. Su papel como activo seguro está arraigado en su escasez y aceptación global. Sin embargo, la era digital ha dado lugar a un nuevo competidor: Bitcoin.
Bitcoin ha emergido como una alternativa moderna con múltiples ventajas sobre el metal dorado, como su facilidad de transferencia y oferta estrictamente limitada. Como un activo digital descentralizado y altamente accesible, Bitcoin está redefiniendo el concepto de reserva de valor y se perfila como el ‘oro 2.0’, con características que lo hacen no solo competitivo, sino en muchos aspectos superior al metal precioso.
En primer lugar, destaca la portabilidad y facilidad de transferencia. El oro es pesado, voluminoso y costoso de transportar y almacenar. En contraste, Bitcoin existe en una forma puramente digital, permitiendo transacciones instantáneas y prácticamente sin coste en todo el mundo. Una sola transacción de Bitcoin puede transferir miles de millones de dólares en valor en minutos, algo imposible con el oro físico.
Si bien el oro tiene una oferta finita, su cantidad total no está completamente definida, ya que se pueden descubrir y extraer nuevos depósitos. Bitcoin, en cambio, tiene un suministro máximo de 21 millones de monedas, lo que lo convierte en un activo aún más escaso. Esta oferta fija garantiza un calendario de emisión predecible, reduciendo el riesgo de inflación inesperada.
Si hablamos de Seguridad y Verificabilidad, el oro debe ser probado físicamente para confirmar su autenticidad, lo que requiere procesos de verificación complejos. La blockchain de Bitcoin, un libro contable transparente e inmutable, garantiza la autenticidad y propiedad de cada moneda sin necesidad de intermediarios ni inspecciones físicas.
Bitcoin está redefiniendo el concepto de reserva de valor y se perfila como el ‘oro 2.0’
Una de las principales características de Bitcoin es su divisibilidad y accesibilidad. El oro no es fácilmente divisible para transacciones diarias, mientras que Bitcoin puede dividirse en 100 millones de unidades más pequeñas llamadas satoshis. Esto permite realizar microtransacciones de manera eficiente y facilita el acceso tanto a inversores minoristas como institucionales.
Mientras, la tan discutida descentralización también juega un papel ventajoso, pues las transacciones con oro están sujetas a regulaciones gubernamentales y pueden ser confiscadas físicamente. Bitcoin opera en una red descentralizada, lo que lo hace resistente a la censura, la incautación gubernamental y los controles de capital. Esta propiedad lo convierte en un activo especialmente valioso en tiempos de crisis política y económica.
Además, Bitcoin se negocia en un mercado global las 24 horas del día con alta liquidez, permitiendo la compra y venta inmediata a precios transparentes. En cambio, el comercio de oro está limitado por horarios de mercado, menor liquidez y mayores costes de transacción.
Por último, Bitcoin es más que una simple reserva de valor; es dinero programable. Los contratos inteligentes y las aplicaciones de finanzas descentralizadas (DeFi) amplían su utilidad más allá de lo que el oro puede ofrecer, permitiendo la creación de instrumentos financieros innovadores y transacciones automatizadas.
Bitcoin como complemento en la cartera de un inversor en oro
Más allá de la dicotomía entre Bitcoin y oro, la combinación de ambos activos en una cartera de inversión puede mejorar significativamente la rentabilidad ajustada al riesgo. Al integrar Bitcoin junto con el oro, los inversores pueden beneficiarse de una mayor rentabilidad esperada, mejorando al mismo tiempo su ratio rentabilidad/riesgo con un impacto mínimo en la volatilidad y el drawdown máximo.
Bitcoin y el oro presentan características diferenciadas y, aunque comparten propiedades como refugio de valor, su correlación histórica ha sido cercana a cero, lo que implica que no existe una causalidad directa entre ambos activos. Además, la correlación rolling entre Bitcoin y oro se ha mantenido en un rango bajo (entre -0,30 y +0,30), lo que indica que ambos activos pueden complementarse bien dentro de una cartera.
Históricamente, Bitcoin ha presentado un rendimiento significativamente superior al oro, aunque con una mayor volatilidad. Sin embargo, incluir un porcentaje moderado de Bitcoin en una cartera de oro puede mejorar el ratio de Sharpe, permitiendo a los inversores capturar mayores retornos sin un incremento proporcional del riesgo.
No cabe duda de que en finanzas no se puede hablar únicamente de rentabilidad, sino que siempre se debe evaluar el binomio rentabilidad/riesgo. No obstante, es demostrable cómo evoluciona este indicador en una cartera de oro a medida que se diversifica con Bitcoin.
Si bien el oro ha desempeñado un papel fundamental como reserva de valor durante milenios, Bitcoin representa una alternativa convincente con atributos superiores para la era digital. Su portabilidad, seguridad, divisibilidad, escasez y resistencia a la censura lo convierten en una reserva de valor más eficiente y accesible. A medida que aumenta la adopción institucional y el reconocimiento generalizado, Bitcoin tiene el potencial de reemplazar al oro como el activo refugio preferido en la era moderna.
Sin embargo, en lugar de verlos como competidores, los inversores pueden beneficiarse de la combinación de ambos activos en sus carteras. Al integrar Bitcoin junto con el oro, se logra un equilibrio entre estabilidad y alto potencial de crecimiento, optimizando la rentabilidad ajustada al riesgo sin aumentar drásticamente la volatilidad ni el drawdown. Esta estrategia híbrida puede representar la mejor solución para los inversores que buscan resguardar su patrimonio en un mundo en constante evolución.
*** Rubén Ayuso y Román González, Criptomonedas FIL de A&G Global Investors.