Camarero
La productividad por hora trabajada ha recuperado el crecimiento experimentado en el período 2014-2018. Después de un preocupante estancamiento durante los dos años anteriores a la pandemia, este indicador ha vuelto a avanzar a un ritmo del 1,1% anual entre 2022 y 2024, mientras el mismo indicador se ha estancado en la UEM. En las siguientes líneas trataré de ofrecer una visión sectorial de qué puede estar explicando este comportamiento diferencial.
Para analizar la productividad es útil mirar cuánto de su incremento se debe a movimientos entre sectores o dentro del sector. Es decir, la mejora se podría estar produciendo ya sea porque ha habido un redireccionamiento de recursos desde las áreas menos productivas hacia las más eficientes, o porque dentro de cada sector ha habido un mayor avance de la productividad.
Empezando por los movimientos entre sectores, una de las tendencias de los últimos años es la redistribución de empleo hacia actividades más productivas. Por un lado, ha caído la proporción de horas trabajadas en sectores de baja productividad como el del comercio, transporte y hostelería, que ha pasado de representar un 31,6% de las horas trabajadas en 2019, a un 30,3%.
En la misma dirección está la disminución en el tiempo dedicado a producir actividades artísticas y recreativas (-0,3 pp). La productividad en estos sectores es, a lo mucho, un 50% de la observada en la industria.
Los factores detrás de esta pérdida de peso se encuentran, en primer lugar, en la pandemia y sus efectos sobre las empresas. La caída del empleo en servicios en los que es necesario el contacto social fue una de las características de la crisis vivida en 2020. Que el empleo en el sector no se haya recuperado con la misma intensidad con la que cayó posiblemente apunta a que empresas de baja productividad habrían sido empujadas a cerrar como consecuencia de las dramáticas condiciones que trajo la pandemia.
La caída del empleo en servicios en los que es necesario el contacto social fue una de las características de la crisis vivida en 2020
Los sectores beneficiados por esta tendencia fueron otros servicios de mayor productividad. Aquí, cabe resaltar dos. Por un lado, el empleo en sanidad, educación y en las Administraciones públicas se ha incrementado por encima del resto, ganando 1,8 pp en el peso de las horas trabajadas.
Nuevamente, en un principio esto fue una reacción a la pandemia que requería un redireccionamiento de recursos para poder atender la urgencia que supuso el deterioro de la salud de muchos españoles. También es parte del manual de manejo de una crisis de demanda, en la que el gasto público actúa como estabilizador.
Sin embargo, con el tiempo, el aumento en plantilla se ha consolidado como permanente. Si bien es cierto que es difícil medir la productividad de las Administraciones públicas, el mayor capital humano que requieren las actividades mencionadas, respecto a las realizadas en la hostelería, por ejemplo, contribuye a explicar por qué aumenta la eficiencia de la economía con estos cambios.
Los otros beneficiados han sido los servicios relacionados con las tecnologías de la información y las comunicaciones, que han ganado 0,8 pp en el peso de las horas trabajadas, y los servicios profesionales (0,2 pp). Este es un cambio bienvenido ya que son dos de los sectores con los niveles de productividad más elevados en la economía española. También se encuentra en línea con el crecimiento que se ha observado en las exportaciones de servicios no turísticos, que han incrementado su importancia en la economía española, llegando a representar un 7% del PIB en 2024, 1,5 pp más que en 2019.
En todo caso, el mayor impacto en el avance de la productividad no se ha debido a esta redistribución relativa de recursos, sino a mejoras observadas dentro de cada sector, como muestra un informe de BBVA Research. Nuevamente, el caso más paradigmático ha sido el del comercio, transporte y hostelería, en donde la productividad por hora trabajada ha aumentado un 7% desde 2019.
El mayor impacto en el avance de la productividad no se ha debido a esta redistribución relativa de recursos, sino a mejoras observadas dentro de cada sector
Además de la salida de empresas menos productivas, se ha aprovechado la recuperación para invertir en digitalizar y automatizar procesos, además de incrementar la oferta de mayor calidad. La desestacionalización del turismo ha permitido la utilización de capacidad instalada en temporada baja o en regiones de menor afluencia de viajeros, contribuyendo también a mejorar la productividad. A esto hay que añadir el buen comportamiento observado en el sector de servicios profesionales donde la productividad por hora ha aumentado más de un 10%.
Por último, destacar el papel de la industria. Desde el inicio de la crisis, el VAB por hora trabajada en el sector ha aumentado un 11%, lo que se compara positivamente con lo observado durante el mismo período en la eurozona. En parte, esto puede estar reflejando el distinto impacto que ha tenido el incremento en el precio de la energía en países como Alemania, frente a lo observado en España.
De especial importancia puede estar siendo el papel jugado por el incremento de la inversión en energía renovable y su efecto sobre los costes de las empresas. En un documento reciente, BBVA Research apunta a que, en ausencia de esta tendencia, los precios de la electricidad serían un 20% superiores actualmente.
Hacia delante, parte de la sostenibilidad de este modelo de crecimiento de la productividad laboral genera dudas. Por un lado, la puesta en marcha de las nuevas reglas fiscales en la eurozona limitará el avance del empleo en las Administraciones públicas.
Por otro, existen dudas sobre cuánto más se puede avanzar en la desestacionalización del turismo, en un entorno en el que las ocupaciones en temporada alta en zonas de elevada afluencia son ya del 100%. La inversión, clave para mejorar la productividad, continúa mostrando una evolución decepcionante en el período de recuperación.
Asimismo, es de esperar que la construcción comience a tener un papel cada vez más importante en el crecimiento dadas las necesidades de vivienda. Desafortunadamente, este es uno de los sectores donde se han observado caídas de la productividad por hora, significativas, desde 2019 (-8,6%).
Finalmente, la convergencia a ratios de exportaciones de servicios no turísticos sobre PIB del 10% similares a las observadas en Alemania, Francia o Portugal sólo será posible si existe disponibilidad de mano de obra cualificada.
En resumen, la productividad por hora trabajada ha aumentado en parte porque han ganado peso en el empleo sectores más eficientes, pero principalmente porque las empresas de servicios (muchos relacionados con el turismo), junto con la industria, han mostrado una evolución diferencialmente positiva respecto a otras expansiones. En los próximos meses serán claves las reformas que puedan asegurar la reactivación de la inversión y asegurar la disponibilidad de mano de obra cualificada.
*** Miguel Cardoso es BBVA Research.