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Opinión

¿Cuáles son los puentes comerciales para las empresas españolas en 2025?

Javier Espurz
Publicada

En un escenario global marcado por la reconfiguración de las alianzas comerciales y los cambios regulatorios, impulsados en gran parte por el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, las empresas españolas enfrentan tanto desafíos como oportunidades en los mercados internacionales. El comercio internacional y las cadenas de suministro seguirán adaptándose a los cambios del entorno, pero pensamos que existen prometedoras posibilidades comerciales para las empresas españolas gracias a la diversificación geográfica, la apuesta por economías emergentes y la creciente demanda de inversión en sectores clave como la transición energética, la tecnología o las infraestructuras.

Y es que, a pesar de las tensiones comerciales entre bloques económicos, España tiene la oportunidad de consolidarse como puente estratégico entre Europa y el continente americano, Oriente Medio y algunos países claves en Asia (como India o Australia), aprovechando sus lazos comerciales, acuerdos bilaterales y el avance regulatorio en materia de sostenibilidad como motor de crecimiento. La capacidad de adaptación e innovación será, además, crucial para que las empresas españolas puedan sortear los diferentes desafíos y aprovechar las rutas comerciales más dinámicas del mundo en el contexto actual.

La ingente inversión en infraestructuras de todo tipo en Estados Unidos (sexto socio comercial de España en términos de exportaciones), alentadas por las políticas gubernamentales (como la Inflation Reduction Act, IRA), han convertido el país el principal mercado de para muchas de las grandes constructoras, ingenierías y compañías dedicadas a la producción de energías renovables o la gestión de infraestructuras. La entrada del Gobierno Trump traerá consigo una política más proteccionista, menor foco en la sostenibilidad y un incremento en la producción de combustibles fósiles. Sin embargo, creemos que, en términos generales, las empresas españolas seguirán compitiendo favorablemente en el mercado más competitivo del mundo.

Brasil, por su parte, está apostando fuerte por la transformación, invirtiendo hasta 18.000 millones de dólares en sectores como la energía renovable, agroindustria sostenible y en el aprovechamiento de sus recursos naturales a través de energía solar, eólica y biomasa. Por eso, también representa una de las mayores oportunidades de inversión para 2025, sobre todo en un entorno de crecimiento y nuevas normativas medioambientales.

Además, el país ofrece programas para facilitar la inversión como MIGA y Ecoinvest. MIGA busca mitigar los riesgos políticos atrayendo inversión con garantías y seguros contra riesgos no comerciales. Ecoinvest, por otra parte, promueve inversiones sostenibles para la transición ecológica del país también a través de créditos y garantías.

El comercio internacional y las cadenas de suministro seguirán adaptándose a los cambios del entorno

En el resto de Latinoamérica se producirá un reequilibrio en función de países y sectores, pero seguiremos viendo un flujo relevante de inversiones en proyectos de infraestructuras o industriales.

Oriente Medio se consolidará como otra región relevante para la empresa española, tanto en inversión local directa (Arabia Saudí, en campos como la movilidad, el transporte y el sector inmobiliario), como desde la perspectiva de convertirse en puente de comercio internacional entre Europa y el Sudeste Asiático (UAE), asumiendo un papel que han venido jugando Hong Kong o Singapur en el pasado. La región está atrayendo talento y mano de obra desde otras partes del mundo y se espera un importante crecimiento demográfico que requerirá inversiones en nuevas infraestructuras.

Asia lleva años atrayendo inversión, inicialmente como fabricante con mano de obra barata, pero más recientemente como un inmenso mercado con millones de consumidores. Dentro de esa área geográfica tan grande, destacaríamos dos países en los que vemos algunos paralelismos desde la perspectiva de la empresa española, India y Australia. En ambos observamos un gran volumen de inversión en energías renovables y en infraestructuras para su almacenamiento y distribución.

En India el volumen de inversión en infra espera alcanzar el 3.4% del PIB (132.500 millones de dólares), centrada en transporte, energía, infraestructuras hídricas o turísticas. En particular estamos viendo un especial esfuerzo en renovables, con un plan de alcanzar 500 GW en 2030 entre solar y eólica. Y muchas empresas españolas especializadas en este campo han puesto a India en el centro de sus planes de crecimiento internacionales.

Igualmente, en Australia, muchas empresas de construcción e ingeniería tienen oportunidades en diferentes proyectos en el país relacionados con la transición energética. Como sucede en España, Australia cuenta con los factores claves para convertirse en un productor eficiente de energía renovables: suelo, agua, luz solar y viento. El Gobierno ha anunciado un paquete de inversiones de 15.000 millones de dólares y se espera que la producción de renovables crezca a un ritmo del 12% anual los próximos años.

Asia lleva años atrayendo inversión, inicialmente como fabricante con mano de obra barata, pero más recientemente como un inmenso mercado con millones de consumidores

Algunos de los principales desafíos podrán venir del otro lado del Atlántico en 2025. Estados Unidos, y la incertidumbre que pueden ocasionar las políticas proteccionistas y los cambios regulatorios con la llegada de Donald Trump. Esa visión del ‘América First’, relacionada con la imposición de aranceles a productos de importación de varios países. Se espera que las tarifas arancelarias continúen, como ya ha adelantado el presidente incluso el mismo día de su investidura; algo que afectará a sectores como el automovilístico, la maquinaria pesada o incluso ciertos productos de consumo, si hay más incentivos para la producción nacional de componentes.

Por último, las empresas tecnológicas estadounidenses fueron más favorecidas en el primer mandato de Trump, lo que podría generar ciertas restricciones, en términos de competencia y patentes, si bien también hay espacio para la colaboración en áreas como la inteligencia artificial y la ciberseguridad.

En conclusión, aunque las nuevas políticas podrían implicar nuevos “retos” para las empresas españolas en diferentes sectores, también vemos oportunidades en diferentes países y en áreas proclives a la inversión, donde además la innovación y los acuerdos entre países pueden jugar un papel clave. Muy importante será como siempre estar al tanto de las posibles modificaciones arancelarias y las políticas comerciales que podamos ver en los próximos meses, así como contar con socios financieros globales que incluyan servicios no solo de asesoría sino también de herramientas útiles que contribuyan a mejorar el flujo de caja y reducir al máximo los riesgos.

***Javier Espurz es responsable de Corporate Bank de Deutsche Bank en España.