
Donald Trump y Vladimir Putin
Donald Trump, fiel a su enfoque transaccional, propone condicionar la ayuda a Ucrania a cambio de acceso a sus recursos minerales. Este movimiento busca reducir la dependencia de China, que domina ampliamente la cadena de suministro de tierras raras y otros minerales esenciales para tecnologías avanzadas.
Aunque Ucrania cuenta con reservas de tierras raras, su potencial es una incógnita. Por ello, es probable que Trump también esté considerando otros minerales críticos, como el titanio, el litio o el galio, donde Kiev podría desempeñar un papel más destacado.
Las tierras raras son un conjunto de 17 elementos químicos con propiedades magnéticas, eléctricas y ópticas, esenciales para tecnologías avanzadas. Están presentes en teléfonos inteligentes, pantallas LED, vehículos eléctricos y sistemas de defensa. Aunque no son escasas, suelen encontrarse en bajas concentraciones y están dispersas en la corteza terrestre, lo que dificulta su extracción. Además, el proceso de refinamiento exige alta especialización técnica debido a los desafíos asociados con la separación de los elementos y el manejo de residuos ambientales.
China lidera este sector con el 70% de la extracción mundial y más del 90% del refinamiento. Su dominio se basa en abundantes reservas y en décadas de inversión en tecnología e infraestructura. Además, ha ampliado su control posicionando empresas en minas de países con importantes recursos minerales. Este liderazgo incluye otros minerales críticos como grafito, litio, galio, germanio, cobalto y níquel, que Pekín ha convertido en herramientas de presión geopolítica.
En 2010, el país asiático bloqueó las exportaciones de tierras raras a Japón tras una disputa territorial, mostrando el poder de su control sobre estos recursos. Más recientemente, impuso restricciones a la exportación de tungsteno, telurio, bismuto, molibdeno, indio, galio y germanio, como respuesta a las restricciones comerciales y tecnológicas impulsadas por Washington.
Las tierras raras son un conjunto de 17 elementos químicos con propiedades magnéticas, eléctricas y ópticas, esenciales para tecnologías avanzadas
Reducir la dependencia de China se ha convertido en una prioridad estratégica para Occidente. Estados Unidos y la Unión Europea han desarrollado planes para diversificar sus cadenas de suministro. Durante la Administración Biden, como parte de su política industrial, se ha impulsado la producción y el refinamiento nacional de minerales críticos. La Unión Europea, por su parte, lanzó la Ley de Materias Primas Fundamentales, destinada a aumentar la extracción y el reciclaje dentro del bloque. Además, ambos diversifican con países como Australia y Canadá, que poseen importantes reservas de tierras raras.
Ucrania destaca por su riqueza mineral. Posee las mayores reservas de titanio de Europa, un metal clave para las industrias aeroespacial y de defensa. También alberga las mayores reservas de litio del continente, fundamental para la fabricación de baterías. Su grafito natural representa el 20% de las reservas mundiales, mientras que el galio, indispensable en la producción de chips, también figura entre sus recursos.
Aunque cuenta con reservas de tierras raras, su explotación sigue siendo una incógnita. Parte de estos yacimientos están en áreas ocupadas por Rusia o cerca de las líneas de combate. Tras tres años de guerra, Ucrania puede tener limitaciones de tecnología, infraestructuras y logística para procesar estos minerales. En este contexto, recursos como el titanio, el uranio o el galio adquieren una relevancia estratégica más inmediata.
La propuesta de Trump busca garantizar acceso a recursos clave mientras ofrece un beneficio tangible a su base electoral, algo que permita olvidar la idea de acabar con la guerra en 24h. Para Ucrania, sus reservas minerales representan una valiosa herramienta para captar apoyo militar y económico, reforzando su posición en las negociaciones internacionales.
Más allá de Kiev, la guerra tecnológica entre Estados Unidos y China también se libra en el terreno de los recursos minerales. En los últimos años, además de imponer aranceles, la Casa Blanca ha bloqueado el acceso de Pekín a tecnología estadounidense Washington ha restringido el acceso de Pekín a tecnología avanzada, especialmente en el sector de los chips avanzados. China ha respondido con limitaciones moderadas a la exportación de minerales críticos, pero tiene potencial para intensificar estas medidas, lo que podría golpear a la economía estadounidense.
En los próximos años, tanto las tierras raras como los minerales críticos en general serán piezas clave en la disputa tecnológica global. Por ahora, China lidera la cadena de suministro, pero Ucrania podría desempeñar un papel crucial ayudando a Estados Unidos a reducir su dependencia.
*** Juan Vázquez Rojo es profesor e investigador especializado en Economía Internacional en la Universidad Camilo José Cela (UCJC).