La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Reuters

Opinión EN EL MOMENTO ADECUADO

Los milagros que podrían sacar a Europa del agujero

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Es evidente que los políticos europeos no conocen la “ley de los agujeros”, que dice que “si quieres salir de un agujero, lo primero que tienes que hacer es dejar de cavar”. Y se ve que tampoco conocían la frase de Einstein de que la mejor definición de estupidez es seguir haciendo algo y esperar resultados distintos.

Si hubieran conocido la ley de los agujeros o la opinión de Einstein, no habrían mantenido la obsesión de convertir Europa en un gran ministerio con cada vez más funcionarios y más leyes, en lugar de ayudarla a que se situara a la cabeza de la revolución digital. O que al menos que fuera competitiva en el comercio mundial.

El caso es que ni siquiera ante la evidencia de la euroesclerosis, el estancamiento y la irrelevancia, los políticos europeos han hecho nada por dejar de cavar, sino más bien al contrario. Y ahí siguen, cavando.

En estas circunstancias, sólo un milagro podría sacar a Europa del agujero

En estas circunstancias, sólo un milagro podría sacar a Europa del agujero. Afortunadamente, los milagros existen y a veces se presentan como una inesperada confluencia de circunstancias. Y parece que el universo se ha acordado de los sufridos ciudadanos europeos y el milagro podría estar empezando a producirse. De hecho, serían varios milagros.

El primero es la posibilidad de un cambio de política económica en uno de los principales responsables de la creación del monstruo, es decir, en Alemania. Son muy altas las probabilidades de que las elecciones que llegan las vaya a ganar la CDU que –milagro– tiene un programa económico muy distinto al de Angela Merkel. Y, aunque no tuvieran votos suficientes para gobernar en solitario, podría apoyarse tanto a su izquierda (muy debilitada) como a su derecha.

Sí, digo a su derecha, y digo bien porque, si se han apoyado en la AfD para aprobar una ley para aumentar el control migratorio, mucho más fácilmente podrán hacerlo para cuestiones económicas, dado que -segundo milagro- el programa económico de Alternativa por Alemania tampoco tiene nada de nacional socialista, sino que es de corte extremadamente liberal.

Tanto el programa de la CDU como el de la AfD promueven actualmente la reducción de los impuestos, de la burocracia y, en general, medidas para dinamizar la economía y apoyar a las empresas. De hecho, lo que podría estropear el milagro es que la CDU se apoye en su izquierda, lo que impediría llevar a cabo ese programa económico.

Lo que se impulse desde Alemania afectará a toda la Unión Europea

Conviene matizar que también existe el riesgo de que gane la AfD, lo cual generaría un temblor sísmico en Europa (ponen en duda la participación de Alemania en el euro), pero la diferencia del 10% que dan las encuestas y lo extremo de su programa político hacen que este riesgo sea reducido.

Evidentemente, Alemania no es toda Europa, pero es el país más importante. Lo que se impulse desde Alemania afectará a toda la Unión Europea. Donde, además, ya hay países, como Italia, donde se intenta un cambio radical de política económica.

El tercer milagro es el posible fin de la guerra en Ucrania. Sin entrar en cuestiones políticas, que no son nuestro negociado, el resultado económico de una negociación de paz incluiría seguramente la reducción o eliminación de las sanciones a Rusia, que podría volver a exportar petróleo, gas y materias primas con libertad.

Y, aunque sea políticamente incorrecto decirlo, la realidad es que los primeros beneficiarios de una bajada del precio de la energía y las materias primas serían los consumidores y empresas europeas. Rusia es, por ejemplo, el mayor productor del mundo de fertilizantes.

El resultado económico de una negociación de paz en Ucrania incluiría seguramente la reducción o eliminación de las sanciones a Rusia

El cuarto milagro es el de la financiación. Y ya está en curso. El cambio de política económica, de producirse, iría acompañado del proceso de bajada de tipos de interés en vigor, que todavía tiene recorrido.

Las consecuencias positivas que podrían tener estos “milagros” para las bolsas europeas son evidentes. Y no hay mejor inversión que comprar una empresa ruinosa con potencial y darle la vuelta. La Europa actual es como una empresa muy mal gestionada pero con potencial.

La Europa del siglo XXI es una historia de frustración. También desde el punto de vista bursátil

Los europeos no somos más tontos que los estadounidenses. La diferencia está en que al empresario y al innovador europeo se le ponen trabas y zancadillas, mientras que al estadounidense le apoya el gobierno.

Y esta empresa ruinosa que es Europa nunca ha estado tan barata comparada con Estados Unidos. El PER de la bolsa europea es un 40% inferior a la de EEUU, algo nunca visto. Y, encima, nuestros tipos de interés son ya un 40% más bajos que los estadounidenses y pronto podrían ser la mitad.

Sin duda, la inversión en Europa es una inversión de riesgo. La Europa del siglo XXI es una historia de frustración. También desde el punto de vista bursátil.

Pero no es un riesgo asimétrico: si en Europa se produce el milagro, el potencial de revalorización es muy alto. Simplemente, habrá que actuar como en una restructuración empresarial: aumentando o reduciendo la inversión en función de que se vayan cumpliendo o no las expectativas.

***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.