
Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania
La perspectiva de un alto el fuego en Ucrania y la eventual consecución de la paz tienen implicaciones significativas en clave de las materias primas, especialmente en relación con sus vastas reservas de minerales críticos y tierras raras. Siendo la paz más que bienvenida, no se puede perder de vista que estos recursos son esenciales para la transición energética global y la industria tecnológica, lo que ha suscitado intereses geopolíticos, particularmente por parte de Estados Unidos.
Ucrania alberga una riqueza mineral notable, muchas de las cuales se encuentran en regiones afectadas por el conflicto, como Donetsk y Lugansk, posicionándose como uno de los principales proveedores potenciales de recursos críticos a nivel mundial. El país cuenta con aproximadamente 20.000 yacimientos de 117 tipos de minerales, de los cuales sólo alrededor de una quinta parte estaban activos antes de la invasión rusa en 2022.
Ucrania posee las mayores reservas de titanio de Europa, representando el 7% de las reservas mundiales. Este metal es crucial para las industrias aeroespacial, médica y automotriz debido a su resistencia y ligereza. Con reservas estimadas en 500,000 toneladas métricas, Ucrania se posiciona como un actor clave en el suministro de litio, esencial para la fabricación de baterías en vehículos eléctricos y dispositivos electrónicos.
Además, cuenta con depósitos significativos de elementos clasificados como tierras raras, como lantano, cerio y neodimio, fundamentales para la producción de imanes en turbinas eólicas, baterías y sistemas de misiles.
Sin embargo, la negociación de la paz implica desafíos. La cesión de territorios ocupados por Rusia podría significar la pérdida de áreas ricas en minerales, afectando la capacidad de Ucrania para explotar plenamente sus recursos. Según informes, Rusia controla actualmente cerca del 20% del territorio ucraniano, incluyendo zonas con yacimientos minerales clave.
Ucrania posee las mayores reservas de titanio de Europa, representando el 7% de las reservas mundiales
Estados Unidos ha mostrado un interés creciente en los recursos de Ucrania, reconociendo su importancia estratégica para reducir la dependencia de suministros provenientes de adversarios como China, donde se encuentra el 40% de las reservas de estos minerales, controlando además el 90% de la capacidad mundial de refinado.
Se podría pensar que la base de la negociación se establece sobre la propuesta norteamericana de que, a cambio del apoyo militar y financiero brindado a Ucrania, pudiera obtener acceso preferencial a estos recursos. Por su parte, Ucrania podría intercambiar recursos ucranianos por seguridad futura. Pero la propuesta de Estados Unidos solo hace referencia a la asistencia pasada, no a la futura.
La propuesta, tal y como ha trascendido, expone la diferencia de posicionamiento entre negociadores. Por si había alguna duda, la nueva política exterior y de seguridad de Trump no va a actuar de forma altruista a la vieja usanza, es decir, intercambiar recursos naturales por apoyo militar.
Según el borrador del documento entregado hace unos días por el secretario del Tesoro, Scott Bessent, se menciona que el control y los derechos mineros van asociados a saldar la deuda contraída por Ucrania con su sucesor Joe Biden, unos 500.000 millones de dólares suministrados en armamento, logística y tecnología militar.
Desde una perspectiva geopolítica, la participación activa de Estados Unidos en el sector minero ucraniano podría disuadir futuras agresiones rusas, pero no es una garantía plena, salvo que Rusia y Estados Unidos se vean realmente beneficiados y así lo acuerden.
Y mientras Europa, todavía convaleciente por los daños colaterales que el conflicto ha causado en la industria manufacturera, observa sumisa su irrelevante papel en la nueva configuración global demostrando una vez más que en el panorama económico y estratégico ya no es una potencia.