No los ves y, sin embargo, son la pieza fundamental de casi todos los elementos de tu vida cotidiana. Como habrás adivinado, estoy hablando de los chips y de los microchips, pequeñas piezas de silicio que tienen circuitos electrónicos muy pequeños y delicados impresos en su superficie diseñados para realizar tareas específicas, como procesar información, almacenar datos o controlar dispositivos.

Pues bien, algo tan sencillo, y a la vez tan poderoso está generándose en la Comunidad Valenciana. Y como valenciana, me siento orgullosa de ver como la combinación de nuestro espíritu acogedor, la excelencia de nuestras universidades y la determinación de nuestra gente nos posiciona como un destino inigualable para la innovación y el progreso tecnológico. 

Desde los días de Sorolla y su magistral representación de nuestra tierra y su luz única, hasta nuestro famoso arroz que deleita los paladares de todo el mundo, Valencia siempre ha sido un lugar especial. Ahora, en la gran lucha por el dominio mundial en el ámbito tecnológico, estamos preparados para hacer historia una vez más. Desde Valencia Silicon Clúster -un ecosistema industrial de semiconductores excepcionalmente desarrollado, tanto en microelectrónica como en fotónica integrada- el mundo mirará a la Comunidad Valenciana como el kilómetro cero de los chips, y esto no es solo un título honorífico, sino una afirmación de nuestro compromiso con la excelencia y el liderazgo en la industria de la microelectrónica. 

Económicamente, el Valencia Silicon Clúster significa un impulso sin precedentes para nuestra región. La mitad de los trabajadores especializados en el sector de la microelectrónica en España tienen su puesto de trabajo en Valencia o su entorno metropolitano.

La mitad de los trabajadores especializados en el sector de la microelectrónica en España tienen su puesto de trabajo en Valencia o su entorno metropolitano

Además, hasta siete empresas multinacionales especializadas en diseño de microchips tienen sede en territorio levantino, incluyendo nombres como MaxLinear, Analog Devices, ams Osram, Bosch, VLC Photonics/Hitachi o Ipronics. Esta confluencia de fortalezas competitivas posiciona al ecosistema valenciano como uno de los agentes indispensables en la definición y desarrollo del PERTE Chip. Ahora, con el anuncio de nuevas líneas de inversión de fondos europeos para el Campus Internacional de Semiconductores no solo se transformará nuestra economía, sino que también se consolidará nuestra posición como un centro de innovación y conocimiento en Europa y más allá.

Valencia ya no sólo diseñará chips y microchips electrónicos y fotónicos, sino que será una “fábrica de ingenieros” a través de las tres cátedras creadas por Valencia Silicon Clúster, la Universidad Politécnica y la Universitat de València. Por fin la universidad, la industria, las instituciones y la empresa van de la mano para formar a los profesionales del futuro. 

La creación de empleo, el aumento de la inversión y el desarrollo de infraestructuras de vanguardia son solo algunas de las ventajas tangibles que traerá consigo esta iniciativa. Unos datos que serían mucho más sencillos de conocer si desde las políticas públicas se trabajara en establecer una calificación estadística del sector de semiconductores no tan rígida y esquemática como la que establece el Código CNAE y se buscara inspiración en sistemas estadísticos como el NAICS (North American Industry Classification System) que clasifica las actividades de este sector mediante una descripción de enorme fiabilidad. Pero más allá de los números, este proyecto representa una oportunidad única para que los valencianos demostremos al mundo nuestro talento y nuestra capacidad para liderar en la economía del conocimiento.

Estratégicamente, el posicionamiento de Valencia como un centro de excelencia en microelectrónica y fotónica integrada es fundamental para el futuro de nuestra región y de Europa en su conjunto. En un mundo cada vez más interconectado y competitivo, la autonomía tecnológica se ha convertido en una prioridad estratégica para los países y las regiones. La competencia por la supremacía en la fabricación de chips entre Estados Unidos y China ha puesto de relieve la importancia estratégica de tener capacidades internas en Europa.

Valencia está en la vanguardia de esta batalla, liderando el camino hacia un futuro digital más seguro y próspero y la inversión en el Campus Internacional de Semiconductores en Valencia es un paso crucial en este sentido, que fortalecerá la autonomía tecnológica de Europa y contribuirá a equilibrar el juego geopolítico en el ámbito de los semiconductores.

En resumen, la Comunidad Valenciana se encuentra en una posición única para liderar la revolución de los microchips en Europa. Con su concentración de talento humano, su presencia multinacional y su compromiso con la innovación, la región está preparada para desempeñar un papel crucial en el futuro de la tecnología. El Campus Internacional de Semiconductores es un paso importante en este camino hacia la excelencia, y con el apoyo público-privado adecuado, Valencia continuará siendo un faro de innovación y progreso en la era digital.

**María Muñoz es directora de Asuntos Públicos en Kreab.