En el sector financiero, las mujeres que toman decisiones demuestran una mejor capacidad que los hombres de interpretar la denominada soft information (la información más subjetiva). Este análisis complementario resulta beneficioso para las propias entidades.

Además, las mujeres suelen tener un comportamiento más cauteloso frente al riesgo, lo que entraña una tendencia a la diversificación y un enfoque de largo plazo (en vez de la búsqueda de un rendimiento rápido pero incierto). Esto ha llevado a estimar por numerosos estudios, que, si las decisiones adoptadas en la crisis financiera de 2008 hubiesen sido tomadas en mayor medida por mujeres, dicha crisis podría haber sido menos pronunciada.

Pese a ello, la mujer tiene todavía poca presencia en el sector. Son precisamente los bancos de inversión y los administradores de fondos los subsectores con menor paridad entre mujeres y hombres -tan sólo el 20% de los empleados de las empresas de inversión en el mercado privado son mujeres y esta cifra se ha mantenido bastante estable en los últimos años-.

Avanzar en la paridad en los equipos de gestión de carteras de inversión también ayudaría a conseguir una visión más completa de la demanda de los clientes. En la actualidad, más del 50% de las mujeres que adquieren productos y servicios financieros expresan insatisfacción con el equilibrio de género de los equipos que les atienden; el 27% indica que la diversidad de género del equipo que les atiende influye en sus decisiones de compra y el 77% cree que es importante ser atendido por un equipo de género diverso, porque pueden ofrecerles perspectivas diferentes que enriquecen y se complementan.

Las mujeres suelen tener un comportamiento más cauteloso frente al riesgo

Por otra parte, la urgencia de acelerar la diversidad de género en los servicios financieros está aumentando a medida que los clientes son más diversos y que son las mujeres quienes toman cada vez más las decisiones financieras. Durante los próximos años a medida que envejezcan los baby boomers, más mujeres controlarán los activos debido a su mayor esperanza de vida.

Las mujeres controlan aproximadamente dos tercios del gasto para consumo doméstico global, aunque confían un 25% menos que los hombres en su perspicacia financiera. Con su incorporación al mercado laboral, han aumentado su riqueza hasta representar el 40% de la riqueza global total, tienen más poder adquisitivo y toman más decisiones financieras. Pero, a pesar de desempeñar papeles cada vez más influyentes como consumidoras de productos y servicios financieros, no siempre tienen bien atendidas sus necesidades.

Según un estudio elaborado por XTB, la fintech global que ofrece una plataforma de inversión online y uno de los principales brókeres globales, el número de nuevas mujeres que invierten en los mercados financieros en España ha crecido más del triple en tres años, pasando del 4,5% al 13,5% entre 2021 y 2023. Una muestra más de las oportunidades de negocio aún por explotar.

Existen diferencias de género en las necesidades financieras entre mujeres y hombres que las entidades deberían analizar. Las mujeres tienden a jubilarse antes, son más longevas y suelen tener mayores gastos médicos; lo que debe integrase en la planificación financiera de su riqueza.

Normalmente invierten su ahorro en productos más conservadores, fundamentalmente porque tienen mayor aversión al riesgo -prefieren cuentas de ahorro en vez de en acciones, obligaciones o productos financieros de mayor volatilidad-. Además, cuentan con menos hipotecas y créditos personales, y cuando son emprendedoras reciben menos financiación para crear y hacer crecer sus empresas.

Las mujeres controlan aproximadamente dos tercios del gasto para consumo doméstico global

En suma, las instituciones financieras han de cambiar sus enfoques para aumentar su conexión con el cliente, siendo el género un factor relevante. Aquellas que sean capaces de atender adecuadamente las necesidades de las mujeres serán más competitivas, ante su demanda creciente de productos y servicios financieros.

El objetivo de lograr la paridad es ambicioso. Claramente, hay mucho trabajo por hacer. Avanzar hacia la paridad de género en la cúspide de las entidades requerirá que los líderes corporativos, tanto hombres como mujeres, vean la igualdad de género como una prioridad estratégica e integrarla en el trabajo diario de las organizaciones.

La industria de servicios financieros por su poder, alcance, influencia y visibilidad tiene una oportunidad única de liderar el proceso hacia una sociedad más igualitaria. Estos servicios son fundamentales para la vida cotidiana de las personas y la responsabilidad social de las entidades de inversión conlleva que, con sus productos, servicios y otras iniciativas trabajen para promover la igualdad de género en todos los ámbitos. 

Las entidades que canalizan el ahorro a la inversión cumplen un papel clave en las economías. Tienen sin duda tienen una gran oportunidad si son capaces de centrar su estrategia de negocio en la inclusión y la diversidad de género, integrando el equilibrio de género como parte de su propósito.

*** Mónica Melle Hernández es consejera de la Cámara de Cuentas de la Comunidad de Madrid y Profesora de Economía de la UCM.