A lo largo de la última semana y media, el Gobierno ha enlazado una cadena de éxitos memorables. El PSOE y Sumar se han desplomado en las elecciones autonómicas gallegas; los agricultores han paralizado España; dos guardias civiles han muerto a manos de los narcos en Barbate gracias a la negligencia-incompetencia gubernamental; la Mesa del Parlament ha admitido a trámite una iniciativa de JUNTS para proclamar la independencia unilateral de Cataluña; la Guardia Civil ha descubierto que Koldo el Grande, ex jefe de gabinete del ex ministro Ábalos cobraba 'mordidas' a cambio de conseguir contratos públicos millonarios por la compra de mascarillas. Y, para cerrar esos gloriosos acontecimientos, el presidente del Gobierno se fue a tomar el té con Mohamed VI y celebrar la entrañable amistad entre España y Marruecos.

Sin embargo, hay gente llena de envidia antipatriótica ante los innegables triunfos gubernamentales, calificables de históricos, y empeñada en enturbiar uno de los momentos más brillantes protagonizados por España durante los últimos 40 años. Este tipo de personajes se concentran con especial intensidad en el mundo de la economía.

Pero, como ha señalado el Dr. Sánchez “en estos cinco años, frente a cada profecía catastrofista se ha impuesto un dato positivo”. Frente a esta innegable verdad, el Instituto Juan de Mariana, nido de peligrosos ultraliberales al servicio del imperialismo capitalista, acaba de publicar un informe en el que da cuenta de la magnifica gestión del Gabinete social comunista.

De 2019 al tercer trimestre de 2023, el crecimiento del PIB español fue del 2,3%, el quinto más bajo de los 27 países integrados en la Unión Europea y un 50 por 100 inferior al de la media de esa área económica. La renta per cápita en paridad de poder adquisitivo, también respecto a la media UE-27 cayó un 5,5% entre 2019 y 2023 y la brecha con Europa ha subido de 9 a 14 puntos, la misma existente en 1975. Dicho eso, España va bien y quien diga lo contrario miente.

Los datos oficiales de paro contemplan una mejoría del 16,7%, pero el 90% de ella se explica por el maquillaje estadístico de los fijos discontinuos. En concreto, 700.000 trabajadores que no están ocupados han sido borrados de las listas del desempleo. Esto se traduce en una reducción real de ese desequilibrio del 1,4%, el décimo peor resultado de la UE-27. Sin duda, la política de Santa Yoli-Evita ha sido un triunfo que merece ser premiado con un nuevo estilismo para la vicepresidenta.

Los datos oficiales de paro contemplan una mejoría del 16,7% pero el 90% de ella se explica por el maquillaje estadístico de los fijos discontinuos

El peso de la deuda pública sobre el PIB, del que se enorgullece el Gobierno, se ha incrementado en 10,8 puntos, triplicando la media comunitaria. En 2023, subió a un ritmo de 165 millones de euros/día. Durante el mandato del Sr. Sánchez, por cada euro de mejora del PIB se han emitido 2 euros de deuda pública. En la UE, la ratio deuda pública-PIB en el pasado quinquenio se incrementó en 3,3 puntos.

Y ese brillante comportamiento del endeudamiento del sector público se ha producido a pesar de que la presión fiscal ha aumentado 2,9 puntos su participación en el PIB frente al 0,1% en el promedio de la UE-27 y una caída de esa ratio en 13 de los estados de esa organización. Esta áurea gestión presupuestaria es obra de la mejor ministro de Hacienda conocida por España desde Raimundo Fernández Villaverde, la Sra. Chili Montero.

En el agregado, si se comparan los resultados de España con los de la UE-27 durante el Gobierno social comunista, el coste para la economía española derivado de los hechos antes reflejados (desempeño negativo del PIB, presión fiscal, caída de la renta y crecimiento de la deuda pública) ha sido de unos 170.000 millones de euros, lo que se traducen en un empobrecimiento de 3.500 euros per cápita. No se ha dejado a nadie atrás, sino a todos en un gesto de solidaridad del Gabinete: nadie ha de sentirse excluido de los perniciosos efectos de la política económica social comunista.

En la UE, la ratio deuda pública-PIB en el pasado quinquenio se incrementó en 3,3 puntos

A modo de “divertimento”, el Instituto Juan de Mariana ha realizado una comparativa entre la evolución de la economía portuguesa y la española en el período 2019-2023. Pues bien, en esa franja temporal, el PIB español creció 4,5 puntos menos que el luso, la presión fiscal subió 1 punto del PIB frente a los 2,9 en España; el poder adquisitivo de los portugueses se incrementó un 1,3 por 100 mientras en la Vieja Piel de Toro cayó un 5,5 por 100 y la ratio deuda/PIB bajó en Lusitania 11,4 puntos y en España subió 10,8. 

De haber tenido un comportamiento similar al de la economía del país vecino, España tendría 60.500 millones más de PIB, una tasa de paro similar, una presión fiscal 2.500 millones menor, un poder adquisitivo 8,4 puntos mayor y la deuda pública hubiese descendido en 303.000 millones de euros. 

¿Quién puede decir que España no va bien? ¿Quién osa privar al Gobierno de sus dorados laureles? ¿Quién es capaz de poner en cuestión que esta realidad económica es histórica? ¿Quién puede negar que nunca se ha estado mejor y el futuro es radiante?