Mujer en Afganistán

Mujer en Afganistán EP

La tribuna

Cuando las balas silban en tu cabeza

23 febrero, 2024 03:28

El 27 de agosto de 2021 aterrizó en la base de aérea de Torrejón el último de los aviones que había “escapado” de Kabul tras la llegada de los talibanes. Con este operativo, la delegación española había logrado evacuar de la capital afgana, ahora controlada por los integristas, a 2.206 personas. Entre ellos se encontraba el personal civil y militar destacado en el país asiático, pero también un buen número de mujeres afganas que habían logrado escapar del régimen absolutista en el último minuto, con las balas silbando sobre su cabeza.

En “condiciones de guerra”, como relatan los asistentes, esas mujeres pudieron identificarse como colaboradoras –de España o de la OTAN- y subirse a un avión que solo podía estar en el aeropuerto el tiempo justo para aterrizar, cargar y despegar. El peligro era más que cierto en una pista repleta de talibanes armados que ya habían cometido un atentado.

En ese contexto, miles de personas se agolpaban tratando de coger un avión, el que fuese, con tal de escapar del infierno en el que iban a convertirse sus vidas tras la llegada de los fundamentalistas al poder. Especialmente mujeres, aunque muy pocas lo consiguieron. Mujeres que dejaban atrás su casa, pero salvaban su vida.

Tres años después, alguna de ellas ha logrado rehacer su vida. Otras están todavía en ello. Incluso las más afortunadas, como la periodista Khadija Amín, ha tenido que dormir en un banco frente al Palacio Real en alguna cruda noche de invierno. Amin presentaba los informativos en su país natal hasta la llegada de los talibanes, que de inmediato la sustituyeron por un hombre.

Hoy trabaja en un documental sobre mujeres afganas y colabora con algunos medios de comunicación, pero es solo la cara más visible de un grupo que aún tiene mucho que conocer sobre la cultura occidental. Y de ello se ocupa precisamente el programa Wo-men Leaders, desarrollado por la consultora Leadem e impulsado por el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Programa Wo-men Leaders

Programa Wo-men Leaders

La iniciativa pretende proporcionar a las mujeres afganas conocimientos y habilidades para desenvolverse con soltura en la sociedad española, a través de un programa de mentoring donde he tenido la suerte de participar. No basta con ayudarlas a escapar del infierno talibán, hay que proporcionar también las herramientas para vivir en un mundo que se mueve por reglas muy distintas a aquel en el que han crecido.

Esto es algo que sorprende tanto a formadores como formados. En varios aspectos, como por ejemplo la expresión oral. Si aquí valoramos la oratoria y la capacidad de articular discurso como una habilidad cada vez más determinante, allí ocurre todo lo contrario. A estas mujeres les han enseñado a estar calladas, como símbolo de virtud.

Y claro, aunque todas las que acudieron a este sector cuentan con amplia formación y carreras universitarias, pocas de ellas están habituadas a hablar en público. Tampoco tienen perfil en LinkedIN –una de mis primeras recomendaciones- porque tenerlo en Afganistán siendo mujer está prohibido.

Luego está el asunto del currículum. ¿Con foto o sin foto? ¿Y si la incluyen, con velo o sin velo? Esta era una de sus principales preocupaciones, ya que, como relató una de las asistentes, más de una vez se han visto increpadas en algún autobús español por usarlo, sin que ninguno de los viajeros saliese en su defensa.

Triste ejemplo que demuestra que también nosotros, los españoles y los occidentales, tenemos serios problemas a la hora de entender el concepto de libertad. Igual de importante es que estas mujeres afganas no sean castigadas por no usarlo, como que sean libres de usarlo cómo y cuando quieran. Que decidan, en definitiva, su atuendo y que nadie las juzgue por ello.

Los españoles y los occidentales, tenemos serios problemas a la hora de entender el concepto de libertad

Pero todo eso hoy les genera dudas. ¿Me rechazarán si mando un CV que lleve una foto con velo? No es una preocupación ilegítima, ni descabellada. Aún queda mucho camino por recorrer en el terreno de la inclusividad. Y eso a pesar de que algunos estudios, avalados por el MIT, apuntan que la diversidad puede incrementar hasta un 40% la productividad de las empresas.

Hay lógica detrás de todo esto. Un equipo diverso, en cuanto a género, edad, etnia y procedencia, resulta más productivo, porque implica lógicamente un abanico mayor de puntos de vista y de habilidades. Pero esto debemos construirlo entre todos. Desde el empleador al directivo pasando por el que busca empleo, y sin olvidar, por supuesto, al que se sube a un autobús.

Ése quizás sea el más importante. No nos equivoquemos juzgando. Cada cuál tiene un aspecto, pero detrás de ellos hay muchas veces historias de lucha y superación que quizás no nos atrevemos a imaginar. Verdaderos héroes y heroínas que lograron escapar de los infiernos mientras las balas silbaban en su cabeza. Aprovechemos su talento, y dejémosles brillar en paz.

*** Alicia Richart es directora general de Afiniti para España y Portugal.

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