Esta semana el FMI anuncia que España crecerá sólo el 1,5% del PIB en 2024. Se equivoca otra vez. En el primer trimestre de 2023, el FMI anunció que España crecería menos del 2%, incluso por debajo del 1,7%. En mayo pasado, yo mismo anuncié, en este medio, que España crecería más del 2%, acercándose mi predicción a 2,5%. Está semana se ha confirmado esa cifra. España ha crecido en 2023 el 2,5% del PIB.

Para hacer sus predicciones los organismos internacionales usan modelos econométricos que reflejan la realidad de forma parcial; les falta una parte de ella.

La economía se basa en expectativas. Si las personas piensan que "su economía" va a ir bien, consumen. Si las empresas también lo piensan, invierten. Consumo e inversión que componen el PIB.

Los japoneses usan una palabra: gemba. Si se tiene un problema, para resolverlo es más eficaz ir al lugar donde se produce que decidir a distancia desde un despacho. Por eso, para incorporar mejor esa "sensación" a las predicciones estadísticas, hay que ir a la calle. Estas Navidades pasadas, la calle española no daba la sensación de una economía en crisis. Al final 2023 acabó con un repunte del PIB.

Este mes de enero, la calle era menos optimista. Pero mi índice "taxi", basado en conversaciones con sus profesionales, indica que su recaudación ha sido similar a la del año pasado.

En conclusión, el clima callejero no indica que en 2024 España crezca mucho menos que en 2023 y otros datos auguran que el consumo seguirá a buen ritmo:

Cerca de 17 millones de ciudadanos españoles reciben ingresos regulares de las Administraciones públicas: a) jubilados (se acercarán a 9,5/10 millones) con un aumento de la pensión igual al IPC; b) empleados públicos (3 millones) con un aumento salarial, entre el año pasado y este, de entre el 7 y el 7,5%; c) desempleados inscritos en el SEPE (2 millones o más) que a partir de junio pueden ver mejoradas sus prestaciones y subvenciones; y d) beneficiarios del IMV (Ingreso Mínima Vital) y varias subvenciones. Todos saben que, regularmente, recibirán los ingresos mensuales. Por tanto su propensión al ahorro se reduce, gastarán con alegría.

Los salarios aumentan menos que el IPC, pero este se moderará. No hay razones para que los asalariados disminuyan su consumo con un desempleo y una creación de trabajo estables, aunque sus cargas sociales suban (mayor cotización para asegurar las pensiones). Los intereses tienden a la baja (el euribor de las hipotecas, por ejemplo). La reducción de compras de viviendas se debe más a la falta de oferta que a la de demanda.

El turismo, según Fitur, planea otro año récord. Por encima de los 83 millones de visitantes de 2023. Como los precios han subido, esa "exportación interna" aumentará.

¿Y la inversión? Si el consumo no baja, las empresas venden y su sensación es de crecimiento e invierten. Encima, los fondos Next Generation están despertando en los PERTES con muchos millones (20.000/30.000 este año) que entran en el torrente monetario y alegrarán la economía.

¿Y el sector exterior? España cada vez necesita importar menos energía por el aumento de las renovables. Por contra, el FMI prevé una exportación española floja por la atonía de la economía global.

No obstante, si alguna de las dos guerras acaba en el primer semestre -y ya hay datos en Gaza para pensarlo-, la economía mundial despertará. Si Trump es presidente, la guerra de Ucrania estaría sentenciada con una paz favorable a Rusia. El optimismo entraría en la economía global. En consecuencia, es posible un tirón de la exportación española en el segundo semestre.

¿Y la deuda pública? Es la gran preocupación de los expertos y la Unión Europea (UE). A esto, el Gobierno responde: ya lo pagará alguien en el futuro.

¿Y la política, puede frenar el crecimiento? No lo hizo en 2023 con un Gobierno en funciones durante gran parte del año. ¿Por qué tiene que hacerlo en 2024? La economía española empieza a vivir al margen de las peleas parlamentarias, que se cuecen en su propia salsa, y la UE vigila para que no se cometan demasiadas tonterías.

 ** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.