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La tribuna

Prospectiva, análisis e interpretación de los escenarios geopolíticos

1 noviembre, 2023 02:50

Sólo una de cada cuatro compañías en España reconoce que tenía identificados los riesgos geopolíticos con anticipación y disponía de una lectura y análisis de su impacto potencial en el negocio. Una tercera parte admite que habría necesitado más capacidad de interpretación de los riesgos y escenarios de crisis para tomar decisiones empresariales.

Y para una de cada cuatro compañías, la amenaza de cambios regulatorios o en los acuerdos comerciales que pudieran condicionar el negocio fue su principal preocupación durante el pasado 2022. El 80% considera que el contexto geopolítico ha tenido un impacto alto o muy alto en su negocio y un 62% considera bastante o muy volátiles los mercados en los operan.

Estas son algunas de las conclusiones del informe “La gestión del riesgo y las crisis en clave geopolítica”, realizado por Hill+Knowlton Strategies España a partir de una encuesta entre más de una veintena de empresas para analizar cómo la geopolítica ha impactado en su actividad –concretamente en sus mapas de riesgos y escenarios de crisis potenciales– y cómo éstas se han preparado y piensan hacerlo en los próximos años a través de nuevos mecanismos de gobernanza y herramientas.

La irrupción de la geopolítica en la estabilidad operativa y financiera de las compañías se ha hecho más tangible en los dos últimos años, como también lo ha hecho el retorno que tiene para las organizaciones contar con capacidad de anticipación, evaluación e interpretación de los riesgos geopolíticos. Éstos están cada vez más presentes en las agendas corporativas, se han intensificado y son más volátiles y, vistos los resultados, ejercen de aceleradores y tensores de riesgos ordinarios como pueden ser los operativos, financieros, legales o de ciberseguridad.

La geopolítica ha puesto a prueba la resiliencia operativa de las organizaciones. Así lo manifiesta el hecho de que la principal consecuencia del contexto geopolítico para el negocio de las compañías haya sido el incremento de afectaciones en la cadena de suministro y en los procesos de producción, mientras los factores de mayor impacto son el encarecimiento de las materias primas, la indisponibilidad de alguna de ellas y el aumento del precio de la energía.

La geopolítica ha puesto a prueba la resiliencia operativa de las organizaciones

Pero no sólo la operativa se ha visto condicionada. Los escenarios derivados desde inicios de 2022, con la invasión de Ucrania por parte de Rusia y la guerra comercial entre Estados Unidos y China como telón de fondo, han vuelto a poner sobre la mesa riesgos que parecían controlados, como son la incertidumbre regulatoria, el incumplimiento unilateral de acuerdos o la aplicación de sanciones entre países, resultado de una creciente fragmentación en la esfera internacional.

El contexto actual de incertidumbre ha llevado a las compañías a revisar sus estrategias y adaptar las actuaciones dotándose de nuevas herramientas, recursos y mecanismos de gobernanza para gestionar proactivamente las derivadas de estos escenarios y fortalecer la capacidad de análisis e interpretación del entorno y sus dinámicas. Entre las medidas más relevantes que han adoptado, durante el pasado 2022 y este primer semestre de 2023, destacan la definición de comités ad-hoc y nuevos procedimientos para evaluar periódicamente los riesgos, así como la contratación de asesores externos y servicios con los que comprender en profundidad los mercados en los operan o están más expuestos.

Esto explica que el 48% de las compañías en España invirtieran en 2022 más recursos de los previstos inicialmente para gestionar las eventualidades derivadas de la geopolítica. Este porcentaje incrementa hasta el 67% si se pregunta por los recursos destinados a anticiparse y gestionar, en concreto, los riesgos derivados de la fragmentación europea y la presión regulatoria en los países occidentales. Una diferencia que viene a mostrar cómo las realidades cercanas y con un impacto potencial a priori más evidente y previsible genera mayor preocupación.

El contexto actual de incertidumbre ha llevado a las compañías a revisar sus estrategias

A la vista de estas conclusiones, se hace cada vez más evidente la necesidad de comprender y leer entre líneas los escenarios geopolíticos y su potencial evolución, atendiendo al protagonismo creciente que adquieren los riesgos geopolíticos como desencadenantes o aceleradores de riesgos habituales u ordinarios. La capacidad de la geopolítica para afectar la estabilidad operativa y financiera de las compañías es quizás menos patente e inmediata y, precisamente por ello, requiere de una anticipación y capacidad de evaluación e interpretación con amplio margen de mejora en la mayoría de las organizaciones.

Las compañías reconocen esta realidad y según sus ejercicios de priorización de riesgos, a la hora de asignar recursos durante los próximos cinco años, serán los riesgos geopolíticos y derivados de la incertidumbre económica, junto con los riesgos medioambientales y tecnológicos, a los que más recursos destinen. Esto no quiere decir, seguramente, que el resto de los riesgos, como por ejemplo los operativos o económicos, pierdan su capacidad de impactar en el negocio y de hacerlo notablemente.

Sí podemos inferir que allí donde las compañías necesitan fortalecerse es precisamente en esta lectura geopolítica, más allá del cortoplacismo, a fin de identificar e incluir en sus mapas de riesgos nuevas interpretaciones y escenarios, en forma de riesgos reales o potenciales, que deben evaluarse también conforme a su impacto y probabilidad de ocurrir para tomar decisiones bien informadas.

Es así como llegamos a las tres fortalezas que las compañías han identificado, en España, como palancas clave para una gestión proactiva del riesgo y una mejor preparación ante situaciones de crisis. La prospectiva y la capacidad de análisis e interpretación se convierten en una de ellas, complementadas con la definición de protocolos y mecanismos de respuesta a las crisis, así como la implementación de herramientas de monitorización y envío de alertas.

No en vano el 83% de las compañías afirma haber revisado sus protocolos de respuesta ante crisis y realizado acciones de capacitación entre sus equipos –lo cual explica que un 60% considere que los equipos cuentan con la capacitación, herramientas y recursos necesarios–. ¿Y cuál es la tercera fortaleza? El marco mental de las organizaciones, esto es, una forma de pensar, comprender e interpretar la realidad en que vivimos (y trabajamos) en las que agilidad y flexibilidad son características imprescindibles.

*** Mireia Sáenz de Buruaga, directora de comunicación corporativa y crisis de HK.



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