“España debería construir un panel solar masivo, alimentaría a toda Europa” (Elon Musk).

España llegó a ser la octava potencia mundial en 2007 y comenzó a desvanecerse conforme estallaba la burbuja inmobiliaria. Hoy somos la 15.a nación más relevante. ¿Cómo podemos volver a escalar?

Por ahora, seguimos dependiendo en exceso del turismo, que se trata de una industria de poco valor añadido. Además, somos un país eminentemente de pymes y autónomos, lo que nos hace menos competitivos en los mercados internacionales. Por si fuera poco, siempre hemos tenido un alto desempleo estructural y, demográficamente, estamos envejeciendo a marchas forzadas.

Antes de seguir, haré un paréntesis: no pretendo con este artículo convencer a nadie sobre la necesidad que tiene el planeta de acometer la transición energética. Si alguien piensa que no hace falta preocuparse por el medio ambiente, invito a pensar en otro aspecto incontrovertible: ¿preferimos depender de un petróleo que es finito y cuyos principales productores son autarquías que manejan el precio a su antojo o apostamos por extender el uso de energías inacabables como la solar?

Entendería que fueras negacionista si tu país perteneciera a la OPEP, pero… ¿alguien ve a España en este mapamundi sobre reservas de petróleo del mundo?:

Creo que seríamos más patriotas si potenciáramos mucho más una energía infinita como la solar aprovechando que somos uno de los países con más horas de sol del mundo (y el primero de Europa, como se puede ver en el siguiente mapa), en lugar de seguir apoyando un consumo de petróleo que beneficia principalmente a unas pocas dictaduras (e insisto, se va a acabar). Como dice Schwarzenegger, “a la gente no le importa el concepto del ‘cambio climático’, deberíamos hablar de contaminación”.

Además, somos una nación con una importante presencia de vientos que favorecen la generación de energía eólica y tenemos territorio de costa de sobra para colocar una cantidad importante de aerogeneradores y de placas solares. En definitiva, aunque vamos por muy buen camino, lo tenemos todo para ser uno de los reyes de las renovables a nivel mundial, por lo que, si eres negacionista, al menos anímate a abrir la mente por el bien de nuestro país: las teocracias no te van a dar de comer, más bien al revés, te van a hacer depender de ellas.

A base de generar mucha energía renovable, electrificar la economía, invertir en capacidad de almacenamiento e infraestructura de transporte, conseguiremos crear un proceso de reindustrialización que atraerá mucha inversión intensiva en energía y captaremos talento altamente cualificado. Como dato interesante, en el primer trimestre de 2022, España llevó a cabo el 20% de los proyectos de hidrógeno verde del mundo, siendo superada sólo por Estados Unidos.

En 2021 y 2022, se generó un tercio de todas las instalaciones solares fotovoltaicas fabricadas en el mundo hasta entonces (en 2023, se espera que crezcan un 56%), años que también representaron más de la mitad de todas las ventas de coches eléctricos y de las instalaciones de baterías de la historia. Las proyecciones para los próximos años son bestiales:

Mientras todos criticamos a China por ser la nación que más contamina, los chinos sin hacer ruido van como un cohete: BYD está a punto de superar a Tesla como el mayor vendedor mundial de vehículos eléctricos. La marca de automóviles más vendida de China estuvo a punto de derribar a Tesla en el último trimestre después de que el tiempo de inactividad de la fábrica provocara la primera disminución en las entregas de la firma estadounidense en más de un año. No es de extrañar que Europa esté celosa de China.

Son muy listos: no son titanes del petróleo ni podían competir con Europa en términos de tecnología aplicada a los vehículos de combustión, pero aquí han visto la oportunidad con una tecnología nueva:

Si California fuera un país, ahora ocuparía el cuarto lugar en términos de ventas de coches eléctricos. Sólo China, Estados Unidos y Alemania venden más.

Pero en términos de crecimiento, el estado ocupa el segundo lugar en la carrera mundial de vehículos eléctricos, justo por detrás de Países Bajos. El ritmo de adopción de California no muestra signos de desaceleración y las ventas de coches eléctricos en el segundo trimestre aumentaron un 70% con respecto al mismo período de 2022.

Estados Unidos en su conjunto está sólo tres años por detrás de California y actualmente sigue su camino. Si la tendencia continúa, una cuarta parte de las ventas nuevas podrían ser de vehículos eléctricos en 2026.

La eólica hoy genera más electricidad que la solar. El auge de la energía solar y los vehículos eléctricos este año está destrozando las previsiones de los analistas más alcistas, dando esperanzas de que estén en el camino que el mundo necesita. Ojalá se pudiera decir lo mismo de otras formas de energía limpia:

Estados Unidos, Suecia, Singapur, Suiza y Países Bajos son los cinco países más preparados para utilizar, adoptar o adaptarse a tecnologías de vanguardia, lo que será esencial para la transición a la tecnología verde según la ONU.

Fueron clasificados 166 países según su nivel de preparación en cinco indicadores: TIC, habilidades, industria, I+D y finanzas. España figura en verde en el mapa elaborado por Statista, ocupando el puesto 21.

A pesar de la capacidad de China para producir e innovar en tecnologías de vanguardia, el país obtuvo una clasificación más baja de lo que se podría haber esperado, ubicándose en la posición 35, debido a sus disparidades entre las zonas urbanas y rurales en la cobertura de internet y la velocidad de banda ancha. Sin embargo, la India obtuvo mejores resultados de lo esperado (posición 55) debido a una mayor inversión en infraestructuras, mejores capacidades técnicas y un clima propicio para los negocios:

Según un análisis de S&P Global sobre emisiones por sector en 2019-20 que refleja esta infografía de Visual Capitalist, los servicios públicos (electricidad, gas, agua y autopistas) son el sector con mayor intensidad de carbono del mundo, emitiendo la asombrosa cantidad de 2634 toneladas de CO2 por cada millón de dólares de ingresos.

Le siguen los sectores de materiales y energía con 918 toneladas y 571 toneladas de CO2 respectivamente. Dentro del sector de materiales, la fabricación de cemento exhibe un nivel extremadamente alto de emisiones: más del doble que el sector de servicios públicos (5415 toneladas de CO2 por cada millón de dólares de ingresos):

Todo esto debe hacernos recordar aquella famosa frase de origen anónimo: “No queremos medio ambiente, lo queremos entero”.