Pero además, existe un instrumento financiero que combina el menor riesgo del tipo fijo con la flexibilidad y diversificación del ETF, y que está ganando popularidad entre los pequeños inversores: el ETF de bonos. Este producto financiero tiene, entre otras, la ventaja de que uno no adquiere el título completo, sino que puede participar de los rendimientos de diferentes bonos aportando pequeñas cantidades a través, por ejemplo, de un plan de inversión.

Al contrario que su homólogo basado en índice y acciones, cada vez más frecuente en las carteras de inversión, el ETF de bonos aún es poco conocido y, sin embargo, se trata de un producto especialmente interesante en el panorama actual. El ETF de bonos puede ser una alternativa para los inversores que desean diversificar su inversión con un ETF que refleje el comportamiento de un conjunto de bonos corporativos o institucionales con diferentes vencimiento, mitigando el riesgo.

Recordemos que un bono es un préstamo a una empresa o a un gobierno (como las mencionadas Letras del Tesoro del Gobierno español) con una fecha de vencimiento fijo. El riesgo suele ser menor porque la posibilidad de que un estado no pague su deuda es remota, y a cambio de su inversión, los participantes reciben una remuneración acorde a los intereses generados por la deuda en el momento de su vencimiento.

Pues bien, un ETF de bonos es un fondo cotizado compuesto por bonos de estas características, y permite a los pequeños inversores participar fácilmente en los mercados de bonos (tradicionalmente dominados por inversores institucionales). Las comisiones para adquirirlos son bajas, y la transacción se puede realizar en apenas unos minutos. Además, el ETF de bonos puede negociarse en cualquier momento en la bolsa de valores. En este sentido, puede convertirse en un aliado versátil, especialmente interesante durante períodos de tipos de interés altos, como el actual.

El ETF de bonos puede negociarse en cualquier momento en la bolsa de valores

Las características de los ETF de bonos, como la flexibilidad, están captando el interés de los pequeños inversores, una situación que se ha visto favorecida por la subida de los tipos de interés, que los hace más atractivos. Durante una década, no había sido posible obtener rendimientos atractivos en bonos de riesgo moderado. La demanda de ETF de bonos europeos alcanzó niveles récord en los primeros seis meses de 2023. Las inversiones en este tipo de activos superaron los 2 billones de dólares estadounidenses a nivel mundial por primera vez, según los datos de BlackRock.

Nos enfrentamos a tiempos complejos para los pequeños ahorradores. En medio de la inflación y el aumento de los tipos de interés, los productos de ahorro tradicionales como los planes de ahorro o los planes de pensiones pueden no ser suficientes para garantizar nuestro poder adquisitivo en el futuro y construir un patrimonio. Hoy más que nunca, es necesario que la población tenga una base de educación financiera, que conozca el efecto de la inflación sobre los ahorros, y darles a conocer las posibilidades de invertir en el mercado de valores para vencer la inflación y mantener el valor de su dinero.

Vuelve la cartera 60/40

La cartera clásica 60/40, compuesta por un 60% de renta variable y un 40% de renta fija, fue bien valorada durante más de una década por su diversificación, pero tuvo un año difícil en 2022, cuando cayeron de forma simultánea los dos tipos de activos. Esto solo había sucedido antes en dos ocasiones, en 1969 y en 1931. Aunque algunos observadores declararon el fin de la cartera 60/40, lo cierto es que desde el comienzo de 2023, esta forma de dividir los activos ha tenido un buen desempeño, lo que ha renovado su atractivo, y los ETF de bonos pueden ser un ingrediente interesante en este sentido.

Recientemente, en Europa, empresas como BlackRock han lanzado nuevas ofertas en el ámbito de los ETF de bonos, coincidiendo con el cambio en el entorno de los tipos de interés. Se trata de productos que combinan la diversificación, la liquidez y la negociabilidad de un ETF con la madurez fija de un bono. A diferencia de invertir directamente en bonos, con el iBond el riesgo se diversifica entre diversos sectores y países. Al mismo tiempo, los inversores obtienen los mismos beneficios que con las inversiones clásicas en bonos, es decir, el plazo fijo, así como pagos de intereses regulares y un rendimiento predecible hasta el vencimiento de la deuda.

Resumiendo, los ETF de bonos ofrecen una forma efectiva de diversificar carteras y enfrentar los desafíos económicos actuales, y las nuevas ofertas de ETF de bonos en Europa brindan a los pequeños inversores una opción versátil que considerar a la hora de construir su cartera de inversión.

*** Adrián Amorín es country manager de Scalable Capital para España.