A la vista de los movimientos de esta semana en el Ibex35 parece que es más sensible a las decisiones del BCE y la FED que al resultado de las elecciones del 23J.

No sabemos cual hubiera sido el movimiento del mercado bursátil si el PP hubiera podido tener la investidura sin problemas. Probablemente hubiera subido ante la esperanza de la desaparición de los impuestos especiales a bancos y eléctricas. Pero no ha habido un desplome de las cotizaciones ante el, probable, Gobierno en funciones hasta una investidura tardía de Sánchez.

De manera que, a corto plazo, parece que el resultado del 23J deja el panorama económico como estaba.

Esto es lo que podemos esperar en los próximos seis meses:

A) El FMI apunta que el PIB español crecerá sobre el 2,5% este año, el más alto de los grandes países comunitarios, con Alemania en recesión. El Gobierno en funciones ha celebrado la noticia como respaldo a su política económica.

No ha habido un desplome de las cotizaciones ante el, probable, Gobierno en funciones hasta una investidura tardía de Sánchez

B) La inflación española está lejos de ser dominada, en particular la subyacente y la de alimentos, que castiga a las familias, con subidas de rentas salariales inferiores. Pero la inflación total, que influye en los beneficios empresariales, está por debajo del 2%, la mas baja de la zona euro, lo que favorece la competitividad de la economía española, cuya exportación sigue fuerte.

C) Con esa inflación los ingresos por impuestos siguen aumentando y el déficit público se modera; ayudado, además, por los ingresos procedentes de los fondos Next Generation.

D) A pesar de ello la deuda pública sigue creciendo en valores absolutos por encima del billón y medio de euros. Lo cual con una tasa de interés básica del BCE superior al 4% dará lugar a un repunte de una de las debilidades de la economía española: el servicio de la deuda en 2024 y siguientes se puede volver insostenible.

E) En consecuencia, la presión fiscal sobre la clase media y trabajadora estos seis meses continuará. Por cada euro que el ciudadano medio gasta, debe ingresar dos, si tiene en cuenta el IRPF, IVA, impuestos varios, especiales, de carburantes, … Situación insoportable, sino fuera porque, entre la retención del IRPF y los impuestos indirectos, el pago es indoloro. Algo que no ocurre en los millones de autónomos que pagan el dinero de IRPF directamente; en junio lo han sufrido.

La deuda pública sigue creciendo en valores absolutos por encima del billón y medio de euros.

F) Los cambios fiscales más notables serán los de los impuestos de sucesiones y donaciones y el de patrimonio. Corresponden a las Comunidades Autónomas y, aunque el Gobierno Central en funciones se empeñe en mantenerlos, los gobiernos autonómicos, mayoría del PP, los reducirán.

G) El mercado de trabajo seguirá bajo la Reforma Laboral de 2021, propiciada por Yolanda Díaz. Con ella el porcentaje de paro registrado en el SEPE se mueve sobre el 13%; con un porcentaje variable de “fijos discontinuos” inactivos, que disimulan la realidad con cientos de miles que cobran la prestación o el subsidio de desempleo sin figurar como parados. Cifra que crecerá en otoño/invierno cuando el turismo remita después de los dos trimestres de temporada alta (excepto en Canarias).

H) Mientras tanto, las pensiones siguen creciendo. Este mes de julio su nómina superó los 12.000 millones de euros en pensiones contributivas. En total, este año los gastos en este concepto será cerca del 12% del PIB, lo mismo que los dos anteriores. Pero seguirá creciendo hasta que la pirámide de población empiece a reducir a los “baby boom”.

Y llegará 2024 y siguientes. La UE empezará a pedir disciplina fiscal y de reducción de deuda pública. Eso exigirá reducción de gastos públicos y ¿pensiones? Reformulación de la Sanidad Pública, … Es posible que el espejismo económico del 2023 empalidezca.

La UE exigirá disciplina fiscal en 2024 y eso requerirá reducir gasto público, ¿pensiones? o sanidad

En ese momento el Gobierno debe ser fuerte; libre de ataduras y con ideas claras para poder afrontar esos retos. Un Gobierno de amplia base parlamentaria, con legitimidad electoral, que no tenga que depender de intereses particulares o fuerzas territoriales.

¿Nuevas elecciones? ¿Gobierno de concertación nacional PP/PSOE?

Ese es el reto del Congreso del 23J, y su responsabilidad ¿Debe seguir tranquilo, respondiendo a sus intereses particulares, o prever el futuro por el bien de la nación?

*** José Ramón Pin es profesor del IESE.