Una enfermera en una UCI, en imagen de archivo.

Una enfermera en una UCI, en imagen de archivo.

La tribuna

Esperando nuevos tiempos en nuestra sanidad

21 julio, 2023 02:56

Nuestro sistema sanitario ha sufrido en esta legislatura que termina el mayor test de estrés en siglos. Sin duda, este periodo ha quedado marcado por la histórica pandemia de la Covid-19 y el primer Gobierno de coalición de nuestra aún joven democracia. No son elementos menores.

El primero, la Covid, ha demostrado como el pretendido mejor sistema sanitario del mundo tiene mucho que repensar. ¿Estamos haciendo esos deberes? Me temo que no. También ha demostrado otras cosas: la colaboración esencial del sector sanitario privado durante la pandemia atendiendo, como hecho más relevante, a un tercio de las hospitalizaciones y de la UCIs, y ha revelado las fortalezas del sector empresarial como recurso estratégico del Sistema Nacional de Salud (SNS).

En cuanto al segundo factor, el Gobierno de coalición ha tratado por todos los medios de reducir el papel del sector sanitario en la sostenibilidad del sistema mediante la colaboración público-privada, que descarga y genera ahorros al sistema público. Se ha impuesto desde este Gobierno la ideología sobre la eficiencia de gobernanza del sistema, con el foco en la pretendida Ley de Equidad que hubiera supuesto un paso atrás incalculable en la gobernanza sanitaria del sistema público.

Pero también con decisiones autonómicas como la del Gobierno valenciano que autorizó la reversión de concesiones eficaces como las de los hospitales públicos de Alcira y Torrevieja; o el cuestionamiento del mutualismo administrativo por motivos de carácter doctrinal, sin prestar atención en que es un sistema que funciona con éxito, elegido por el 80% de los funcionarios y que genera enormes ahorros a las arcas públicas, necesitadas de factores de alivio.

La situación post pandemia ha traído, además, la mayor crisis de lista de espera de la democracia, con consecuencias nefastas para los pacientes, que ven como se genera una demora inasumible que agrava sus patologías. Esto ha afectado al sistema público, pero ha devenido en una saturación relativa del sector privado desde el momento en que una parte significativa de la población, ante el colapso de la pública, acude de forma extraordinaria al sistema de aseguramiento de salud privado. Por tanto, en los próximos años debemos volver a un crecimiento sostenible del aseguramiento de salud para salvaguardar la principal característica de nuestra propuesta de valor conjunta: la accesibilidad del usuario.

En este preciso sentido, es imprescindible avanzar en un código de buenas prácticas que regule nuestra relación con nuestro aliado natural, las compañías aseguradoras, con quien nos caracteriza una colaboración leal desde siempre.

Ante todo ello, hemos mantenido encuentros con los responsables del área sanitaria de los principales partidos nacionales y autonómicos, tanto a través de la Comisión de Sanidad de CEOE y como patronal de la provisión sanitaria.

Existe un amplio consenso en fomentar la interoperabilidad del sistema público-privado. 

Si atendemos al estudio de sus programas electorales para las elecciones del 23J, encontraremos que existen puntos de amplio entendimiento a nuestras necesidades en algunas esferas. Existe un amplio consenso en fomentar la interoperabilidad del sistema público-privado y en contar con nuestra colaboración para establecer estrategias para disminuir tiempos de espera. Por otra parte, hay un alineamiento en la necesidad de establecer medidas que palien el déficit de profesionales sanitarios. Además, prácticamente el conjunto de partidos muestra su interés en impulsar el desarrollo de programas de I+D+i. Nos felicitamos ante todo ello.

Sin embargo, hay falta de apoyo generalizado a otros aspectos que son vitales para la atención de millones de personas a través de los conciertos de colaboración público-privada: me refiero a la estandarización de criterios autonómicos de los conciertos, al mutualismo administrativo o a la mejora de las condiciones de la colaboración público-privada.

Llama la atención también las escasas medidas específicas planteadas en sus programas para abordar el déficit de profesionales sanitarios, siendo este uno de los graves problemas que afrontamos en los próximos años: No vemos planteamientos acordes a la adaptación de las competencias profesionales, a la mejora de las incompatibilidades de los médicos, a la reducción del intrusismo ni a la participación del sector privado en la planificación de las necesidades de profesionales.

Por eso, es esencial que, una vez que surja el Gobierno español tras las elecciones generales, nuestro sector mantenga una hoja de ruta clara para favorecer una salida al atolladero actual de las listas de espera, para mejorar nuestra capacidad de inversión en tecnología y en accesibilidad al paciente y en sumar para resolver el problema acuciante de la escasez de profesionales en todo el sistema. Esperemos que soplen nuevos vientos en la sanidad española.

*** Carlos Rus es Presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE) y de la comisión de Sanidad de la CEOE.

Ahora en portada

Los periodos de sequía serán cada vez más habituales si no se frena el cambio climático y la tecnología se convierte en pieza clave para combatirla y realizar un uso más racional de los recursos hídricos.

Signos de esperanza en la sequía de venture capital

Anterior
Un hombre utilizando una tablet, un ordenador y un teléfono móvil.

Las ventas de ordenadores y teléfonos se hunden hasta un 16%, pero empiezan a mostrar señales de recuperación

Siguiente