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ChatGPT Reuters /Dado Ruvic Omicrono

La tribuna

El futuro es tech

4 julio, 2023 02:53

Hace ya unos años (no quiero ni calcularlos) que salí de la universidad y recuerdo que estudiamos la asignatura de Inteligencia Artificial. Aprendimos a usarla principalmente para resolver juegos o rompecabezas. Revisamos también las leyes de la robótica de Isaac Asimov y a pesar de entender perfectamente cómo funcionaba, nos seguía pareciendo ciencia ficción.

Mucho más pronto de lo que yo esperaba, ha llegado el día en que esas leyes van a empezar a cobrar sentido. Y reconozco que a pesar de mi corto affair con la IA durante la carrera, no me siento capacitada para contribuir en esta “batalla”. Y entonces me cuestiono, ¿habrán mejorado los planes de estudio para esto? ¿seguirán dando sólo una asignatura de inteligencia artificial? Me dan sudores fríos.

Si algo hemos aprendido la humanidad es a adaptarnos a los cambios revolucionarios que se nos plantean, como la revolución industrial, la pandemia o la nueva era artificial. Todavía no podemos saber en que se traducirá este último, pero lo que sí sabemos es que habrá un antes y un después, y no sé si estamos mentalmente listos para ello.

Surgen todo tipo de debates sobre este tema hoy en día: la regulación, la ética, los riesgos, la educación… Y da vértigo, lo sé, es abrumador. Pero como todo cambio, podemos aprovecharlo para nuestro beneficio si sabemos encontrar la oportunidad.

Es evidente que dependemos de una correcta preparación previa, sólo unos pocos son expertos en la materia y pocos programas educativos están adaptados a estas nuevas necesidades. Pero, aun creando las carreras y programas perfectos, ¿cómo vamos a conseguir que las nuevas generaciones quieran estudiarlos? El número de alumnos interesados en las carreras técnicas no hace más que disminuir, y los números son incluso peor si hablamos del género femenino. ¿Cómo podemos fomentar el talento que nos impulsará a evolucionar en el futuro si no tienen interés?

Si algo hemos aprendido la humanidad es a adaptarnos a los cambios revolucionarios que se nos plantean, como la revolución industrial, la pandemia o la nueva era artificial

Dicen que las nuevas generaciones no están preparadas para el esfuerzo a largo plazo; que son la generación de la gratificación instantánea y que sólo viven en el presente. Pero eso son los prejuicios de unos pocos; son los mismos prejuicios que han perjudicado las carreras técnicas y que una vez más, no definen la realidad de la mayoría. Las nuevas generaciones sí se preocupan por el futuro, al menos por aquel futuro que les amenaza: el futuro del planeta. Y a la vez, se sienten impotentes porque no tienen ni la voz ni las herramientas para fomentar el cambio.

Si es cierto, que estamos mucho más concienciados de los riesgos que corremos a largo plazo si no tomamos decisiones que protejan nuestro ecosistema y la sostenibilidad mucho más presente en nuestros movimientos: reciclar, disminuir el uso de plástico, usar coches eléctricos… Y aun así, estamos muy lejos de asegurarles un mejor entorno a las siguientes generaciones.

Peco de optimista y creo que todavía tenemos en nuestras manos poder realizar el cambio. Sólo tenemos que saber invertir nuestros esfuerzos correctamente: una persona puede limpiar un trozo de playa durante un día y con eso cubriría una ínfima parte de todo lo que tendríamos que conseguir. Sin embargo, una persona con el conocimiento adecuado puede diseñar una máquina que limpie el océano entero de plásticos en un mes.

Sólo tenemos que saber invertir nuestros esfuerzos correctamente

Quieran o no, el futuro del mundo pasa por la tecnología. Necesitaremos máquinas, aplicaciones, herramientas e inteligencia artificial para poder revertir el daño y generar un mejor ecosistema para todos. Estudiar un programa tecnológico ya no será vocacional, sino una necesidad. Y que esos programas se adapten a lo que todos necesitaremos en un futuro es el primer paso. El segundo, que los demás sepamos acompañarlos durante el camino. Por que, si no invertimos en el talento del futuro, ¿quién si no va a cuidar nuestro legado?

*** Elisa Caballero, Directora Global de Ingeniería y Operaciones en Glovo.

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