En el caso de la rebaja del IVA para los aceites de oliva y de semillas y para la pasta, la bajada fiscal supondrá un ahorro de 1,14 euros por cada 25 euros de compra de este producto.

Es cierto que la medida puede contribuir a rebajar en alguna medida la inflación, pero no va a tener un efecto importante en los bolsillos del consumidor. Y es que el coste fiscal de la bajada del IVA justifica que las autoridades ejerzan una supervisión efectiva para garantizar que el precio de los productos afectados se rebaje, y en caso contrario, reponer los tipos de IVA.

[Pan, frutas, verduras... Estos son todos los alimentos cuyo IVA bajará al 0% a partir del 1 de enero de 2023]

Estamos viendo cómo en algunas partes esas rebajas no llegan con la excusa de que hay un stock de alimentos adquiridos por la empresa comerciante antes de la bajada del impuesto. Esto no puede servir de justificación porque el que soporta toda la carga del IVA es el consumidor.

La empresa resta el IVA soportado de sus compras con el IVA repercutido de sus ventas, liquidando a la Hacienda estatal o foral las diferencias a ingresar o a devolver cada mes o trimestre; de manera que no tiene que enfrentarse a ningún coste.

Puede existir una excepción a esta regla liquidatoria del IVA en los regímenes especiales de recargo de equivalencia -cuyo porcentaje se ha reducido para acompasarla con esta rebaja del IVA- y simplificado -que es una opción de tributar el IVA, según unos módulos que reflejan las características esenciales del tamaño del negocio, a la que puede renunciar el comerciante de pan y leche hasta el 31 de enero de 2023-, en los que pueden estar incluidos algunos autónomos.

A estos podría afectar mínimamente, y en un corto espacio de tiempo, el cambio de tipos, en relación con algunos productos almacenados, que en la práctica no deben ser demasiados al tratarse de alimentos básicamente perecederos, como el pan, huevos, frutas y verduras.

"Algunos productores, comercializadores y patronales vienen magnificando los efectos de las bajadas de IVA para contener precios"

En nuestra opinión, algunos productores, comercializadores y patronales vienen magnificando los efectos de las bajadas de IVA para contener precios o aumentar sus ventas.

Sin embargo, no hay efectos apreciables en el gasto de la cesta de la compra del consumidor, que tampoco porque no haya IVA va a aumentar la ingesta de alimentos y, por el contrario, el Estado y las autonomías pierden recaudación a nivel global con la que financiar otras ayudas públicas necesarias para mitigar los efectos de crisis actual. En este caso, la rebaja del IVA tiene un coste para las arcas públicas de 700 millones de euros, según ha cifrado el Ejecutivo.

Desde Gestha creemos firmemente que estas resistencias a bajar precios, contrarias a la finalidad del Real Decreto que aprueba la rebaja del IVA pueden arruinar la medida, incrementando el margen de beneficio empresarial con el mantenimiento o aumento de los precios en la cadena de producción, distribución o consumo de los productos. Por ello, proponemos a la dirección de la Agencia Tributaria (AEAT) cooperar con la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC).

"Las resistencias a bajar precios, contrarias a la finalidad del Real Decreto que aprueba la rebaja del IVA pueden arruinar la medida"

La AEAT debería facilitar al órgano regulador información sobre los beneficios de las empresas y los distintos agentes que intervienen en la cadena alimentaria y la distribución, todo ello para evitar que absorban en sus beneficios las rebajas del IVA de alimentos básicos con subidas de precios.

Una cooperación más necesaria que nunca en tanto que el Real Decreto aprobado el martes 27 de diciembre por el Consejo de Ministros establece que "la efectividad" de la rebaja del IVA de los alimentos para abaratar la cesta de la compra "se verificará mediante un sistema de seguimiento de la evolución de los precios, independientemente de las actuaciones que corresponda realizar a la CNMC y otros Organismos en el ámbito de sus competencias".

El Ejecutivo debe de construir ese "sistema de seguimiento" hasta lograr un diseño eficaz que podría aplicarse y perfeccionarse al aprobar éste y los futuros Gobiernos medidas similares en contextos parecidos.

Un trabajo imprescindible en el que -por cierto- será fundamental la labor que desempeñamos los técnicos de Hacienda, al igual que para gestionar y realizar el control de los requisitos de los seis millones de solicitudes que potencialmente se registrarán en la sede electrónica de la AEAT en un plazo corto de mes y medio para recibir el cheque de 200 euros aprobado junto a la bajada del IVA de los alimentos básicos.

Los técnicos de Hacienda han demostrado este compromiso a lo largo del tiempo, la última fue con ocasión de la devolución a las estaciones de servicio de la ayuda de 20 céntimos a gasolinas y gasóleos en un plazo brevísimo de menos de 15 días, en la que los técnicos de Aduanas trabajaron intensamente para gestionar y controlar el cumplimiento de los requisitos, así como adelantar los reembolsos de esa ayuda en los meses siguientes.

En definitiva, la rebaja del IVA puede ser una medida comprensible, pensando sobre todo en las personas más vulnerables. Pero lo cierto es que sus efectos serán limitados en los bolsillos de los ciudadanos.

*** Carlos Cruzado, presidente de los Técnicos de Hacienda (GESTHA).