Las cifras de las ventas de automóviles eléctricos del 2022 que termina son enormemente brillantes, y reflejan una progresión que debería ser una muy buena noticia para todos. 

Obviamente, me refiero a los eléctricos de verdad, no a las trampas híbridas que los fabricantes venden para seguir utilizando su tecnología contaminante y a los que algunos gobiernos -afortunadamente no todos- otorgan ventajas como si fuera de verdad bueno fomentarlos. La realidad es que son un engaño, se mueven la inmensa mayoría del tiempo como automóviles de combustión, y deberían ser muchos de ellos denunciados por publicidad engañosa. Cada vez que veo a cierta marca publicitar como "la movilidad eléctrica sin enchufes", o estupideces similares, me llevan todos los demonios. 

¿Cómo ha evolucionado el mundo en 2022? Las ventas de vehículos eléctricos han explotado con más de diez millones y medio de unidades, un crecimiento del 60%. Por supuesto, sigue siendo aún poco con respecto a los más de 65 millones de unidades vendidas en total en el mundo, pero debemos encuadrar ese crecimiento brutal dentro de un contexto en el que todo han sido descensos, en algunos casos, muy duros. 

"Los vehículos eléctricos son ya más de un 13% del total del mercado mundial"

Los vehículos eléctricos son ya más de un 13% del total del mercado mundial, con mercados que incluyen algunos de los más grandes del mundo, como Alemania, el Reino Unido, Francia o sobre todo, China, el mercado más importante del mundo y en el que, desde hace ya algún tiempo, el vehículo eléctrico no es ya el futuro, sino el presente: uno de cada cuatro vehículos vendidos es eléctrico, y sus ventas se han duplicado en un año.

Este crecimiento ha significado un ahorro de 1,7 millones de barriles de petróleo, una caída del 3.8% de la demanda, y sobre todo, un ahorro de 150 millones de toneladas de emisiones venenosas.

No, los automóviles no son responsables de todo el consumo de combustibles fósiles, pero sí de mucho, simplemente porque son muchos. Podemos decir que el vehículo eléctrico no es la solución y que sería mejor optar por otros transportes que no respondan a la fórmula del automóvil como producto de consumo, pero todo indica que esto, socialmente, va a tardar algo más, al menos una generación, y decididamente, no podemos no actuar porque estemos esperando por ello. 

Solo en China se venden más vehículos eléctricos que en la suma del resto del mundo, lo que refleja hasta que punto el gigante asiático se está, nunca mejor dicho, poniendo las pilas. Una buena noticia para todos, pero un peligro importante para unas compañías automovilísticas tradicionales que se mueven aún demasiado lentas, y que podrían ver sus mercados inundados con modelos fabricados en ese país. 

"Solo en China se venden más vehículos eléctricos que en la suma del resto del mundo"

Entender las consecuencias de la reinvención de la industria del automóvil es fundamental: por un lado, en términos de salud -una de cada cinco personas en el mundo muere prematuramente debido a la inhalación del humo procedente de los combustibles fósiles-. Pero, por otro, por las grandes consecuencias económicas y geopolíticas que puede traer consigo. Los países y las compañías que no se muevan a tiempo, simplemente desaparecerán del panorama de la industria en relativamente pocos años. 

Estados Unidos va por detrás de China y Europa, pero la aprobación de la Inflation Reduction Act por la Administración Biden en 2022 promete mejorar mucho las cosas y acelerar significativamente la introducción del vehículo eléctrico. 

Las ventas de vehículos eléctricos se están acelerando, sobre todo, por su mayor disponibilidad y gama: hay ya más de 318 modelos, muchos con autonomías por encima de los 430 km. En los modelos anunciados para 2023, la media es de 580 km. Los viejos mitos de que no sirven para viajar o que "te puedes quedar tirado" se resquebrajan, y reflejan ya a personas gravemente desactualizadas. Baterías cada vez más baratas, que  duran mucho más que la vida del automóvil, y que se reciclan completamente para hacer más baterías. 

En España, las cifras tampoco mienten (la industria sí): los vehículos eléctricos puros crecen un 31%, mientras los de combustión se desploman un 32% en el caso de los diesel, y un 10% los de gasolina. ¿Qué dice la patronal de la industria? "¡Dios mío, necesitamos ayudas porque las ventas han caído un 14%!"

La respuesta es clara: si quieres vender más, ofrece más eléctricos, que además, no envenenan a nadie como sí hace el resto de tu gama de productos. El mercado habla, y dice claramente lo que quiere: si la industria del automóvil española se empeña en no escucharlo, es su problema. En pleno 2023, cualquier ayuda destinada a vehículos de combustión o híbridos es una auténtica aberración. 

Electrificar el parque automovilístico es un objetivo importantísimo, y lo es para todos. Menos quejarse por el precio de los eléctricos, y más hacer los números como corresponde: teniendo en cuenta su bajísimo consumo (en un escenario con electricidad cada vez más barata) y sus mucho menores costes de mantenimiento.

Y plantear objetivos en toda la gama: los turismos son importantes, pero objetivos como las furgonetas de reparto, los autobuses o los taxis y VTCs, que circulan muchas más horas al día, son fundamentales para mejorar la calidad de vida en las ciudades.

Los números del coche eléctrico están hablando muy claramente. ¿Sabremos escucharlos?