Una planta nuclear.

Una planta nuclear. Pixabay

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El reto energético de 2023: ¿Una apuesta por la nuclear?

2 enero, 2023 01:54

Se puede decir con casi toda seguridad que 2022 ha sido el año más cálido de la serie histórica en España. Aunque los datos son provisionales, la temperatura media fue de 15,3 ºC, o lo que es lo mismo, 1,6 ºC por encima del promedio normal. Es la primera vez que un año supera los 15 ºC de temperatura media desde que hay registros. 

Las olas de calor extremo han aumentado, y lo que es peor, lo seguirán haciendo. Según la prestigiosa revista médica The lancet, estos episodios son los responsables de al menos 350.000 fallecimientos al año en el mundo. El número de muertes por calor ha aumentado, de media, en unas 15 por millón por década siendo el doble en España, donde la incidencia acumulada es la más alta de Europa. 

Unido a estos episodios de calor van las sequías. 2022 ha sido un año extremadamente seco, tanto como que es ya el tercero con menos registro pluviométrico de nuestra historia superando dos recientes como fueron 2005 y 2017.

La temperatura media en España en 2022 fue de 15,3ºC lo que supone 1,6 grados por encima de la media histórica

La relación de desastres meteorológicos podría llevarme horas y miles de líneas de relato. El fenómeno conocido como “La Niña” está causando un daño sin igual en la agricultura del hemisferio sur (Argentina y Brasil ya van por su tercer año de sequía extrema), que a su vez ha provocado en el hemisferio norte un otoño tan cálido como ya lo está siendo contra pronóstico el invierno, sin olvidar el efecto invernadero continuado por la emisión descontrolada de gases incrementado por la vuelta contra pronóstico este año al uso del carbón. 

El IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático) publicó el pasado agosto su sexto informe climático. En el documento, los científicos vuelven a elevar el tono de preocupación con respecto al límite de las emisiones de gases de efecto invernadero y lanzan advertencias a la sociedad, las empresas y los gobiernos: el tiempo transcurre y las respuestas están por debajo de las necesidades de emisiones cero hasta mediados de siglo.

Por ese motivo no puede pasar otro año más sin que Europa, especialmente desde que el conflicto político con Rusia haya destapado la calamitosa planificación energética (sigo esperando dimisiones por el empobrecimiento que está causando a los ciudadanos europeos), pase de forma decidida a un modo todavía más activo. 

España en particular tiene la oportunidad de dar un paso al frente y reivindicar un reposicionamiento de su mix energético que sin duda contribuiría de forma contundente a la lucha por evitar un eventual desastre medioambiental. Esto solo sería posible si la energía nuclear ganase enteros como fuente de generación limpia y sostenible que es.

España tiene la oportunidad de reivindicar un reposicionamiento de su mix energético 

Somos uno de los países de referencia en las renovables, de eso no hay duda, pero tenemos que ser uno de los países líderes en eliminar todos los prejuicios existentes hacia esta fuente de energía, provocando un cambio de 180 grados en la conciencia pública gracias al mejor conocimiento y la divulgación científica de la energía más segura y fiable que existe.

La realidad es que todavía hoy, pese a la emergencia de los llamamientos, el 80% del consumo de energía primaria mundial proviene de la combustión de hidrocarburos. Bajar el impacto en la generación de emisiones y gases solo se puede conseguir reponderando otras fuentes. Y para que haya un equilibrio razonable entre desarrollo y sostenibilidad, la única posibilidad es que nuestro futuro no dependa única y exclusivamente del mantra solar y eólico.

La energía nuclear es, después de la hidroeléctrica, la que deja una menor huella de emisiones. Pese a la tozudez y reticencia acumulada de las últimas décadas los políticos ya se han percatado de la necesidad de un cambio. Fruto de ello la Comisión Europea presentó en febrero de 2022 el Acto Delegado Complementario, por el cual se anexa al Pacto Verde Europeo la propuesta a los Estados miembros para que la energía nuclear sea considerada sostenible. Dado que la entrada en vigor ha tenido lugar el 1 de enero de 2023, ya es posible invertir en nuclear sin trabas comunitarias y con pleno respaldo legal.

Desde hoy, cualquier país tiene la libertad de impulsar esta fuente segura de energía gracias a unas garantías jurídicas para impulsar la participación público-privada.

La energía nuclear es, tras la hidroeléctrica, la que deja una menor huella de emisiones 

En España tenemos en funcionamiento 5 centrales nucleares con una potencia eléctrica instalada de 7.400 MW. Siendo la duodécima mayor fuerza nuclear instalada del mundo, gracias a las condiciones geoestratégicas de nuestro país, podríamos estar entre los diez primeros compitiendo con Reino Unido si existiese la necesaria coordinación y motivación pública para impulsar una fuente de generación tan crítica como es la energía generada por fisión. 

Es un año sin duda de retos que parte con un escenario económico muy débil con altas probabilidades de empeorar. Por ello, es mi deseo que esta primera columna de 2023 sea un modesto llamamiento para impulsar la energía y contribuir de forma activa y decidida, sin marketing ni mensajes plañideros, al cambio que el mundo desesperadamente necesita.

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