Pantallas de cotización en una imagen de archivo.

Pantallas de cotización en una imagen de archivo. Pixabay

BLUE MONDAYS

La gran rotación

24 enero, 2022 05:30

Estamos asistiendo a uno de esos movimientos que por grande y masivo, también está generando una cierta preocupación que tiene que ver con las grandes rotaciones de mercado. El inversor de los últimos diez años ha sido educado bajo el mantra de que las compañías tecnológicas o disruptivas ligadas a eso que comúnmente se llama growth, era ganadoras netas.

No importaban ni las valoraciones ni a cómo se estaba comprando el futuro crecimiento de los negocios. Simplemente eran las compañías de moda en las que había que estar sí o sí.

Ahora, de repente, se empieza a gestar un movimiento inverso que pretende -ya veremos si lo consigue- reeducar al inversor en que es momento de mirar los fundamentales. Todo eso que académicamente se enseña pero que casi nadie pone en práctica. Se empieza a mirar, por tanto, si la compañía está cara analizando si los multiplicadores de la cuenta de resultados son elevados, muy elevados o desproporcionadamente elevados.

Es ahora cuando muchos empezarán a preguntarse si haber estado pagando 20 veces las ventas era una señal de que algo no funcionaba. Y como todo en los mercados se mueve por tendencias, si la misma es de rotación, aunque sea por agotamiento, acabará imponiéndose.

Eso es lo que grosso modo está pasando en el mercado norteamericano. Es cierto que venimos de una fase de distribución que no ha empezado este año. Desde el verano de 2021 ya vimos como un porcentaje creciente de compañías del Nasdaq empezaban a alejarse peligrosamente de sus máximos de 52 semanas o de sus máximos históricos.

No importaban ni las valoraciones, simplemente eran las compañías de moda en las que había que estar

Cuando ese porcentaje sobrepasó el tercio de acciones, todavía el mercado estaba en su fase alcista más plena -recordemos que el S&P 500 realizó en 2021 nada menos que 70 máximos históricos-, pero no dejaba de ser un dato “anecdótico”. Y es que lo importante es que el mercado ofrecía suficientes oportunidades para seguir invertido. Ahora, que hemos llegado a casi el 50% de empresas del Nasdaq en tendencia bajista, la visión cambia radicalmente.

A eso hay que sumarle las caídas de las compañías de mediana y baja capitalización más las banderas rojas de algunas de las compañías disruptivas más icónicas. Netflix, Tesla, Apple… están empezando a dar señales de que hay una posible rotación en marcha.

La salida de inversores en el estilo que más ha impulsado las acciones estadounidenses en este largo periplo alcista (el mayor conocido nunca), está provocando la necesidad de un cambio rotacional que no de un mercado bajista.

La cuestión es si eso da paso a una corrección relevante. Mi opinión es que no. Y no vamos a ver un mercado bajista porque ni hay sensación de que los tipos de interés vayan a dispararse en el medio plazo, aunque hemos visto algunas señales de tensión en estas últimas semanas, ni estamos en una recesión económica ni de beneficios.

Hemos llegado a casi el 50% de empresas del Nasdaq en tendencia bajista

Es más, si algo vamos a ver son cifras históricamente elevadas tanto de ventas y beneficios como de márgenes. Igual no es suficiente para recobrar la confianza -el mercado siempre quiere más-, pero tampoco justifica una venta masiva de renta variable (buy the dip).

Precisamente. que los tipos de interés reales sigan siendo negativos es lo que propicia que las valoraciones de muchos negocios sigan siendo anormalmente elevadas. Pero cuando suban -ya veremos si hasta alcanzar un nivel de normalización-, entonces la cosa cambiará. Será entonces cuando la marea haya bajado y ya saben el dicho. Pero ese paso va a necesitar algo más de tiempo.

Las bolsas lo que hacen es descontar y lo que presenciamos es una rotación de estilos y no una venta masiva. Hasta que se acomoden las expectativas, seguramente podamos ver algo más de castigo en el corto plazo, pero no es la señal de que hay un pinchazo bursátil inminente. Y eso no va a suceder porque ni los tipos se van a ir al 5% en EEUU -es posible que ni lleguen al 3% a medio plazo-, ni va a ser una tendencia sincronizada con el resto de las economías. De hecho, en Europa no subirán a esa velocidad mientras que en Asia (China y Japón) la expectativa es justamente la contraria.

Lo que es indudable es que, tal y como todos esperábamos, 2022 será un año de curvas. Abróchense los cinturones.

***Alberto Roldán es director de inversiones de Metagestión

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