Impulsando al accionista a largo plazo

Impulsando al accionista a largo plazo

La tribuna

La Bolsa española se moderniza e impulsa al accionista

El presidente de AERI ve positivos los avances de la CNMV para dotar a las cotizadas españolas de las mismas reglas de juego que las europeas.

7 enero, 2022 01:13

Para que un país pueda lograr un crecimiento sostenido y una economía robusta es imprescindible que disponga de un mercado de capitales fuerte y atractivo para empresas e inversores. Los términos "economía competitiva" y "mercado de capitales" son absolutamente consustanciales y es que no se puede entender uno sin el otro.

Recientemente, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha dado un paso más para favorecer el desarrollo del mercado bursátil y potenciar la implicación a largo plazo de accionistas e inversores en aquellos valores en los que tengan participación. Así, con la entrada en vigor de la Ley 5/2021, las empresas que cotizan en mercados españoles han dejado de estar obligadas a presentar sus informes y estados financieros al regulador con carácter trimestral.

En consecuencia, las compañías cotizadas únicamente deberán comunicar semestralmente sus resultados financieros. No obstante, pueden continuar publicando, de forma voluntaria, esta información cada trimestre como "Otra información relevante" o, cuando proceda, como "Información privilegiada".

Este cambio regulatorio supone, sin duda, una medida esencialmente positiva que ha puesto sobre la mesa cuestiones que se venían reclamando al legislador desde el sector desde hace años. De esta manera, la CNMV equipara el criterio de divulgación con el de los reguladores de la mayoría de países europeos.

Al equiparar las obligaciones de las empresas cotizadas en el parqué español al mismo régimen jurídico que el de las europeas, las empresas españolas se sitúan, por así decirlo, con las mismas reglas de juego, favoreciendo con ello la competencia de estas respecto a la de sus homólogas europeas.

La CNMV equipara el criterio de divulgación con el de los reguladores de la mayoría de países europeos

Además, el leit motiv de esta nueva regulación no es otro que el de otorgar un mayor grado de libertad a los emisores para que puedan centrarse en la generación de valor a largo plazo, huyendo así de cortoplacismos que pueden restarle atractivo a nuestras cotizadas en los mercados de capitales, ya no solo a nivel nacional, sino también europeo y global.

Entre otras cosas, esto permitirá a las compañías contar con una mayor agilidad para iniciar una transición hacia modelos productivos más sostenibles e innovadores, tan importantes para situarse a la vanguardia y aumentar su atractivo dentro y fuera de los mercados.

Esta nueva normativa otorga a los emisores un mayor grado de libertad e independencia, estableciendo una serie de requisitos mínimos de comunicación al mercado y dejando que cada compañía fije su estrategia en función de su política de gobernanza. A pesar de que esto pueda llevar a pensar -sobre todo a los inversores minoristas- que esta medida menoscaba la transparencia y que alienta a que las cotizadas no informen de temas sensibles o de especial relevancia para la entidad, se trata de todo lo contrario.

En este sentido merece la pena recordar que, tanto el regulador como la legislación española continúan obligando a realizar los comunicados pertinentes sobre cualquier hecho relevante que pudiera llegar afectar a los valores de cualquier tipología de inversor. Además, muchas de las compañías que han dejado de presentar resultados trimestralmente lo han sustituido por una información más resumida, mientras que otras ya han anunciado que mantendrán la presentación trimestral.

Por otro lado, la adopción de esta práctica supondrá un ahorro cuantioso en lo que se refiere a trámites y temas burocráticos, al no requerir de una información tan precisa y detallada con una elevada frecuencia. Esto puede servir de catalizador para que las pequeñas y medianas empresas, que representan la mayor parte del tejido empresarial en nuestro país, se animen a acudir a los mercados para obtener financiación e impulsar su crecimiento y, por ende, el de nuestra economía.

Por todo ello, este cambio en la legislación es positivo. España cuenta, en líneas generales, con un mercado bursátil de reducido tamaño en relación con el peso que tiene nuestra economía a nivel europeo, por lo que necesita seguir aplicando los ajustes que sean necesarios para aumentar el atractivo de sus mercados de capitales.

Esta revisión de la regulación por parte del regulador puede suponer un punto de inflexión a la hora de atender las demandas legislativas de las compañías y del mercado, lo que permitiría avanzar con mayor facilidad hacia un modelo más competitivo respecto al de los mercados de capitales extranjeros.

*** Manuel Enrich es presidente de la Asociación Española para las Relaciones con Inversores (AERI) y Chief Investor Relations Officer de Ahora Asset Management

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