Ya no son los tiempos de los 'hombres de negro' y los rescates a cambio de reformas. Pero una década después de aquella crisis de deuda en la que el sur aprendió el significado de la austeridad, España, Italia, Portugal y Grecia (recuerden aquello de los PIGS) han firmado otro contrato con Bruselas a cambio de una ayuda de cuantía superior. Un Plan Marshall con el que no solo deben dejar atrás la pandemia, sino también converger con el norte que, esta vez, también se va a beneficiar de ese dinero que ya ha empezado a emitir Fráncfort y pagará la próxima generación de europeos, the next generation.

De momento, son 23 los países que cuentan con sus planes aprobados para acceder a los fondos NGEU. Holanda es el único que todavía no ha pedido esta ayuda -lo hará en cuanto tenga nuevo Gobierno- y la Comisión Europea está abordando con Hungría, Polonia y Bulgaria una serie de elementos técnicos para que puedan pasar el examen de sus planes de Recuperación.

Sin embargo, el éxito o fracaso de los fondos NGEU solo depende de dos países: Italia y España, según reconoce una fuente de la Comisión Europea. Si Mario Draghi y Pedro Sánchez no pasan el examen de las reformas y no ejecutan bien las inversiones, el problema no será solo de los españoles y de los italianos, sino de Ursula von der Leyen y del Banco Central Europeo (BCE).

Mario Draghi y Pedro Sánchez.

Mario Draghi y Pedro Sánchez. EL ESPAÑOL Invertia

En Bruselas -capital desde la que escribo esta columna-, ya se respira el aroma a Christian Lindner, el nuevo ministro de Finanzas liberal alemán. Y el mensaje de que en 2023 la fiesta de vivir sin las reglas fiscales se acaba está mucho más presente en las conversaciones que en las semanas previas a las elecciones que dieron la cancillería a Scholz.

Que el Gobierno español no se despiste: además de hablar de inversiones en rehabilitación de viviendas o en coches eléctricos, toca hacerlo de consolidación fiscal. Y para que esta no sea dolorosa es crucial que la economía crezca con salud, algo que será más fácil si el Ejecutivo acierta con la política económica que guía los Presupuestos y las reformas del Plan de Recuperación y Resiliencia.

Nadia Calviño sigue contando con la confianza europea con la que no cuentan sus previsiones económicas en las que se asientan las cuentas públicas de 2022. Su presencia en las negociaciones de la reforma laboral es una señal tranquilizadora para los comisarios. Sin embargo, el precedente de la reforma de las pensiones no ayuda a pensar que la reforma del mercado de trabajo vaya a ser el bálsamo que necesita España para acercar su tasa de paro al resto de la Eurozona (lo que supone reducirla a la mitad).

Cuando los técnicos europeos evalúen la reforma de José Luis Escrivá, se limitarán a decir si sus cuentas aprueban o no. Para esto es necesario que el efecto de subir las pensiones con el IPC se compense con la subida de cotizaciones y las medidas para retrasar la edad de jubilación. A grosso modo, si esos números dicen que el sistema es sostenible, España pasará el examen.

Pedro Sánchez, Mario Draghi, Nadia Calviño,  Olaf Scholz, Christian Lindner, Ursula von der Leyen, Christine Lagarde y José Luis Escrivá.

Pedro Sánchez, Mario Draghi, Nadia Calviño, Olaf Scholz, Christian Lindner, Ursula von der Leyen, Christine Lagarde y José Luis Escrivá.

Otra cosa es con qué nota. Y en la Comisión Europea se recuerda que aumentar las cotizaciones sociales es una subida de los impuestos al trabajo que puede dañar la economía y el mercado laboral.

A esto se suma que hay cierta inquietud con "la composición del gasto público" que se contempla en los Presupuestos Generales del Estado aprobados por el Congreso.

Con Italia, la preocupación es de otro tipo. Se considera una gran oportunidad que Draghi esté en el poder y se confía en que la reforma de la Justicia que tramita el Parlamento italiano ayude a impulsar y equilibrar la economía. Sin embargo, la fragilidad de la coalición que ha dado lugar a su Gobierno y la incertidumbre política que se dibuja a partir de primavera de 2023 preocupan a los artífices de NGEU.

La Comisión Von der Leyen logró sacar adelante los fondos NGEU y React EU con el escepticismo y las reticencias de los países frugales. Si el experimento sale mal se abrirá un enorme problema político en Bruselas y, lo que es peor, en Fráncfort.

Si el experimento de Next Generation sale mal se abrirá un enorme problema político en Bruselas y, lo que es peor, en Fráncfort

Con la inflación anunciando que la política monetaria ultra generosa de Christine Lagarde tiene fecha de caducidad, se teme que un resbalón de la tercera y cuarta economía del euro -que arrastran serios desequilibrios estructurales- provoque otra crisis de deuda en la eurozona.

Esto convertiría el gran avance que ha supuesto el instrumento creado para emitir deuda conjunta en Europa en un gran fiasco de difícil solución política y económica.

España ha querido ser el alumno aventajado de los planes de Recuperación al ser el país más ágil en solicitar las ayudas y presentar un listado de reformas "ambicioso y exhaustivo", en palabras de fuentes de la Comisión.

Sin embargo, el ruido político de la coalición y el populismo económico que domina los debates del mercado laboral o de las pensiones son motivo de preocupación entre nuestros socios del euro.

Esta vez, Bruselas no quiere ser señalada como el culpable de las medidas impopulares que adopte España. El problema es que Sánchez tampoco quiere ese papel y mucho menos, Yolanda Díaz. Se va a intentar enmendar la situación dando una prórroga a España para que logre un acuerdo en la reforma laboral. Pero ganar tiempo a estas alturas es un arma de doble filo, dado que la cuenta atrás para la subida de tipos ya se ha activado.

ATENTOS A...

Se acerca el final del segundo año de pandemia y con la inflación disparada los bancos centrales más importantes de Occidente se reunirán esta semana para debatir sobre su política monetaria.

Jerome Powell y Joe Biden.

Jerome Powell y Joe Biden. EL ESPAÑOL INVERTIA

Sin duda, el gran foco está en Jerome Powell. Con el dato de inflación en Estados Unidos en el 6,8%, el presidente de la Reserva Federal debe decidir si hace un guiño a corto plazo a Joe Biden -a quien le debe la renovación de su mandato- o si se lo hace al futuro crecimiento económico de la primera economía mundial. Su movimiento será crucial para el Banco de Inglaterra y el BCE, que también despiden las reuniones de 2021 esta semana.