Según las cifras un Afganistán en manos de los talibanes tendrá pocas consecuencias económicas para el mundo. Con 17.000 millones de euros de PIB es el país número 115 de los 196 incluidos en la estadística y el 185 por su renta per cápita de 524 euros al año. Su capacidad de consumo y producción es reducida.

Habrá que reconstruir el país, pero la idiosincrasia de la ideología talibán no augura grandes obras públicas, ni grandes negocios, salvo los que interesen a China o Rusia. Sin embargo, algunos datos si cambiarán.

Afganistán es uno de los principales productores de sustancia opiáceas. La economía sumergida criminal es posible que crezca. Las mafias de la heroína tendrán más suministro. Los talibanes han aprendido que el ataque directo al mundo occidental tiene consecuencias graves, pero no tendrán ninguna aprensión para inundarlo de drogas para debilitar su moral. Al fin y al cabo, para ellos son países de infieles.

Los talibanes han pactado con algunos 'señores de la guerra' y, tanto ellos como éstos necesitan financiación, por eso aumentarán la oferta de estas sustancias.

Por otra parte, la situación geopolítico-económica de Afganistán es importante. No en vano lo quisieron conquistar desde el imperio Persa hasta Alejandro, pasando luego por los imperios mongoles e indios, hasta los ingleses en el siglo XIX, los rusos en el XX y los americanos con ayuda internacional en el XXI.

Es lugar de paso entre la Asia occidental y la oriental, así como entre la del norte y la del sur. La construcción de gasoductos para suministro de China e India puede ser una de las causas de la codicia, tanto de los rusos, como de los productores, como de estos dos grandes colosos asiáticos como consumidores de energía.

Rusia anunció que su embajador se reunirá lo antes posible con el Gobierno talibán. China va a reconocerlo internacionalmente y ya ha negociado con los talibanes.

La riqueza minera afgana es abundante y está sin explotar de manera intensiva, aunque hay yacimientos de oro, piedras preciosas o semipreciosas, cobre, etc. que se explotaron desde tiempos antiguos.

China, que tiene frontera con Afganistán, ya tiene un pie en el país con su empresa minera y ese es uno de sus intereses. Máxime cuando se ha descubierto litio y tierras raras, minerales indispensables en la economía digital. María Vega ya lo indicó en este medio, con un artículo titulado 'EEUU entrega a China poder y un tesoro minero en Afganistán'.

De manera que dos grandes potencias económico-militar asiáticas -Rusia y China- van a estar compitiendo y, a la vez, colaborando para rentabilizar la economía afgana en su favor.

EEUU verá reducido su gasto en personas y dinero al salir de una guerra interminable. Su economía de guerra y producción de material bélico se frenará o dirigirá inversiones a otros caminos como la aventura espacial en competencia con China, ansiosa por tomarle la delantera.

En España, hay riesgo de aumento de la economía sumergida criminal con el tráfico de opiáceas (heroína). De momento somos más bien lugar de paso, pero nuestras fuerzas de seguridad harían bien en perseguir las mafias de esa droga.

La economía emergida española no se verá muy influida por la llegada de los talibanes. Nuestras exportaciones no superan los cuatro millones de euros y las importaciones son menos de dos millones de euros. Nada significativo.

Otra cosa son nuestros compromisos económicos internacionales. La retirada de la OTAN de Afganistán los reducirá o, al menos, no los aumentará porque, de momento, parece que occidente va a dejar el terreno a las potencias de la región: Rusia y sus satélites, con amplia frontera con el país, y China.

En resumen: a corto plazo habrá pocas consecuencias económicas para España, un claro provecho para Rusia y China y un descanso para EEUU que podrá dedicar algunos millones a otros menesteres.

A medio y largo plazo, nada se sabe con certeza. Los talibanes tienen la fuerza del integrismo musulmán y el territorio de Afganistán.

Por otra parte, sus vecinos temen que aumenten más su influencia y la comunidad internacional vigilará por si Afganistán se convierte en centro de una economía terrorista combinada con narcotráfico ¿cómo responderán si se materializa?