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La tribuna

Refinanciaciones y restructuraciones en la banca española

Conviene seguir muy de cerca su evolución, porque pueden ser un indicador adelantado de la tasa de morosidad.

5 agosto, 2021 02:43

La evidencia empírica muestra que uno de los principales factores explicativos de la morosidad bancaria es el ciclo económico, por lo que es llamativo que, a pesar de que el PIB haya caído en España un 10,8% en 2020, la tasa de morosidad sea menor que antes de la aparición de la Covid-19.

En febrero de 2020 se situaba en el 4,82% en el negocio en España y en abril de 2021 (último dato disponible) es del 4,53%. En valor absoluto, el volumen de créditos morosos ha caído un 3,6% desde febrero de 2020, 2.044 millones de euros menos. Lo que explica esta paradoja son las medidas implementadas para amortiguar el impacto de la crisis, como los ERTE, las moratorias legales o la relajación en la aplicación de la regulación que afecta a la clasificación de los activos según su riesgo.

A pesar de esta caída de la morosidad, los bancos son muy conscientes de que la historia siempre se repite y que tarde o temprano la morosidad va a aumentar. Por ello fueron muy prudentes y realizaron en 2020 millonarias provisiones. Y han hecho muy bien, ya que aunque la morosidad no ha aumentado, ya hay indicadores que muestran el deterioro en la calidad de los activos. Lo advirtió el Banco de España en su último informe de estabilidad financiera, cuando señaló que en 2020 aumentó un 35% el crédito a empresas clasificado en vigilancia especial (estadio previo a la dudosidad) y que se haya ralentizado el ritmo de caída de las exposiciones refinanciadas y reestructuradas.

Un aumento de las exposiciones refinanciadas/reestructuradas (o una menor caída) puede ser la antesala de un aumento de la morosidad

Este último es un indicador que conviene seguir muy de cerca en los próximos meses porque las refinanciaciones/reestructuraciones pueden ser un indicador adelantado de la tasa de morosidad. Así, la principal diferencia entre una refinanciación o reestructuración y una renovación o renegociación es que en las primeras la entidad considera que el acreditado tiene dificultades financieras. Por tanto, un aumento de las exposiciones refinanciadas/reestructuradas (o una menor caída) puede ser la antesala de un aumento de la morosidad.

En un análisis que acabo de publicar en la revista Cuadernos de Información Económica de FUNCAS, para el total del negocio de las entidades de crédito españolas los datos más recientes del cuarto trimestre de 2020 muestran que se ha interrumpido la caída de la ratio de refinanciación de los últimos años, ya que ha aumentado del 1,86% del tercer trimestre al 1,87% en el cuarto, lo que implica un ligero aumento del 0,53% en el volumen de refinanciaciones. Ya en el segundo trimestre de 2020 las refinanciaciones aumentaron un 2,2%, crecimiento que contrasta con las caídas ininterrumpidas de años anteriores.

Los datos que ofrece el BCE permiten realizar una comparativa europea de las refinanciaciones hasta el cuarto trimestre de 2020 con el matiz de que se refieren a las entidades significativas que son las que supervisa directamente el BCE. Con estos datos, también ha aumentado en el cuarto trimestre de 2020 la tasa de refinanciaciones (del 1,95% al 1,97%) y se sitúa 0,49 puntos por encima de la media de la UE. La buena noticia es que la brecha que siempre nos ha separado por encima de esa media se ha ido estrechando de forma sustancial en los últimos años.

Un aspecto de interés a analizar es el peso que las refinanciaciones tienen en el volumen de préstamos, distinguiendo según el nivel de riesgo del mismo, es decir, entre performing (riesgo normal y riesgo en especial vigilancia) y non-performing (dudoso). Obviamente, es de esperar que el peso sea muy superior en los segundos que en los primeros.

España es el primer país de la eurozona por volumen de exposiciones refinanciadas, concentrando casi el 20% del total europeo

Los datos más recientes indican que el 1,21% de los préstamos con riesgo normal y en vigilancia especial (performing) estaban catalogados como refinanciados, porcentaje superior al 0,94% de la euro área. En el caso de los préstamos dudosos, el peso de los refinanciados se sitúa en el 50,3% en España, muy por encima de la media de la eurozona, en concreto 11,5 puntos más.

A pesar de la intensa caída de la tasa de refinanciación que ha tenido lugar en España en los últimos años, es el primer país de la eurozona por volumen de exposiciones refinanciadas, concentrando casi el 20% del total europeo. El total de exposiciones refinanciadas de la eurozona asciende a 378.000 millones de euros, el 1,5% del total de exposiciones. En el caso de las refinanciaciones dudosas, también España es el que concentra el mayor volumen (21,1% de la eurozona.

Con estos datos, es conveniente vigilar la evolución de las refinanciaciones en los próximos meses, ya que puede ser la antesala del aumento de la morosidad. De hecho, en el mismo número de la mencionada revista, un análisis de AFI estima que en el punto álgido del crédito dudoso este aumentará en unos 40.000 millones de euros, por lo que será necesario dotar provisiones por importe 12.000 millones de euros entre 2021 y 2022, cifra similar a las dotaciones realizadas en 2020. Por tanto, la banca tendrá que seguir con su esfuerzo de limpieza del activo que pierde calidad.

El hecho de que el peso de los préstamos refinanciados en el total de los dudosos de la banca española sea 11,5 puntos superior al que tiene en el promedio de la banca de la eurozona implica que la banca española tiene una mayor predisposición a las refinanciaciones en situaciones de dificultad del prestatario.

Hay que tener en cuenta que, según un reciente estudio del FMI que utiliza evidencia ya post-Covid, los bancos que se enfrentan a mayores niveles de morosidad son más propensos a refinanciar a los prestatarios más arriesgados, por lo que es importante monitorizar la evolución de las refinanciaciones en un contexto en el que ha aumentado el porcentaje de empresas financieramente vulnerables, cuya cifra puede aumentar en función de la duración e intensidad de la pandemia.

***Joaquín Maudos es catedrático de Economía de la Universidad de Valencia, director adjunto del Ivie y colaborador del CUNEF.

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