“El objetivo de toda discusión no debe ser la victoria, sino el progreso”. (Joseph Joubert).

Esta semana, llegó a mis manos un espectacular informe de Capital Group en el que mencionan cuáles serán los grandes avances del mundo de aquí a que lleguemos a 2030. Me ha parecido interesante resumirlo y comentarlo en la columna de hoy.

En primer lugar, destacan que la innovación en salud alcanzará una velocidad vertiginosa. La salud digital y la telemedicina crecerán a ritmos fortísimos.

Además, opinan que la cura para el cáncer puede que esté a la vuelta de la esquina. En este sentido, me gusta el fondo de inversión Candriam Oncology Impact.

Los pagos digitales se impondrán y el uso de dinero en efectivo será cada vez más residual, aunque una parte debería existir siempre para preservar cierta privacidad de la ciudadanía.

Hace poco, alguien ilustre en Twitter dijo que se negaba a pagar en efectivo porque esos pagos casi nunca se declaran y que estaba harto de que sólo paguen impuestos los mismos de siempre.

Si tenemos en cuenta que los impuestos se suben para aumentar la recaudación y que los tipos impositivos ya son muy altos, la forma de que dejen de subir los impuestos es combatiendo el fraude.

Los semiconductores estarán en todas partes. Es mi sector favorito para invertir. Estos dispositivos nos resultarán familiares y podremos usarlos de formas que nunca habíamos visto.

Los coches se equipan con más electrónica cada año. La reciente escasez mundial de chips para automóviles subraya la dependencia que la industria tiene de sus fabricantes. A medida que los vehículos se vuelven autónomos, requerirán componentes aún más avanzados para que sean seguros y eficientes.

En el siguiente gráfico, podemos ver también las principales compañías de semiconductores por facturación. La que tiene la tecnología más avanzada es TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Company) y es precisamente uno de los principales motivos de la tensión geopolítica existente entre Estados Unidos y China en relación con Taiwán.

En 2030, habrá flotas ampliamente desplegadas de vehículos eléctricos autónomos que operarán en ciudades de todo el mundo. La propiedad de un vehículo personal pasará de ser una necesidad a un lujo. Muchas personas seguirán teniendo vehículos, al igual que quien monta a caballo o en bicicleta por diversión, pero ya no serán necesarios como medio de transporte principal.

Por el momento, los líderes del mercado están integrados en otras empresas, como Waymo de Google, Zoox de Amazon o la división Cruise de General Motors.

En un futuro más cercano, veremos que los coches eléctricos dominarán las carreteras. En España, nos resistimos a creerlo y hay que entender a la gente: al fin y al cabo, para cargarlo toda la noche, hace falta tener garaje y no todo el mundo lo tiene.

Pero en cuanto las baterías tengan bastante más autonomía (estamos cerca), haya electrolineras en todas partes (ya empiezan a multiplicarse y hay puntos de carga en muchísimas gasolineras) y, sobre todo, la carga sea ultrarrápida para todos los vehículos y cargadores, veremos que esto irá más rápido de lo que parece.

La transición energética es imparable. Las energías renovables dominarán el mundo. En 2050, se proyecta que supondrán el 74% del mix energético:

Las empresas innovadoras harán que el mundo sea mejor. Capital Group identifica tres etapas amplias, dependiendo de dónde se encuentre una empresa en su ciclo de vida: productores en edad temprana, negocios duraderos con pasarelas largas y compañías maduras que obtienen más de sus activos existentes (las firmas que figuran en el gráfico son sólo ejemplos ilustrativos).

Vivimos en una época increíble de cambios. Los dispositivos médicos remotos y la robótica permitirán a un cirujano en Suecia realizar un procedimiento a un paciente en Australia. Cualquiera tendrá acceso a los mejores especialistas, sin importar dónde viva.

La tecnología es el único sector de la economía que garantiza el crecimiento a largo plazo. Recordemos las palabras del inventor Buckminster Fuller: "Creo que las novelas que dejan de lado la tecnología malinterpretan la vida tan mal como los victorianos tergiversaron la vida, dejando fuera el sexo. La ciencia y la tecnología revolucionan nuestras vidas, pero la memoria, la tradición y el mito cercan nuestra respuesta".