Vuelve la pesadilla de la deuda

Vuelve la pesadilla de la deuda

La tribuna

Vuelve la pesadilla de la deuda

14 septiembre, 2020 02:25

Pedro Sánchez ha declarado su intención de subir los impuestos a los españoles; en paralelo, como si sorber y soplar fuese posible al mismo tiempo, ha pedido a las familias y a las empresas que aumenten el consumo.

En primer lugar, creer que una economía crece por incrementar el consumo, como postula el presidente del Gobierno, es como pensar que un coche circulará más rápido por el hecho de gastar más gasolina. En segundo lugar, ¿cómo es posible impulsar el consumo si la renta real disminuye cuando se eleva el esfuerzo fiscal?

El error de Sánchez está seguir a pies juntillas las teorías keynesianas, que no solo son incapaces de resolver el problema de crecimiento económico de nuestro país, sino que lo agravan.

Lo podemos ver los bolsillos de los españoles, que hoy tienen menos ahorros y se encuentran en situación de hiperendeudamiento mayor que hace 20 años. Cabe recordar que el ahorro de hoy es el consumo del futuro y que el primero es fundamental en cualquier sistema económico, ya que permite invertir en capital humano y tecnología. La pregunta es: ¿qué hacemos si el ahorro no existe?

La deuda es una técnica financiera que permite disfrutar en el presente de un producto o servicio que solo podríamos adquirir mañana. Por ejemplo, si tuviéramos que comprar una vivienda, deberíamos ahorrar durante 30 años para adquirir ese piso tan deseado. Pero no es oro todo lo que reluce, porque el sueño se torna en pesadilla cuando las cuotas de la deuda se vuelven impagables.

Y esa es la tendencia que viene siguiendo históricamente la izquierda, la de considerar el endeudamiento como una solución casi ‘mágica’, como si su carácter fuese infinito o su crecimiento descontrolado careciese de consecuencias para el Estado, para las familias y para las empresas.

Los españoles hoy tienen menos ahorros y se encuentran en situación de hiperendeudamiento mayor que hace 20 años

A finales de 2019, nuestro país tenía una deuda superior al 100% del PIB. Los españoles, en conjunto, debíamos más de 25.500 euros cada uno. En enero de 2020, el Banco de España alertó de que nuestros niveles de endeudamiento eran excesivos.

Por si fuera poco, el déficit del Estado superó a finales del pasado año los 35.000 millones de euros, mientras que los intereses de la deuda sobrepasaron los 31.000 millones. En resumidas cuentas, en la actualidad nos estamos endeudando solo para poder pagar intereses.

El Banco Mundial también ha hecho pública su preocupación. Algunos de los informes publicados por el organismo han recomendado que países como España no superen la ratio de endeudamiento del 77% del PIB, ya que las deudas superiores al 90% perjudican el crecimiento entre 1% y un 2% del producto interior bruto.

Esto es debido a que los inversores deciden no arriesgar sus ahorros en una economía que, a fuerza de endeudarse sin hacer reformas, terminará recurriendo a las subidas de impuestos para salir del paso.

España está sufriendo las consecuencias de Gobiernos que han sido incapaces de cuadrar las cuentas, ya que no hemos igualado ingresos con gastos durante más de 10 años consecutivos.

Si los dirigentes del bipartidismo hubiesen sido responsables, nuestras peticiones de ayuda a la Unión Europea serían hoy mucho menores. En otras palabras, los que presumían con holgura de gestión económica por un lado y los que gritaban en contra del "austericidio" por otro son ahora los responsables de los recortes que podría sufrir nuestro país.

Todo buen gobernante debe ser fiscalmente responsable. De lo contrario, no saldrá jamás de la espiral endeudamiento-subidas de impuestos-recortes

Todo buen gobernante debe ser fiscalmente responsable. De lo contrario, no saldrá jamás de la espiral endeudamiento-subidas de impuestos-recortes. Y para todos aquellos que ahora tengan la tentación devolver a las andadas, recordemos el último informe Taxing Wages 2020 de la OCDE, que muestra a España como uno de los países donde más cae el salario real después de cumplir con el fisco -concretamente un 40%, mientras que la media de la OCDE es de un 30%-.

Incrementar los impuestos al trabajo –cotizaciones sociales e IRPF- ,por tanto, perjudicaría a los hogares y dificultaría la salida de la crisis.

España tiene dos opciones frente a la recesión que sucede a la Covid-19: sufrir un rescate por parte de la troika que implique fuertes recortes en servicios públicos, pensiones y salarios en el sector público o acudir a Europa con un plan fiscal, que alivie a los ciudadanos, que sea fiscalmente competitivo para atraer inversión extranjera y fiscalmente riguroso, tal y como han hecho nuestros vecinos portugueses.

Esta es la única forma de asegurar todas las protecciones sociales que hoy son necesarias para no dejar a nadie atrás. Ahora tenemos la ocasión de poner los cimientos para construir un Estado moderno, que favorezca el aumento de la productividad, salarios y empleo, es decir, mejorar bienestar de los ciudadanos sin perder el aliento en el camino. Tenemos la oportunidad de elegir entre soñar con una España del futuro o volver a las pesadillas de una España del pasado.

*** Sergio Brabezo es portavoz adjunto de Cs en la Comisión de Presupuestos, Hacienda y Función Pública de la Asamblea de Madrid.

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