Cartel de alquiler en una fachada de un edificio.

Cartel de alquiler en una fachada de un edificio. Europa Press

Observatorio de la vivienda

Pasar un casting, un análisis de riesgo y no tener hijos: alquilar un piso se convierte en un gincana

La reducción de la oferta y el aumento de la demanda, junto con la Ley de Vivienda, endurecen las condiciones para convertirse en inquilino.

3 septiembre, 2023 02:45

Alquilar piso, una tarea cada vez más imprescindible para muchos ciudadanos que necesitan casa y ya no pueden comprar por la subida de precios e hipotecas, se ha convertido en una carrera de obstáculos. Ya no basta una nómina solvente: hay que ganar una competición entre aspirantes a inquilinos que incluye castings, un estudio de riesgo y hasta de la vida privada. Tener hijos o estar soltero puede marcar la diferencia.

El proceso se puede comparar con una gincana; incluso casi con Los juegos del hambre, en función de a quien se pregunte: "Estás bajo la dictadura del propietario", afirma rotundo a este periódico Ricardo Gulias, CEO de RN Tu Solución Hipotecaria.

Aclara enseguida la dramática metáfora. "Hoy en día como no hay vivienda, el propietario pone las reglas", señala. Porque ésta es la clave de toda esa carrera desatada en el mercado del alquiler, que ha encarecido de media un 9% las rentas en nuestro país, coinciden todos los expertos.

Menos pisos, más demanda

No hay suficientes casas para atender la demanda, que no deja de crecer. Primero por parte de los nuevos hogares que se crean cada año en nuestro país; después por la llegada de aspirantes a inquilinos que fueron aspirantes a compradores hasta que la subida de tipos y el encarecimiento de las hipotecas les cerró el paso.

El problema es que enfrente tienen un mercado de alquiler no ya escaso, sino en reducción. La oferta se ha desplomado un 28% en la pasada legislatura, según Idealista, en tanto que desde pisos.com se apunta incluso a una caída del 50% en la oferta en grandes ciudades en los últimos dos años.

Cartel de alquiler de una vivienda.

Cartel de alquiler de una vivienda. Europa Press

Se suma a ello la Ley de Vivienda, que en sus tres meses de vida ha llevado a los propietarios a plantearse sacar sus viviendas del mercado para no verse expuestos a los topes de alquiler que introduce. 

Más demanda y menos oferta desembocan en aumento de precios. Pero los pisos siguen teniendo muchos pretendientes, y el rally alcista continúa, hasta generar alarma en las inmobiliarias, que alerta de que está aumentando por ello el riesgo de impago. "Ese aumento del precio de alquiler y de morosidad hace que los propietarios se vuelvan más selectivos a la hora de elegir inquilino", concluye Ferran Font, director de Estudios de pisos.com.

Casting, renta y vida privada

Ese proceso selectivo es la gincana. Arranca con un requisito de velocidad: ver el anuncio en sus primeras horas es clave, como reconocen a este periódico expertos del sector inmobiliario, porque en una jornada puede desaparecer tras haber reunido a varias decenas de candidatos.

Quienes lo consigan afrontan el casting. "Hay que ver la estabilidad y la capacidad económica del candidato", expone Font. Aquí suelen pasar de fase los candidatos que presenten dos nóminas en lugar de una, y mejor si las nóminas son indefinidas.

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Estar indefinidos es más importante que ganar más dinero que otro competidor. "Se trata de dar más garantías al propietario, sobre todo frente a un hipotético caso de impago", explica al respecto Gulias. De poco sirve ingresar más si tiene fecha de caducidad.

También se analiza la vida privada. La peor desventaja la tienen aquellos inquilinos con hijos menores a cargo. ¿Por qué? Porque la Ley de Vivienda, que incluye novedades para proteger a inquilinos vulnerables -como con menores a cargo- en caso de impago, alarga el proceso para su desalojo. Y eso es más riesgo para el propietario.

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Pero tampoco esto significa la panacea para las parejas sin hijos. Les ganará con facilidad un soltero. "Uno solo siempre es mejor, porque es un inquilino que rota. Los propietarios quieren que rote el inquilino, no suele interesar tener uno a largo plazo, y eso es más probable que suceda con un trabajador solo", sostiene Gulias.

Incluso hay quien en el sector se anima a sugerir ya a los propietarios que pidan referencias sobre los aspirantes a inquilino a sus anteriores caseros. Igual que en una entrevista de trabajo. 

La alternativa: alquilar una habitación

La aplicación de todos estos filtros deja fuera a un buen número de personas con pocas opciones, más allá de alquilar una habitación. Y este es un camino cada vez más transitado.

El sector señala que el aumento de la demanda ha llevado a que las habitaciones se encarezcan un 5,59% en el segundo trimestre, según datos de pisos.com, que nota que cada vez aumentan más las personas mayores de 30 años "que se ven obligadas a compartir piso".

Un hombre tiende en su casa.

Un hombre tiende en su casa. Europa Press

Fotocasa da más datos sobre el fenómeno. El 44% de los españoles que comparte piso lo hace porque no puede pagar un alquiler entero, asegura en un informe.

“Es una situación que refleja las dificultades de acceso a la vivienda de una parte muy importante de la población, ya que quienes comparten, ya no son exclusivamente estudiantes que acaban de independizarse, sino que el perfil medio es una mujer de unos 34 años", apunta María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa.

Para los jóvenes acaba siendo "la única salida hacia la emancipación, ya que permite repartir gastos".