Un joven tendiendo en su casa.

Un joven tendiendo en su casa. Europa Press

Observatorio de la vivienda

La vivienda se come el sueldo de los jóvenes: el alquiler exige el 83% del salario neto y la hipoteca el 60,7%

Apenas el 19,9% de los jóvenes de nuestro país se ha marchado de casa de sus padres. Es menos de la mitad de la media de la Unión Europea.

11 agosto, 2023 12:02

Emanciparse es prácticamente imposible para un joven en España. Y la situación empeora progresivamente, al ritmo que escalan las subidas de alquileres y del coste de comprar una vivienda, el gran quebradero de cabeza para este segmento de edad. De hecho, solo el 15,9 % de toda la población joven de nuestro país vive fuera del domicilio familiar: es menos de la mitad de la media europea, que se sitúa en 31,9%.

Es un dato que remarca la última edición del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE) y evidencia otra realidad la gente joven, menor de 30 años, no se emancipa. Los españoles se van de casa de sus padres a los 30,3 años.

"La gente joven ya no se emancipa, se emancipa cuando se deja de ser joven. Es la edad más alta desde que existen datos", ha dicho durante la presentación del informe la presidenta del CJE, Andrea Henry. 

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El documento recoge los cambios registrados para los jóvenes en el segundo semestre de 2022. Y no hay buenos datos, especialmente en lo referido al coste de independizarse, que se come la mayoría del salario neto.

Da igual que opten por el alquiler o se lancen a ser propietarios. En el caso de los alquileres, el precio medio para una vivienda libre en el segundo semestre de 2022 era de 912 euros al mes, el importe más elevado desde el primer semestre de 2020. Esto equivalía al 83,7 % del sueldo neto de una persona joven.

Eso sin contar con los suministros. Agua, luz, gas, internet... de media suponen 141 euros mensuales. ¿Total? 1.053 euros al mes, el 96,6 % de su sueldo. "Es decir, sólo le quedarían 36,93 euros para adquirir alimentos, comprar ropa y gastar en ocio, algo completamente inasumible", subraya el informe.

No mejoran mucho las cosas si se quiere ser propietario. Primero, porque la entrada media de una vivienda se establecía a finales de 2022 en 49.852,20 euros, el equivalente a 3,8 años completos de sueldo de alguien que tuviera menos de 30 años. Y después, porque el importe medio de la primera cuota de hipoteca era de 661,33 euros, el 60,7 % del salario medio.

Uno de cada cinco jóvenes con trabajo, en riesgo de pobreza

Los datos, señala el Consejo de la Juventud, evidencian que los ingresos no son suficientes. De hecho, agrega, una de cada cinco personas de menos de 30 años con un puesto de trabajo se encontraba en pobreza o riesgo de exclusión social.

"La imposibilidad de acceder a unas condiciones que permitan poder vivir de forma digna e independiente causa no solo problemas materiales en la juventud, sino que también afecta a su salud mental", advierte el documento.

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Y ello pese a la subida del salario mínimo, con el arranca la mayoría de los jóvenes. El incremento del SMI dejó el salario medio de los jóvenes en unos 13.079,19 euros netos anuales, un 4,58 % más que el año anterior.

No obstante, el zarpazo de la inflación ha causado que el poder adquisitivo de los jóvenes se haya reducido un 1,9 % en un año. Si se compara con el poder adquisitivo de los jóvenes de hace quince años, se observa que la pérdida ha sido del 20,8 %.

Compartir habitación

Así las cosas, la única forma de independizarse sin que ello suponga gastar más de un tercio del salario, como recomiendan los economistas, es compartir habitación. A finales del año pasado, el alquiler medio de un cuarto costaba 282 euros, suponiendo el 25,9% del salario de un joven.

No obstante, es una situación que ha variado mucho desde entonces y por zonas. En las grandes ciudades la competencia por alquilar habitaciones de hasta 630 euros es ya ardua.

Y coda final, subraya el informe: tener estudios superiores no garantiza, "en ningún caso", poder emanciparse.

Tan sólo el 22,9 % de las personas jóvenes que habían completado enseñanzas de formación profesional de nivel superior o estudios universitarios se habían podido emancipar en el segundo semestre de 2022.

Además, para las personas jóvenes que no continuaba estudiando la tasa de emancipación era similar entre quienes tenían estudios superiores y entre quienes no los tenían. Y finalmente, dos de cada cinco personas jóvenes que había terminado sus estudios superiores estaba sobrecualificada: tenían un puesto de trabajo que requería una menor formación que la suya.