Ozempic y Mounjaro, de Novo Nordisk y Lilly.

Ozempic y Mounjaro, de Novo Nordisk y Lilly. Invertia.

Observatorio de la sanidad

Ingresos y beneficios se disparan pero sus acciones se hunden: por qué los mercados castigan a Novo Nordisk y a Lilly

Las acciones de la compañía nórdica pierden más de un 47% en seis meses, mientras que las de la multinacional americana bajan casi un 27%.

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Las cifras son mareantes. Las ventas de Ozempic (semaglutida) y Mounjaro (tirzepatida) les están sentando muy bien a las cuentas de Novo Nordisk y Lilly. Han disparado sus ingresos y sus beneficios se han elevado un 22% y un 62% anual respectivamente en los primeros seis de meses de 2025.

Sin embargo, pese a este desempeño y los dobles dígitos en los que se mueven sus cuentas, los mercados están castigando a ambas compañías. En los últimos seis meses, las acciones de Novo Nordisk han perdido un 47% de su valor. Y las de Lilly han caído un 19%.

Hay varias claves que explican este fenómeno. Para empezar, los inversores daban por descontado incrementos mayores de las cuentas de resultados, sobre todo en el caso de Novo Nordisk. Sin embargo, han estado por debajo de lo previsto.

A finales de julio, la farmacéutica danesa tuvo que reducir sus previsiones de ventas de Ozempic (inyectable) en Estados Unidos, el principal mercado farmacéutico a nivel mundial, especialmente en el campo de la obesidad y de la diabetes. Ello ha perjudicado al valor de sus acciones, que en el día del anuncio se desplomaron hasta un 27%.

La clave ha sido la llegada de Mounjaro (también inyectable), de Lilly. El mercado que hasta ahora había monopolizado Ozempic ha pasado a ser un duopolio. Aunque, ambas compañías están teniendo importantes problemas para abastecer al mercado pese a las inversiones millonarias en mejorar su capacidad de producción.

El problema está en las expectativas. Lilly también ha sufrido por ellas. Concretamente por orforglipron, la terapia oral que está probando contra la diabetes y obesidad y cuyos resultados no convencen a los analistas.

Aunque en el periodo de la prueba (un ensayo clínico de fase III), los pacientes que usaron este producto perdieron un 12% de su peso corporal, el mercado daba por hecho que sería un 15% menos. Esto provocó la mayor caída en bolsa de Lilly desde el año 2000.

La cuestión es que, en el futuro relativamente cercano, el mercado también va a perder el carácter de duopolio. Varias compañías ya trabajan en introducirse en el jugoso mercado de la obesidad. Una de ellas Roche.

La multinacional suiza compró a Zealand su molécula contra la obesidad, petrelintida, que está en ensayos clínicos de fase II y es de administración subcutánea. También Amgen está metida en esta guerra.

Por otro lado, hay compañías que trabajan en productos orales, como las biotecnológicas Viking y Structure, para cuya comercialización (si salen adelante) probablemente cuenten con ofertas de varias big pharma.

Dejarán menos hueco en un mercado que, para 2030 y según GlobalData, supondrá unos 48.500 millones de euros. Para entonces, Novo Nordisk y Lilly habrán perdido cuota de mercado, aunque seguirán siendo los dominadores con un 78% de las ventas.

Pero hay más. Según explica Michael Hannig, analista en DJE Kapital, "la protección por patente de Ozempic ya ha expirado en Canadá y Brasil. La entrada de genéricos ha acelerado aún más la caída de precios en esos países".

A todo esto hay que sumar que tanto Lilly como Novo Nordisk sufren los desórdenes que generan las intenciones de Donald Trump para el mercado farmacéutico. Concretamente, la reclamación de rebajar los precios de los medicamentos en Estados Unidos, cuyo coste es prácticamente el triple que la media de la OCDE.