El aumento de la demanda aboca a la sanidad privada a crecer a golpe de fusiones o de aliarse con fondos de inversión

Sin embargo, mantener el ritmo de crecimiento se ha puesto cuesta arriba. De ahí que varios de los primeros espadas del sector vean cada vez más probable que se disparen las fusiones de empresas hospitalarias, para facilitar el crecimiento y las economías de escala. O más alianzas con los fondos de inversión, que llevan años sobrevolando la sanidad privada española, para elevar la capacidad de inversión.

Con todo, no parece que algo así vaya a ocurrir en el plazo más inmediato. Los principales grupos no paran de hacer movimientos empresariales en las principales capitales españolas. Y por su cuenta y riesgo.

El dilema de la sanidad privada: bate récords de pacientes pero no está preparada para atender el aumento de demanda

Quirón volvió a mover ficha en Madrid recientemente. Se ha quedado con el hospital militar de Chamberí (que está acondicionando) y construirá un nuevo complejo sanitario en la calle Arturo Soria (que empieza a ser conocida como la calle de los hospitales por la nutrida presencia que hay en ella de este tipo de instalaciones).

Mientras, Vithas se prepara para abrir un nuevo buque insignia en Barcelona. Lo hará en septiembre y contará con 160 habitaciones, 14 quirófanos y 1.800 profesionales para atenderlos.

HM Hospitales ha fijado su atención en Málaga. El grupo presidido por Juan Abarca espera contar con seis centros a pleno rendimiento para 2028 allí, incluido un hospital con 20.000 metros cuadrados de superficie cuya parcela se acaba de comprar.

De hecho, HM se está disputando una jugosa parcela de 40.600 metros cuadrados en Alcobendas para construir un hospital con Hospiten. El grupo canario es otro de los actores que está jugando fuerte: ya ha iniciado la construcción de un gran hospital en Boadilla del Monte (en Madrid), que se espera que esté en marcha el próximo año.

Oportunidades

Por su parte, Sanitas acaba de poner en marcha su hospital en Valdebebas (también en la capital) y Ribera Salud y HLA mantienen sus planes de expansión. A ellos hay que añadir empresas que se están sumando al tablero de juego nacional como Gaias Salud.

Curiosamente, ninguno de estos grupos y empresas niega sus pretensiones de expandirse. Al contrario: afirman que si alguna buena oportunidad o activo aparece en su camino, no dudarán en comprar.

También es el caso del ya citado gigante Quirón, principal empresa del sector. De hecho, su dueño, el grupo alemán Fresenius Helios, en una información remitida a sus inversores, informaba en mayo de que la alta fragmentación del mercado hospitalario español supone una buena oportunidad para salir de compras.

Así, cada vez son más las voces que indican que, para ganar fuerza, son necesarias fusiones empresariales que permitan mantener las inversiones y tener ganancias de eficiencia. Es decir, elevar la concentración del sector hospitalario.

La batalla entre aseguradoras y sanidad privada se recrudece por las tarifas relativas a los funcionarios de Muface

Pero hay más. En el mundo de la sanidad privada muchos consideran que sólo mediante esta vía y ganando tamaño será posible que las empresas hospitalarias puedan negociar sus tarifas con las aseguradoras en igualdad de condiciones.

Otra salida, más allá de las fusiones, está en los fondos de capital riesgo. Han puesto el foco en el sector de la sanidad privada por su alta rentabilidad. Según ha podido saber este periódico, otean el mercado español en busca de oportunidades.

Se trata de una inyección de liquidez que permitiría a las empresas crecer en corto plazo. Este ha sido el caso de Gournay, una cadena de centros dedicados a la medicina estética que incluye un hospital que está a la caza y captura de un buque insignia en Madrid. Está respaldado por el fondo Magnum Industrial Partners.

Todo esto para atender una demanda que no hace más que crecer, con el seguro de salud en cotas históricas (el 26% de la población española tiene uno). De hecho, según un informe de Colliers, van a ser necesarias al menos 4.000 camas hospitalarias más en los próximos dos años.

Todo ello confiando en que este aumento de usuarios de la sanidad privada es estructural y no se vendrá abajo con la primera crisis económica que llegue. El futuro dictará sentencia.