Cristina García, enfermera que ha solicitado trabajar en Connecticut (EEUU)

Cristina García, enfermera que ha solicitado trabajar en Connecticut (EEUU)

Observatorio de la sanidad

“No tenemos miedo a Trump”: las enfermeras españolas emigran a EEUU pese a las políticas migratorias

Los elevados salarios que se ofertan al otro lado del Atlántico motivan estos movimientos.

Más información: Las enfermeras españolas buscan en el extranjero lo que no encuentran en su país: "He ingresado 6.000 euros al mes"

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La fuga de profesionales sanitarios españoles al extranjero está más viva que nunca pese a las necesidades de recursos humanos de la sanidad española. Todo parece indicar que este 2025 se batirán máximos históricos.

El Consejo General de Enfermería calcula que más de 1.000 enfermeras ya han solicitado los permisos necesarios para trabajar en el extranjero en lo que llevamos de 2025. Los principales destinos son Noruega y, curiosamente, Estados Unidos, un país que desde que Donald Trump está en la Casa Blanca está destacando por una política crítica contra los migrantes, también los europeos.

Cristina García (26 años) está entre las enfermeras que han decidido marcharse al otro lado del Atlántico. Actualmente, es enfermera en la unidad de Urgencias de un hospital público de la Comunidad de Madrid. Ha trabajado durante dos años en Noruega y pretende continuar su andadura en Estados Unidos. Ahora, está esperando la residencia permanente para viajar al país.

Presión migratoria

Asegura que no le preocupa la situación migratoria en Estados Unidos. "No tenemos miedo de las políticas de Trump porque viajamos no sólo con un visado de trabajo, como la mayoría de profesionales, sino que también accedemos de manera directa con una tarjeta de residencia permanente", aclara al Observatorio de la Sanidad.

Debido a una alta demanda de profesionales sanitarios que hay en Estados Unidos, precisa que, se les ofrece esta tarjeta que les otorga "un estatus migratorio". Con ella pueden "residir legalmente" como un ciudadano nacido en territorio estadounidense.

"No me preocupa vivir allí, voy con todos mis papeles en orden. Una vez entre, me voy a convertir directamente en residente y esto me da la libertad de poder entrar y salir del país", precisa.

Con todo, el proceso no ha sido un camino de rosas. Cristina empezó a tramitar los papeles para poder marcharse a Estados Unidos hace dos años, es decir, cuando estaba en Noruega. Y todavía no ha podido cumplir su objetivo.

Primero tuvo que enfrentarse a un examen de enfermería (este formulario lo tienen que realizar tanto los profesionales sanitarios extranjeros como los americanos) y a un test de nivel de inglés para homologar su título. Requisitos fundamentales para trabajar al otro lado del Atlántico.

Una vez completado este proceso empezó a hacer entrevistas con los hospitales. Cuando firmó el contrato de trabajo con uno, que normalmente suele ser de dos a tres años de duración, "el centro se encargó de gestionar toda la parte migratoria", cuenta.

Este ha sido el proceso más lento. Los abogados de cada hospital son los que tramitan la residencia permanente con todos los papeles que les han enviado las enfermeras extranjeras para ejercer en el país. Cuando se la aprueben, tendrá que recogerla en la Embajada de Estados Unidos en España.

Cristina presentó la solicitud de residencia permanente hace dos años. Aún sigue a la espera. "Ha habido una retrogresión. Había demasiadas solicitudes para gestionar todo. Por eso, ha ido más lento".

¿Limbo permanente?

Las políticas migratorias de Trump han influido en esa ralentización. De hecho, se ha paralizado el proceso de residencia permanente y han dejado a miles de personas en un limbo legal durante meses, sobre todo a refugiados y asilados.

Antes el trámite no se prolongaba más de ocho meses. "Es cierto que el proceso ha estado paralizado, pero ya se está agilizando. Si todo va bien, estaré a finales de año en Estados Unidos", declara.

El sueldo es la principal motivación que la ha impulsado a emigrar. En Estados Unidos, los salarios alcanzan los 6.000-7.000 euros /netos al mes, con pluses por trabajar noches, festivos y fines de semana.

Una cantidad muy superior a las retribuciones españolas. En España, una enfermera puede ingresarse de media unos 2.000 euros/ netos al mes.

Salarios

Aun así, en Estados Unidos, los salarios pueden variar en función del estado en el que estés trabajando. Según la enfermera, la situación depende de la situación económica de la región.

"En zonas como Texas es más bajo y en otras como Nueva York o California se cobra más porque el nivel de vida es mucho más alto", cuenta.

Observando la evolución de las cifras, desde Enfermería, esperan que este 2025 se bata el récord histórico de 2023, cuando 1.473 enfermeras decidieron marcharse al extranjero durante ese año (un 15,3% de ellas a Estados Unidos).

De hecho, un 30% de las enfermeras ha reconocido que ha pensado en abandonar la profesión, según advirtió Diego Ayuso, secretario general del Consejo de Enfermería.

Esta fuga de talento agrava la escasez de recursos humanos. En la actualidad, España afronta un déficit de, al menos, 100.000 enfermeras, según datos del Ministerio de Sanidad.

En el Consejo, elevan la necesidad de enfermeras a más de 130.000 profesionales. Además, indican que la ratio aún seguiría siendo insuficiente, porque España continuaría dos puntos por debajo de la media europea.

A cierre de 2024, la ratio se situó en 6,36 por cada 1.000 habitantes. En 2023, en el 6,30. Aunque ha habido una leve mejoría, ha sido insuficiente para acercarse a la media europea que es de 8,19 enfermeras por 1.000 habitantes.