Entrada a una de las sedes de Moderna.

Entrada a una de las sedes de Moderna. Eduardo Bolinches

Observatorio de la sanidad

Por qué Moderna está a punto de perder una de las patentes de su vacuna contra la Covid

La farmacéutica podría enfrentarse al pago por daños y perjuicios.

25 noviembre, 2023 02:56

En agosto de 2022, la farmacéutica Moderna demandó a Pfizer y BioNTech por infringir patentes relacionadas con la tecnología del ARN mensajero, utilizada para el desarrollo de la vacuna contra la Covid-19, mediante la comercialización de su antígeno. Como respuesta, las dos compañías demandadas iniciaron un proceso de oposición en la Oficina Europea de Patentes (OEP). Ahora, este organismo ha revocado una de las patentes del antígeno de Moderna relacionada con el ARN.

Sin embargo, la decisión de invalidar una de las patentes de la vacuna contra la Covid de Moderna no es definitiva: se puede apelar en un plazo de dos meses desde la fecha de notificación, que fue el pasado 7 de noviembre. Y la compañía ha confirmado que presentará una apelación por no estar de acuerdo con la decisión de la OEP. 

El recurso que presentará Moderna "sólo podrá estar basado en hechos y argumentos que ya se han contemplado previamente en el proceso de oposición, es decir, no podrá alegar razones nuevas", ha explicado Ana Herrera, directora de Patentes de Pons IP, en conversación con EL ESPAÑOL-Invertia.

[Europa revoca una de las patentes de la vacuna contra la Covid-19 de Moderna]

Pero, ¿qué pasará si la apelación no prospera y se confirma la revocación de la patente relacionada con la tecnología del ARN mensajero? "Esa invención pasa a ser de libre uso en el mercado", ha confirmado Herrera. 

Es decir, Pfizer y BioNTech y cualquier otra compañía podría utilizar el objeto de esa patente porque Moderna no tendrá un derecho en exclusiva para impedir a terceros que comercialicen y hagan uso de esa invención. "Ocurre lo mismo que cuando expira una patente" y las compañías de medicamentos genéricos entran en juego. 

Además de perder la exclusividad, Moderna podría enfrentarse al pago por daños y perjuicios. "Pfizer y BioNTech podrían reclamarle que sufrague los gastos derivados de todo lo que llevan invertido en el proceso de oposición porque finalmente se resuelva que la patente no era válida". 

De confirmarse la revocación de la patente, "lo probable es que, además, la demanda que presentó Moderna contra Pfizer y BioNTech cuyo juicio se celebrará el próximo mes de abril no prospere y la farmacéutica perderá este litigio al no haber ya patente", ha continuado la directora de Patentes de Pons IP. Sería una segunda victoria para Pfizer y BioNTech. 

La paradoja de la demanda de Moderna

Este 'lío' de demandas es paradójico. Y es que, Moderna ha demandado a la inventora de la tecnología del ARN mensajero, Katalin Karikó. La investigadora húngara es actualmente vicepresidenta de BioNTech, la farmacéutica a la que ha demandado Moderna.

Las investigaciones de Karikó, a las que se sumó más tarde Drew Weissman, se basan en modificaciones del ARN, algo que ha sido fundamental para implementar esta nueva tecnología sanitaria que ha sido la base de varias vacunas contra la Covid. 

A pesar de haber patentado este descubrimiento, la Universidad de Pensilvania -en la que trabajaban ambos investigadores- se la cedió a una pequeña biotech que, posteriormente, se la vendió a Moderna. Es decir, actualmente, esta patente pertenece a la compañía que dirige Stéphane Bancel.

La tecnología de ARN mensajero patentada inicialmente por Karikó y Weissman -y ahora en manos de Moderna- fue utilizada por BioNTech y Pfizer para desarrollar su vacuna contra la Covid-19. Y aquí comienza el 'lío' de litigios. 

[La guerra de demandas por las patentes de las vacunas contra la Covid pone en jaque la imagen de las farmacéuticas]

Y es que, la demanda de Moderna no es la única. Son varias las denuncias que se han interpuesto entre diferentes laboratorios por infringir la propiedad intelectual en las vacunas contra la Covid-19. Unos movimientos que ponen en jaque la imagen de la industria farmacéutica.

Fuentes del sector han criticado estos movimientos porque degradan la imagen de la industria del medicamento que, además, había mejorado con todo el trabajo que se ha llevado a cabo durante la crisis sanitaria del coronavirus. "Estratégicamente no es bueno", advirtieron.