Los desafíos que enfrenta España para no perder esta gran inversión son dos. En primer lugar, la mejora de tiempo de acceso a los medicamentos. Actualmente, España tarda más de 600 días en financiar un fármaco innovador desde que recibe la aprobación de la Agencia Europea del Medicamento.

De hecho, nuestro país ya ha recibido un aviso del sector por esta situación. Hace escasos días, Bayer anunció un ERE que afectará a 135 empleos de su división farmacéutica en España. ¿La razón? "La situación del mercado en España, marcada por las dificultades de acceso a nuevos fármacos", señalaron.

[La razón del ERE de Bayer: España tarda más de 600 días en financiar un medicamento]

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se comprometió en diciembre de 2022 a sacar adelante el Plan Estratégico de la Industria Farmacéutica, que incluiría la mejora del tiempo de acceso a terapias innovadoras.

Y es que, el tiempo que pasa desde que la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) hasta que el medicamento recibe financiación pública asciende a 629 días. 

Según el último informe 'Indicadores de acceso a terapias innovadoras en Europa' (W.A.I.T. Indicator) correspondiente al cierre de 2022, el tiempo medio para financiar un fármaco se incrementó en 112 con respecto a 2021.

Esta cifra coloca a España como el séptimo país europeo que más tarda en aprobar la financiación pública de los medicamentos.

[Golpe a las farmacéuticas: Sanidad revisa el precio de 16.872 medicamentos y reduce en 49 millones sus ingresos]

La otra reforma que debe llevar a cabo España es la del sistema de precios de referencia. La industria quiere proteger la producción de los medicamentos más antiguos y esenciales para que no estén lastrados por precios muy bajos.

El objetivo es que se compense la fabricación de estos tratamientos estratégicos. Se trata de productos maduros y su bajo precio se suma a que es más caro fabricar en España que en Asia, de ahí que los laboratorios pidan incentivos y que el Ministerio de Sanidad se haya comprometido a reformular el sistema de precios de referencia, por el que cada año se revisa y baja el coste de muchos tratamientos.

Retraso

El objetivo del Ministerio de Sanidad era publicar el documento entre mayo y junio de 2023. Sin embargo, el adelanto electoral truncó los planes del ministro José Manuel Miñones.

Por el momento, no hay plazos de cuándo se conocerá este Plan Estratégico, aunque Miñones aseguró en el encuentro anual de la industria farmacéutica celebrado en Santander que "el objetivo es finalizarlo y presentarlo en cuanto la situación nos lo permita". Así, el ministro se ha comprometido a crear "un entorno favorable para las inversiones".

[Sanidad se compromete a aprobar el Plan Estratégico Farmacéutico para asegurarse las inversiones del sector]

En palabras de Miñones: "Vamos a desarrollar medidas legislativas que permitan que la innovación llegue al paciente, combinándolo con mecanismos que permitan mantener en el mercado los medicamentos más antiguos". 

Un compromiso adquirido con la industria farmacéutica española que habrá que esperar para ver si se cumple. Desde luego, la situación política actual lo complica todo y podría retrasar la puesta en marcha del plan. 

La inversión prevista

La inversión global de más de 8.000 millones de euros en España para el próximo trienio que la industria farmacéutica quiere llevar a cabo se divide en diferentes áreas. Por un lado, la investigación biomédica será la que acapare más de la mitad de este esfuerzo inversor, con 4.300 millones de euros, con la finalidad de afianzar el liderazgo de España en ensayos clínicos y potenciar la investigación traslacional y preclínica.

La segunda área corresponde a las inversiones productivas, digitales y medioambientales, con 2.700 millones de euros en tres años, que permitirán a España ganar autonomía estratégica y resiliencia en la cadena de suministro de medicamentos, modernizar procesos de producción y potenciar la sostenibilidad medioambiental y economía circular.

Foto de familia de la reunión entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y los representantes de la industria farmaceútica. Presidencia del Gobierno

Un tercer capítulo, dotado con 1.000 millones de euros, se refiere a actividades globales de contenido tecnológico o estratégico, lo que significa la creación o potenciación de centros de servicios globales corporativos, centros de excelencia tecnológica, centros de soporte técnico, logístico o científico de las compañías farmacéuticas.

Finalmente, el compromiso sectorial incluye un plan de empleo juvenil y de igualdad de género, que supondrá la contratación de, al menos, 4.500 jóvenes al año, brindando carreras profesionales estables, capacitación e instalaciones de vanguardia y salarios competitivos.