La salud mental en España representa una importante causa de incapacidad que tiene consecuencias en la disminución de la calidad de vida de la población y un importante impacto socioeconómico. Actualmente, hay 5,7 millones de personas diagnosticadas con depresión o ansiedad. 

En lo que respecta al gasto asociado a estos trastornos mentales, este se ha incrementado un 27% en 2021, hasta alcanzar los 1.504 millones de euros. Son datos que recopila el informe 'La salud mental: el reto invisible', elaborado por Iqvia.

Para calcular el impacto económico, la consultora ha tenido en cuenta los gastos derivados de la medicación, de los ingresos hospitalarios que implican la ansiedad y depresión y los gastos por bajas temporales.

De acuerdo con el análisis de Iqvia, el gasto que implicaron los trastornos de salud mental en 2019 fue de 1.306 millones. En 2020 descendió hasta los 1.189 millones debido a la llegada de la pandemia. Cabe recordar que durante ese año hubo restricciones de acceso a las consultas tanto de Atención Primaria como hospitalaria.

Sin embargo, en 2021 este gasto subió hasta 1.514 millones de euros como consecuencia del infradiagnóstico del año en el que irrumpió la Covid-19. Es decir, muchos de los casos que surgieron en 2020 se detectaron realmente en 2021, de ahí el incremento.

La salud mental de los jóvenes

El informe de la consultora avisa de que la salud mental de los jóvenes en edades comprendidas entre los 15 y los 25 años es la que se ha visto más comprometida. De hecho, el número de pacientes en el último año se ha incrementado un 58%.

También el siguiente grupo de edad, formado por pacientes con edades en el rango de 26-35 años, ha experimentado un gran crecimiento este último año: un 28%, según Iqvia. 

Los médicos de Atención Primaria y los psiquiatras tienen un papel fundamental en la gestión de este tipo de pacientes, ya que, entre las especialidades médicas, son unos de los principales contactos con el sistema sanitario.

En el caso de AP, el 6,3% de las consultas que llevaron a cabo durante el pasado año estuvieron relacionadas con alteraciones de depresión o ansiedad; mientras que en psiquiatría este tipo de consultas representa un 34,3% del total. Pero no es la única vía. De hecho, durante el año de la llegada de la pandemia se produjo un número de contactos con urgencias por estas razones un 67% mayor que durante el año 2019.

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Con estas cifras, la consultora avisa de la necesidad de dedicar los recursos que se merece la salud mental y las enfermedades mentales. Si no se ponen soluciones y sigue aumentado al mismo ritmo que los últimos años, en cinco años el número de jóvenes diagnosticados entre 15 y 25 años se habrá multiplicado por 5 y superará el millón de pacientes jóvenes que acuden al médico por estrés o ansiedad.

En términos puramente económicos, en 2025 los costes directos asociados a estas patologías llegarían a ser un 30% mayores, aproximadamente, que en la actualidad.

Inversión en España

Actualmente, España invierte un 5% del gasto total sanitario en salud mental, mientras que países de nuestro entorno destinan hasta el 10%. "Invertimos la mitad que Francia o Alemania", explicó Víctor Pérez, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, a EL ESPAÑOL-Invertia.

Una situación que no mejorará con la dotación de 100 millones de euros para el Plan de Salud Mental. "100 millones a nivel de Estado sirven solo para marcar líneas prioritarias".

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Pero la inversión no es el único problema al que se enfrenta España. Hacen falta profesionales. Actualmente, solo hay 344 psicólogos en Atención Primaria, según los datos del Ministerio de Sanidad.

El total, en todo el Sistema Nacional de Salud, el número de estos profesionales asciende hasta los 2.800, de acuerdo con las cifras facilitadas por el Consejo General de Psicología.

Esto supone una ratio de seis psicólogos por 100.000 habitantes, mientras que la media europea se sitúa en 18 por 100.000 habitantes. Es decir, habría que triplicar el número de psicólogos para alcanzar la cifra de Europa. Algo más alto es el ratio de psiquiatras, 11 por 100.000 habitantes, aunque también está por debajo de la media, ha reconocido Pérez.