Los fundadores de Wallbox Eduard Castañeda y Enric Asunción CEO el día de la salida a Bolsa de la empresa en Nueva York.

Los fundadores de Wallbox Eduard Castañeda y Enric Asunción CEO el día de la salida a Bolsa de la empresa en Nueva York.

Observatorio de la movilidad

Wallbox 2025: de la carga del coche eléctrico a la gestión energética integral

La estrategia de la compañía española, que debutó en la bolsa de Nuea York esta semana, aspira a jugar un papel clave en los hogares.

10 octubre, 2021 03:29

Hay compañías que desde sus inicios consiguen captar la atención mediática entrando en sus mercados como los elefantes en una cacharrería. Sus proyecciones o sus productos consiguen deslumbrar a medios e inversores mucho antes de que sus cuentas de resultados se tiñan de verde. Empresas que abrazan el célebre Fake it, until you make it tan extendido entre los emprendedores digitales.

En cambio, otras empresas no necesitan de tanta pirotecnia para ir alcanzando sus metas. De una forma más desapercibida, pero tan disruptiva o más, van imponiéndose hasta que, de la noche a la mañana, irrumpen en la primera línea mediática. En este grupo podríamos encuadrar a Wallbox.

En tan sólo seis años esta empresa, especializada el conceptualizar y manufacturar soluciones de carga para vehículos eléctricos, se ha plantado en la Bolsa de Nueva York. Y lo ha hecho tocando la campana con una valoración de 1.500 millones de euros. Un logro prácticamente inédito dentro de historia empresarial de nuestro país. Más si se tiene en cuenta que más del 80% de las acciones sigue en manos de sus actuales accionistas.

Este hito, que para muchas empresas podría considerarse casi la línea de meta de su plan, puede considerarse como uno de los primeros pasos para la compañía fundada por Eric Asunción y Eduard Castañeda. Su llegada a una de las plazas bursátiles más importantes del mundo les ha permitido captar 252 millones. Cantidad con la que han conseguido los recursos para lanzar su plan estratégico que señala a 2025 como el momento en el que la empresa alcanzará las capacidades operativas y los rendimientos económicos que persigue.

Del coche eléctrico a la gestión energética

Y es que, convertirse en el líder de las soluciones de carga para vehículos eléctricos a nivel mundial sólo es un medio para alcanzar el verdadero fin que persigue esta compañía. Wallbox quiere ser un jugador clave dentro de la nueva era de la gestión energética que se va a abrir gracias a la popularización de las energías renovables y del coche eléctrico.

Mientras los productos de Wallbox van consiguiendo hacerse con importantes acuerdos con compañías automovilísticas de primer nivel y convertirse en referentes en puntos de venta como Amazon, la visión de Asunción y su equipo persigue en erigirse como el nodo clave con el que tanto particulares como empresas controlen y organicen su consumo energético.

Los actuales productos de Wallbox ya aportan estas capacidades a los usuarios que cuentan con paneles solares y un vehículo eléctrico. Además de para dotar de autonomía a los coches, las potentes baterías que equipan los actuales modelos eléctricos, puede actuar como acumuladores para sus hogares.

De esta forma, los usuarios pueden captar la energía con sus paneles cuando más barata está, guardarla en las baterías de sus coches y utilizarla en su casa cuando la energía está más cara o, incluso, en el caso de que algún fenómeno natural cortara el suministro. Todo ello gracias a los cargadores de Wallbox que permiten que la energía vaya de la casa al vehículo o del vehículo a la casa, según las necesidades de los usuarios. No hay que olvidar que los actuales modelos eléctricos tienen capacidad para proveer la energía que necesita un hogar tipo durante tres días.

2025 marcado en el calendario

Este caso de uso ejemplifica a la perfección el plan de Wallbox. La compañía entiende que el paso al coche eléctrico no es un simple cambio de motorización. Es una trasformación del paradigma energético con el que el usuario puede llegar a tener más control que nunca de qué energía usa, en qué momento y cómo la administra.

El plan estratégico a 2025 de la empresa española señala qué pasos va a dar para convertir a estos usos, hoy anecdóticos, en populares a lo largo de la próxima década. El primero de los datos que llama la atención en el plan de Wallbox es que el 97% de los cargadores de vehículos eléctricos que necesitará el mundo durante la próxima década aún no se han instalado

El ingente tamaño de este mercado será la base para que la empresa pase de conseguir unos ingresos de 72 millones de dólares proyectados para 2021 a los 1.173 que aspira alcanzar en 2025. Si se cumplen los objetivos marcados en el plan de Wallbox, la compañía multiplicará por 16 su facturación en tan sólo cuatro años. Todo ello manteniendo unos márgenes superiores al 40%.

Este crecimiento tendrá su origen en tres líneas de ingresos distintas. En 2025, Wallbox espera que el 36% de su facturación llegue de la venta de dispositivos de carga doméstica. Del mismo modo, el 17% de su negocio provendrá de dispositivos de carga pública, mientras que otro 27% tendrá su origen en los cargadores semipúblicos. A ello aún quedará por añadir un 20% de facturación que aportarán los servicios asociados a sus productos.

Con esta hoja de ruta Wallbox aspira a convertirse en una de las compañías más presentes en la gestión de las capacidades energéticas de sus usuarios de la misma forma que ha llegado a cotizar en el parqué de Nueva York. Sin hacer ruido, sin fuegos artificiales. Creciendo de la mano de un mercado incipiente que deberá pasar prácticamente de cero a 100 en la próxima década y el que una empresa con sede en Barcelona aspira a ocupar un lugar central.