Un tren de Leo Express.

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Observatorio de la movilidad

Renfe pisa el acelerador de su internacionalización europea: Alemania, República Checa y Polonia en el punto de mira

La toma del 50% de Leo Express permitirá a la operadora española contar con permisos y licencias fundamentales para su expansión. 

24 agosto, 2021 01:51

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Como para toda la industria de la movilidad, la pandemia ha supuesto un freno en los planes de Renfe. Antes de sufrir el impacto del coronavirus, la compañía española había enfilado una serie de transformaciones muy profundas. Por un lado, se había marcado el reto de mutar de operador ferroviario a operador de servicios de movilidad. Además, la empresa pretendía mirar fuera de sus fronteras para conseguir ensanchar su base de ingresos.

Ahora que la crisis sanitaria ocasionada por la Covid-19 entra en una nueva etapa, Renfe ha decidido pisar el acelerador para aprovechar oportunidades en otros mercados. Además de sus experiencias en La Meca y Estados Unidos, la compañía pretende dar un salto importante en su presencia europea.

Así como el arranque de la competencia en España puede suponer un impacto a su negocio en local, Renfe se ha marcado como objetivo en su Plan Estratégico conseguir un mayor grado de internacionalización de la compañía.

En concreto, su presidente, Isaías Táboas, ya definió en su plan estratégico la meta de alcanzar un 10% de los ingresos en 2028 fuera de España. Para convertir este reto en realidad, Renfe necesitaba ganar presencia en Europa, el mercado ferroviario más importante del mundo. Ahora su posición en Leo Express le permitirá hacerlo evitando tener que pasar por muchas etapas administrativas. 

El papel clave de las licencias

La entrada de Renfe como socio principal en el accionariado de la compañía checa tiene un beneficio directo para el operador español. De una tacada, su participación en Leo Express le facilita tener actividad en tres países europeos sin tener que enfrentarse a los engorrosos procesos administrativos para conseguir licencias. La compañía ya puede operar en República Checa, Eslovaquia y Polonia. Además, dispone de los recursos y licencias necesarias para acceder al mercado alemán.

Pero la operación no termina ahí. La toma del 50% en el operador le permite optar con carácter inmediato a licitaciones de OSP en Alemania, República Checa y Polonia. Servicios similares a los Cercanías españoles para los que es necesario contar con implantación local, experiencia, equipo, o referencias en esos países como condición imprescindible para poder optar a futuros concursos.

Del mismo modo, Renfe consigue una posición mucho mejor que la actual para acceder a los proyectos de alta velocidad que hay previstos en la región. República Checa, Eslovaquia y Polonia son tres países que tienen todavía mucho potencial de desarrollo de sus infraestructuras de transportes y planes muy ambiciosos.

Leo Express, un operador multimodal

Tras meses de estudio, el Ministerio de Hacienda ha dado su visto bueno para que Renfe entre en el accionariado de Leo Express. Los acuerdos de inversión y de accionistas suscritos entre las compañías española y checa contemplan una ampliación de capital del 50% de la checa, que será asumida por Renfe.

Leo Express es una compañía privada que empezó a operar en 2012 en República Checa, y desde entonces, ha ido desarrollando su negocio a través de la extensión de sus servicios a países como Eslovaquia y Polonia, así como con la adjudicación de licitaciones de OSP en la propia República Checa, que es una de las áreas donde buscan crecer. En Alemania, desde 2017, han estado operando para FlixTrain un servicio Open Access de larga distancia entre Berlín y Stuttgart.

Asimismo, con el objetivo de alimentar sus servicios ferroviarios a través de la intermodalidad entre el tren y el autobús, Leo Express ha operado diversas conexiones por carretera en República Checa, Eslovaquia, Austria, Polonia y Ucrania. Actualmente, debido a la crisis sanitaria generada por la Covid-19, ha limitado su actividad a operar servicios de ferrocarril en República Checa, Eslovaquia y Polonia.

Así las cosas, con una sola operación Renfe ha conseguido abrirse las puertas tanto de mercados pujantes del este como del alemán, el país con un negocio ferroviario más desarrollado de la Europa continental. Ahora llega el momento de que la compañía, una vez superemos por completo la crisis del coronavirus, convierta este potencial en números verdes que engrosen su cuenta de resultados.