Pero esto puede tener los días contados. Una alianza entre Anfac (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones) y Gasnam (Asociación de transporte sostenible que integra la cadena de valor del gas y el hidrógeno) lo va a hacer posible. El acuerdo incluye la construcción de una red de 150 hidrogeneras. Deberán ir dividas en 71 puntos de capitales de provincia y se ha adelantado su construcción desde 2030 a 2025.

El nuevo sistema para impulsar el transporte de vehículos de hidrógeno entrará con fuerza en los puntos con mayor intensidad de tráfico y los principales corredores, que contarán con 79 centrales. Por ello, deberá haber una distancia máxima entre estaciones de 250 kilómetros para asegurar el abastecimiento del transporte pesado de larga distancia.

Centrales en España

La construcción de la red de estaciones supone el primer paso para la existencia de vehículos de pila de combustible. Aunque hay una oferta comercial de vehículos de hidrógeno desde 2015, el mercado en España es prácticamente inexistente. 

El coste de instalación de este impulso a los vehículos de hidrógeno supondrá una subvención que oscilará entre uno y ocho millones de euros. Gran parte de esta inversión las recibirán las flotas de vehículos que aseguren un consumo mínimo. 

Ambas firmas confían en que los segmentos de vehículo comercial ligero y pesado de larga distancia van a crecer, por lo que la propuesta de instalación ha sido presentada al Gobierno con el aval de avanzar en los objetivos de descarbonización para 2050.

Objetivos de construcción

Para finales de este año ambas firmas confían en contar con 15 hidrogeneras de acceso público construidas en núcleos urbanos. En los siguientes dos años se sumarán 45 instalaciones en ciudades y otras 40 en corredores. Por lo que en 2024 se deberían alcanzar los cien puntos de recarga de hidrógeno y los 150 en 2025. 

Los vehículos eléctricos han sido la tónica dominante en cuanto a la transición energética de la movilidad. Poco a poco, vemos como van incrementándose la infraestructura de recarga e, incluso, se han fraguado sistemas de alimentación de recarga a través de materiales reutilizables y baterías de segunda vida.

En este contexto, los vehículos de combustión de hidrógeno pueden complementar el camino hacia la movilidad sostenible iniciado por el vehículo eléctrico en España. En los próximos años, la falta de infraestructura de carga dejará de ser un argumentos para no apostar por este tipo de vehículos.