
De izquierda a derecha: Nacho Guadix (Unicef), Alfonso Muñoz (EL ESPAÑOL-Invertia), Luz Usamentiaga (Masorange) y Salva Medina (Valhalla) E.E.
La protección de la infancia en la era digital: un reto colectivo con el acceso, la formación y la colaboración como pilares
MasOrange, Unicef y Valhalla abordan la manera de que los menores capturen todas las oportunidades de la tecnología evitando sus riesgos.
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Hoy en día nadie discute las oportunidades que ofrece la tecnología. Pero el rápido desarrollo del mundo digital ha conllevado, al mismo tiempo, la aparición de nuevos riesgos que, al igual que ocurre en el mundo físico, afectan sobre todo a los colectivos más vulnerables. Entre ellos, los menores.
Ante este escenario, es labor de toda la sociedad garantizar la protección de los menores en estos nuevos entornos digitales. Debe ser un objetivo común de padres, centros de formación, administraciones públicas y empresas. Y, además, es imprescindible la participación infantil, escuchar lo que les preocupa.
La solución no pasa por prohibirles que accedan a Internet. La solución pasa, entre otros aspectos, por la formación tanto de los hijos como de los padres, reforzar la protección y la sensibilización ante los riesgos del mundo digital, apoyarse en la tecnología o adaptar la regulación a los nuevos entornos.
Estas son algunas conclusiones del evento 'Protección de la infancia en entornos digitales', organizado por EL ESPAÑOL-Invertia y Orange y que contó con la participación de Luz Usamentiaga, directora general de Regulación, Asuntos Públicos y Sostenibilidad de MasOrange; Nacho Guadix, responsable de Educación y Derechos Digitales en Unicef España; y Salvador Medina, consejero delegado y fundador de Valhalla.
Usamentiaga destacó que la tecnología aporta unas ventajas y unas oportunidades que no hay que desaprovechar. Pero, al igual que ocurre en el mundo analógico, también conlleva riesgos. Y a ello hay que sumar la rapidez con la que se han producido estos avances y su elevada penetración.
A este respecto, Guadix recalcó que esa rapidez a la que avanza el mundo digital ha hecho que no se haya prestado la suficiente atención a los colectivos que estaban más expuestos a su lado más oscuro. "Internet no se hizo pensando en los niños y, sin embargo, está lleno de niños", ha agregado.
En concreto, mostró su preocupación por aspectos como la salud mental, la violencia o la desinformación, así como por el hecho de que estén construyendo su personalidad con ideas basadas en lo que perciben en medios no convencionales, que presentan unas diferencias "enormes" con los que sí lo son.

Luz Usamentiaga, directora general de Regulación, Asuntos Públicos y Sostenibilidad de MasOrange. E.E.
Medina agregó que la llegada de inteligencia artificial ha aumentado "exponencialmente" los riesgos y ha "igualado a niños y padres". "El nivel de protección tiene que ser mucho mayor porque el nivel de desconocimiento también lo es", incidió el fundador de Valhalla, quien, como aspecto positivo, agregó que esto puede ser "una oportunidad para acercar ambas generaciones".
Usamentiaga admitió que, seguramente, los adultos no están suficientemente preparados para ayudar a los menores a entrar en el mundo digital. En su opinión, aunque se están dando pasos en la buena dirección, es necesario seguir trabajando de forma conjunta porque esto no es algo que pueda abordar una persona sola y que tenga una resolución en un momento puntual.
Derechos del menor
Durante la conversación, Guadix también abordó el tema de los derechos del menor en el mundo digital. Así, apuntó que son exactamente los mismos que en el mundo físico, pero se expresan de manera diferente. Y puso como ejemplo qué se considera violencia en uno y en otro.
En este contexto, abogó por apoyarse en la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas de 1989, "el tratado de derechos humanos más ratificado de la historia". Y para avanzar en esta dirección usó la metáfora de un coche con cuatro ruedas: el acceso, la protección, la educación y la participación infantil.
En primer lugar, el responsable de Educación y Derechos Digitales en Unicef España instó a no caer en el error de pensar que los 2.600 millones de personas que están fuera de la sociedad digital están mejor que nosotros porque aquí estemos preocupados por sus riesgos.
Sin embargo, agregó que, al igual que un padre no lleva a su hijo a jugar a un columpio lleno de cristales, tampoco se puede empujar a la gente a la sociedad digital, a un sitio donde se vaya a hacer daño. Es decir, hace falta protección.

Nacho Guadix, responsable de Educación y Derechos Digitales en Unicef España. E.E.
Las dos ruedas traseras serían el desarrollo de las competencias digitales y la participación infantil, "que es el derecho que menos se cumple en cualquier sociedad del mundo". Y todas ellas son necesarias para definir ese safety car con el que, según Medina, se debe acompañar al menor en el mundo digital.
En este contexto, todos los ponentes incidieron en que la formación es, probablemente, la mejor herramienta para abordar este proceso. "Me preocupa el que no aprendamos los dos a la vez", admitió el fundador de Valhalla, quien resaltó que bloquear el acceso a la tecnología sería como "intentar tapar una fuga en una presa con las manos".
Familia
Usamentiaga remarcó que los padres tienen la responsabilidad principal de que sus hijos estén formados y educados para aprovechar todas las oportunidades que ofrece Internet. Así, apuntó que al igual que les acompañan en otras actividades que forman parte de su desarrollo, también deben hacerlo en el ámbito digital.
A este respecto, Medina recordó que la familia siempre ha sido "la primera barrera de defensa" ante la aparición de cualquier riesgo para los hijos y tiene que seguir siéndolo en el caso de la tecnología y la IA. Pero agregó que para poder transmitir y ayudar, primero hay que conocer.

Salvador Medina, consejero delegado y fundador de Valhalla. E.E.
Pero aunque los padres sean los principales responsables de proteger a sus hijos en el mundo digital, no son los únicos. También desempeñan un papel fundamental otros actores como las empresas, los centros de formación o las administraciones públicas como responsables de la regulación.
"Es importante que cada uno contribuya en la medida de sus posibilidades", apuntó la directiva de Masorange. "Es necesario que tengamos esa coalición de agentes que nos permitan llevar a todos y cada uno de los niños al máximo nivel de su potencial", añadió el responsable de Educación y Derechos Digitales en Unicef España.
Para Medina, las aulas son la “segunda medida de contención”, ya que los profesores tienen la capacidad de impactar a 15, 20 o 30 “infancias” distintas. De hecho, la sensibilización es algo fundamental.
Este era precisamente el objetivo que perseguía la campaña 'Por un uso Love de la Tecnología' puesta en marcha hace unos años por Orange y en la que, de la mano de expertos, se abordaban temas delicados, pero de los que es importante hablar.
Regulación y tecnología
Por otro lado, los ponentes advirtieron que la velocidad con las que se desarrolla la tecnología supera con creces la capacidad regulatoria. Medina incidió en que estamos "regulando con leyes del año 84", pese a que algunos aspectos se actualizaron en 2021.
"Aun así, lo que está pasando es tan grande que no estamos preparados ni para regularlo de manera ordenada", admitió el fundador de Valhalla, mientras que Guadix reconoció la “disfunción” entre la velocidad tecnológica y los vacíos que existen actualmente en el marco regulatorio.
A este respecto, apuntó que actualmente en España está en trámite parlamentario la Ley Orgánica para la protección de las personas menores de edad en los entornos digitales. Aunque reconoció que es un primer paso que surge de la “motivación social”, la clave no es solo aprobarla, sino “dotarla de recursos” y asegurar su coordinación.
Por otro lado, Usamentiaga añadió que la tecnología también forma parte fundamental de la solución y puso de ejemplo el servicio Túyo de Orange. No obstante, advirtió que “hay actores muy diferentes” en el mundo tecnológico y "cada uno de ellos tiene un rol muy distinto" y unas capacidades de intervenir diferentes.
Por ello, la directiva de Masorange apostó que diseñar una regulación lo suficientemente inteligente "para que ese bien a proteger realmente lo esté y que cada uno asuma las responsabilidades que realmente puede llevar a cabo".
Un último aspecto que se puso de relieve en la mesa redonda fue la importancia de las alianzas. Un ejemplo de ello es el proyecto Giga de Masorange y Unicef para “conectar escuelas a Internet” en lugares donde las administraciones ni siquiera saben que tienen centros, garantizando conectividad y acceso a contenidos y experiencias valiosas.